Por lo general, las heladeras, las notebooks y los celulares que quedan en desuso van a la basura con el resto de los residuos, realidad que el Ministerio de Ambiente busca cambiar. El borrador del decreto está a la espera de que avancen las conversaciones con el sector empresarial, el que mostró una resistencia al porcentaje de recuperación de artículos eléctricos y electrónicos que se le quiere pedir. Ahora la cartera realizó un llamado para una consultoría internacional -virtual y durante 45 días-, abierto hasta el domingo.
En pocas palabras, el Ministerio de Ambiente quiere que productores e importadores de artículos electrónicos y eléctricos sean responsables de recuperar el 40% de lo que vuelcan al mercado al año, y que el sistema esté disponible para poblaciones de más de 5.000 habitantes durante los primeros dos años. Esto se hará mediante un plan creado y financiado por los privados, al igual que ya existe para los neumáticos y que se implementa para los envases de plástico, vidrio, lata y tetra pak.
Pero el porcentaje, ese 40% que puso el Ministerio de Ambiente sobre la mesa, es considerado desde el sector empresarial muy alto para la primera etapa, posición que ya discutieron con las autoridades. Las empresas saben que la reglamentación “está a puertas de salir”, por lo que estudian cómo llevar adelante un plan que tome en cuenta cientos de variables e incluya un sistema más paulatino en el nivel de recuperación de los productos que venden. Este, una vez que lo terminen -para el que contrataron su propia consultoría y que puede incluir la compra de un software extranjero-, lo llevarán a la cartera.
Desde la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay, su vicepresidenta Anabela Aldaz -que también es consultora independiente en temas de sustentabilidad- ve “oportuno” que el Ministerio realice una consultoría, y aseguró que eso da mayor tranquilidad. Además, recordó que el “mismo sistema se siguió con el Plan Vale”, y marcó que “ayuda a que todos los actores entiendan” dónde están parados y a “ajustar las expectativas del gobierno en cuanto a metas de recuperación”.
También desde la Cámara de Comercio y Servicios, su gerente secretario Luis Bajac contó a El País que se reunieron hace poco más de un mes con el Ministerio de Ambiente, y explicó que, aunque en una primera instancia algunas empresas tuvieron la idea de hacer subplanes, hoy persiste la idea de hacer un único plan que involucre a todas las compañías que serán responsables de recuperar los aparatos eléctricos y electrónicos. Para esto se necesita “mucho análisis” de la realidad en el país, ya que se incluye desde una heladera, pasando por un aire acondicionado, hasta un pendrive.
La diversidad de productos -cada uno con su tamaño, vida útil y posibilidad de recuperación- hacen desafiante la generación de un plan. También analizan qué hacen los usuarios cuando se les rompen los diferentes artículos, y ya hubo alguna lluvia de ideas sobre los incentivos que se podrían llegar a implementar para que las personas colaboren con el sistema. Bajac, quien aclaró que tienen temas mucho más importantes para resolver antes, contó que existen “muchas alternativas”, y que algunas de las opciones podrían ser dar dinero a cambio del producto -como se hará con los envases-, la reducción de impuestos, u otorgar puntos para canjearlo por nafta.
Costos
Pero hizo hincapié en que todas son ideas que requieren análisis, y que ahora ponen foco en otros aspectos. Uno de ellos es el estudio de “cuál podría llegar a ser el costo para las empresas” de la implementación del plan, y buscan que “no afecte el precio final que llega a los consumidores de los electrodomésticos o los aparatos electrónicos”. Un segundo aspecto es lograr que el sistema que se implementará sea lo “más óptimo y eficiente posible”, así como también deben ver cuánto dinero aportará cada una de las empresas -y quién lo controlará-, cuál será la responsabilidad de cada compañía, quién mirará que tenga un buen uso lo que se recaude, y mucho más.
La “gran mayoría” de las empresas con las que habla la cámara se “muestra con ganas de armar” un único plan, indicó Bajac, al mismo tiempo que contó que están “cautelosas porque quieren ver de qué se trata, cómo las involucra, qué responsabilidad hay detrás, y cuáles serán los costos”.
La cámara, que financia la elaboración del plan (después esta responsabilidad será de las empresas que estén incluidas), contrató un grupo asesor que analizó los diferentes planes que existen en el país -como los de los neumáticos y los envases- y los programas similares vinculados a eléctricos y electrónicos que hay en Europa y América Latina.
En ese marco, una de las posibilidades que tienen arriba de la mesa es el uso de un software que “ayudaría a tener una mayor transparencia” sobre el plan y “equidad entre las empresas que son partícipes”, así como también una “mayor transparencia hacia la ciudadanía y el Ministerio de Ambiente, que podrá controlar el desarrollo” del nuevo sistema, dijo Bajac.
El gerente secretario quiere hacer entender que “no es algo muy sencillo” la implementación de un sistema de recuperación de estas características, y que es “necesaria la colaboración de todos -gobierno, empresas y la sociedad- por el bien del país”.
En ese sentido, indicó: “Hay mucha gente, y me incluyo, que guarda una notebook o un celular, o lo tira en los tachos verdes de la intendencia, y no se da cuenta de que se contamina el hábitat”.
El llamado del Ministerio de Ambiente es de un “profesional con al menos cinco años de experiencia en gestión ambiental y planes de gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos bajo modalidad REP”, que es la responsabilidad extendida al fabricante o importador. Esta persona, según indica el documento con las especificaciones, deberá entregar un “informe con recomendaciones para la modulación de las tarifas de los planes”, que después presentará a las empresas.