En agosto del año pasado el senador Charles Carrera (FA) quedaba implicado en la denuncia sobre un confuso hecho sucedido a fines de 2012 en la Paloma, mientras ocupaba la Dirección General de Secretaría del Ministerio del Interior. Un civil, Víctor Hernández, afirmó haber quedado paralítico tras ser herido por una bala perdida que, afirma, salió de una casa en la que un grupo de policías desarrollaba una fiesta.

El hecho trascendió a a través de la grabación de una charla -difundida por el programa Santo y Seña en Canal 4- en la que Carrera les pedía a la madre y el hermano de la víctima silencio sobre el tema. También allí se revelaba que Hernández venía recibiendo, de forma irregular, ayuda económica e internación y asistencia en el Hospital Policial.

Se trataba de apenas una parte de una charla que se prolongó durante más de una hora y que ahora está a estudio, en su versión completa, por parte de la comisión investigadora que a nivel parlamentario analiza el tema. El contenido completo incluye algunos detallesque llamaron la atención de los legisladores que están en el tema, y se procurarán aclarar a partir de ahora.

En particular la insistencia de Carrera y de su equipo para que los Hernández comenzarán una acción civil por el caso. Durante la conversación, hubo al menos 23 pedidos o sugerencias a la madre y el hermano de la víctima para que se consiguieran un abogado que entablara una demanda en la que -el obvio demandado iría a ser el Ministerio del Interior. Así se puede comprobar en el archivo al que tuvo acceso El País.

Todo comienza con Carrera preguntándoles "cómo va el juicio" y si seguían con los mismos abogados. "Tenés que tener un abogado privado", le sugirió a Miriam, la madre. "¿Con qué lo pago?", le preguntó la mujer. "Con los tickets no lo podemos pagar", ironizó Daniel, el hermano de Hernández.

"Tienen que tratar de conseguir un abogado particular", insistió Carrera, que les aclaró que "no les va a cobrar de entrada". El profesional, les indicó, también los ayudaría a "mover" la parte penal, recordándoles que lo fundamental era probar que la bala que hirió a Víctor Hernández había salido de la casa del subcomisario de La Paloma. En la parte civil, los tranquilizó, se trabaja mayormente a "resultados", por lo que el abogado les cobraría un porcentaje una vez terminado el proceso.

"Inicien un juicio civil, hagan la demanda", los exhorta. "No pierdan el tiempo" les pide, recordándoles que los casos civiles tienen un plazo de prescripción de cuatro años.

Los pedidos aparecen intercalados en una conversación en que la madre de Hernández demuestra una actitud componedora y de confianza hacia Carrera. Daniel, en cambio, mantiene una postura hostil. Carrera se molesta varias veces por la actitud del joven, sus reclamos y su molestia por el cierre del juicio penal que por el caso de su hermano se estaba llevando a cabo en Rocha. También se molestó con las declaraciones que los Hernández estaban haciendo en varios medios de prensa.

"Esto se está transformando en una cuestión política", reflexiona en un momento Daniel Hernández, que llegó a calificar la ayuda recibida como "asistencialismo" y la internación en el Policial como "un poco de humo" para "tenerlo escondido" a su hermano. "Si estás nervioso, te mando a cagar y no me jodas más", le dice. "Ubicate y tratá de hablar bajito y clarito". También lo califica de "desubicado" y "desagradecido" y le avisa: "No te tengo por qué mandar ninguna ayuda".

En un momento, Daniel reclama conocer el paradero de las placas y los estudios que le habían realizado a su hermano para determinar el calibre de la bala que lo hirió. Se le aclaró que la historia clínica estaba "anexada" al expediente que seguía la causa que su hermano y que allí podrían obtenerla.

El jerarca le aclara que los estaba ayudando porque no le "gustan las injusticias", pero que no tiene obligación legal de hacerlo. "Si no tuviéramos interés los hubiéramos echado a la calle cuando salieron del Clínicas", le aclara.

Al avanzar en su pedido de que consigan un abogado, Carrera les deja en claro que no perderían la ayuda que estaban recibiendo. Allí les menciona varias veces a Martín Fernández, abogado del Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (Ielsur). También les sugirió acudir a la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, o al Colegio de Abogados. "No pueden estar indefensos como están", fue la frase.

Carrera también los tranquiliza asegurándoles que no perderán la ayuda que venían recibiendo si demandan al ministerio. "Les doy mi palabra de honor", les dijo.

Cerca del final de la charla, Carrera se compromete a averiguar "en qué está" el expediente que en la Dirección de Asuntos Internos del ministerio analizaba la conducta de los policías involucrados en el caso de Hernández. "Ustedes, se van con la misión de contactar a un abogado", les repite. También con una recomendación: tener "reserva y discreción" y evitar hablar de la ayuda que reciben del ministerio que, les aclara, no es ajustada a a derecho.