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El caso María también abre una disputa diplomática con España

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Protesta frente a la embajada de España por el caso María. Foto: Darwin Borrelli

EL MIÉRCOLES SERÁ UN DÍA CLAVE

La niña, quien hasta ahora estaba bajo la custodia de su madre, debía ser “entregada” ayer a su padre, en la sede consular uruguaya en Barcelona. Pero las autoridades diplomáticas no lo hicieron y el edificio fue rodeado por la policía.

Luego de tres años de diferendo judicial, el “caso María” escaló ayer viernes a una nueva dimensión: la diplomática. La niña, quien hasta ahora estaba bajo la custodia de su madre, debía ser “entregada” a su padre, en la sede consular uruguaya en Barcelona. Pero las autoridades diplomáticas no lo hicieron y el edificio fue rodeado por la policía catalana.

A las 10 de la mañana de España -las 5 en Uruguay-, María llevó a su hija a la sede consular uruguaya. Todo iba según lo sentenciado por la jueza de Vielha, Cristina Marrero Pérez. Subió al cuarto piso del edificio vidriado, ubicado en una de las arterias de Barcelona, y entró a la oficina de la izquierda, donde estaba el cónsul.

Una hora después, como también lo establecía el fallo judicial, llegó el padre de la niña. Era la hora pactada para la “entrega” de la menor. Pero las autoridades uruguayas se negaron. ¿El motivo? En el quinto numeral de la sentencia, la magistrada establecía que, de no entregarse a la niña, podría haber una “intervención policial”. Las sedes diplomáticas, sin embargo, funcionan como territorio extranjero, lo que invalida el ingreso de los uniformados.

Por otro lado el fallo determinaba que el cónsul uruguayo sería el encargado de entregar a la menor al padre. Contra este punto, la Cancillería uruguaya se pronunció e indicó en un comunicado emitido ayer que “en el marco del Derecho Internacional convencional y consuetudinario, el Estado uruguayo, y por ende su Misión Diplomática y Oficinas Consulares, están exentos de la autoridad de la sentenciante”.

Fue entonces que la jueza Marrero Pérez postergó para el próximo miércoles la fecha de entrega de la niña, en un “punto de encuentro” neutral. Pero una descoordinación judicial hizo que la policía autonómica rodeara la sede consular.

Cuatro patrulleros de los Mossos de Esquadra estacionaron frente al edificio, en la avenida Diagonal. Algunos de los uniformados subieron al cuarto piso; la puerta de la oficina consular estaba cerrada con llave. Hubo un diálogo entre las autoridades uruguayas y los policías, hasta que se acordó que seis agentes se quedaran de “custodia” del lado de afuera. De ese lado, también se quedó el padre de la niña junto con sus dos abogadas.

La policía se desplegó en los alrededores del Consulado de Uruguay en Barcelona este viernes: Foto: El Periódico de Catalunya - Ferran Nadeu
La policía se desplegó en los alrededores del Consulado de Uruguay en Barcelona este viernes: Foto: El Periódico de Catalunya - Ferran Nadeu

De ayer a hoy.

En 2016, María había viajado a visitar a su familia en Uruguay. En teoría lo hacía por unos días pero jamás regresó a España. El padre de la niña, un español, reclamó ante la Justicia. Pero María retrucó con que la pequeña había sido abusada sexualmente por el padre. Luego vinieron las pericias, los fallos judiciales contradictorios y, el año pasado, la restitución.

Pero lo que hasta entonces nadie imaginaba es que la niña (que tenía cuatro años cuando se inició el diferendo judicial), iba a terminar durmiendo en la oficina del cónsul uruguayo en Barcelona en una pequeña oficina juntos a su madre y sus dos tías.

En esa oficina hay un escritorio de madera oscura, como en casi todas las oficinas, una silla blanca, una bandera de Uruguay en una esquina. Arriba del escritorio hay una manta, un termo y un mate, un libro y una jarra con agua. Hasta ahí, todo es parte de la norma. Pero delante, hay un catre con una almohada, destinado para María y, más adelante todavía, un sobre de dormir negro en el que la niña pasará la noche.

La resolución.

En la sentencia judicial, a la que tuvo acceso El País, la jueza española indicó que a raíz del informe realizado por el Equipo de Asesoramiento Técnico en el Ámbito de Familia (Eataf) “se concluye que existe una relación disfuncional en la pareja con consecuencias negativas para el bienestar de la menor” y que “las denuncias presentadas por la madre se han sobreseído respecto al maltrato de género y respecto del abuso sexual”.

Además, señaló “que la madre no ha tenido inconveniente en utilizar la vía penal para conseguir los objetivos de la vía civil, la custodia definitiva y alejar a la menor del padre”.

El miércoles.

La hermana de María y tía de la niña, que también se encuentra en el consulado uruguayo porque acompañó a llevar a la menor junto a otras de sus hermanas, como indicó la jueza, dijo a El País que cuando estaban dentro de la oficina les “llegó una notificación de la jueza diciendo que como no se podía efectuar la entrega de la niña, se decidió que el próximo miércoles la misma se haga en un punto de encuentro” distinto.

El mismo, indicó, será en el municipio de Gavá, ubicado a unos 25 kilómetros de Barcelona. Según explicó su tía, sobre la tarde ayer el padre de la niña llegó con sus abogadas y otro escrito emitido por la Fiscalía.

“Dice que si la niña pone un pie afuera del consulado, los Mossos (policía) se la tienen que llevar”.

Protesta frente a la embajada de España por el caso María. Foto: Darwin Borrelli
El “caso María” ha sido tomado como bandera por organizaciones feministas. Foto: Darwin Borrelli

Ese escrito, dijo, “no llegó al consulado ni al abogado defensor de María”.

“La jueza emitió un primer escrito y luego otro por parte de la Fiscalía y se lo enviaron solamente a él (por el padre). Nosotros no estamos notificados, hicieron dos tipos de sentencia”, agregó.

El padre de la menor, consultado por El País, dijo que “Uruguay no es el culpable” de esta situación, pero “que alguien usa su puesto para crear un conflicto”, en referencia al cónsul. “Es una persona, no un sistema. Alguien está corrompido”, agregó.

Por su parte, la tía de la niña, contó que María y su hija están con custodia policial “hace tres días” y que “la notificación sobre la decisión de aplicar esa custodia recién llegó hoy (por ayer)”.

La tía agregó que, por el momento, “no saben lo que van a hacer mañana (por hoy)”, pero que tienen “miedo de salir porque afuera hay policías y está el padre”. Hoy María, su hija y sus dos tías despertarán en la oficina del consulado. El miércoles entregarán a la niña en Gavá.

LAS SECUELAS EN LA MENOR

“Exposición de niños no ayuda"

Natalia Trenchi, psiquiatra infantil

“En cualquier caso judicial en que estén implicados niños, estos deben ser absolutamente preservados en una zona fuera del conflicto. Eso es mucho más que no publicar su nombre explícitamente o la foto. Es realmente proteger al niño o a la niña de todo tipo de victimización secundaria. La exposición mediática escandalosa de los casos no ayuda a los niños. Todo lo contrario. Pasa en este caso (María), en casos recientes de bullying (Fausto) o en todos los que se termina poniendo a los niños en un lugar de hipervulneración. Sin saber quién tiene razón o no, siendo como soy, feminista y defensora de los derechos humanos, no me plegué ni me plegaré a este tipo de supuesto ‘apoyo’ que no termina siendo tal”.

Mónica Silva, psiquiatra infantil

“La niña debería haber sido, desde el primer día, el centro de la cuestión. Pero ha quedado en el fondo. La Justicia, los medios (tradicionales y nuevos) han sido adultocéntricos. Más allá de si tiene razón el padre (español) o la madre (uruguaya), lo importante es pensar qué le hace más daño o menos daño a la niña y no a alguno de los padres. Imaginemos el peor escenario, una madre manipuladora y un excelente padre. Incluso en ese escenario no puedo obligar a la niña a ir con un padre si siente pánico. Eso debe ser respetado. Lo primero que necesita el niño es la confianza, y esto es lo que está en riesgo. El mundo, para esta niña, se transformó en un fango. El pánico genera estrés postraumático propio. El niño recibe del afuera que las peores pesadillas se pueden concretar, no hay en quién confiar”, sostuvo en diálogo con El País esta psiquiatra infantil.

“Nos exponemos a un problema diplomático”, dice experto en Derecho Internacional
Carlos Álvarez Cozzi, catedrático en Derecho Internacional. Foto: Archivo El País

Carlos Álvarez Cozzi, catedrático en Derecho Internacional, dijo que “en lo formal la jueza española se equivocó y la intimación no corresponde”, respecto al fallo judicial que establece que el titular del consulado uruguayo es quien debía entregar a la menor al padre. Por otro lado señaló que “en Cancillería nadie va al fondo del asunto”.

El catedrático señaló que “la justicia española es la competente y que de eso no hay duda, porque así lo dispone el Derecho Internacional”. Indicó que “hay un error porque el cónsul no puede ser intimado” por la justicia, pero explicó que “él tampoco puede, en un Estado donde está acreditado, resistir una resolución judicial legítima porque se expone a que el gobierno lo declare persona no grata y tenga que volver al Uruguay”.

Según sostuvo Álvarez Cozzi la justicia española “se debería comunicar con el cónsul, pedir disculpas” por la intimación. “Cancillería está exponiendo a Uruguay a un problema diplomático, puede generar un reclamo de España ante la conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado”.

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