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Así se gestó la renuncia del jefe del Estado Mayor de la Armada: “Las FF.AA. no funcionan en asambleas”

Gustavo Musso realizó un informe sobre las patrullas oceánicas que le habían propuesto al gobierno. Su estudio causó polémica en la interna y la filtración provocó una duda sobre la intencionalidad.

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Javier García, ministro de Defensa Nacional
Javier García, ministro de Defensa Nacional.
Foto: Juan Manuel Ramos/Archivo.

Redacción El País
El jefe del Estado Mayor de la Armada Nacional, Gustavo Musso, presentó renuncia a su cargo y adelantará su pase a retiro, que inicialmente estaba previsto para febrero de 2024. Esta decisión es la culminación de un proceso de discrepancias fundamentalmente en torno a la compra de dos buques de patrulla oceánica al armador español Cardama, decisión que no estuvo exenta de polémica en la interna.

El ministro de Defensa Nacional, Javier García, concurrió este lunes a la comisión de Defensa del Senado acompañado de varios mandos de las Fuerzas Armadas, entre ellos Jorge Wilson Menendez, comandante en jefe de la Armada. Y sin adelantar la renuncia de Musso, que se estaba presentando en esas horas, entre ambos explicaron qué sucedió en torno a un informe que el jefe del Estado Mayor había redactado y que se había filtrado a la prensa, lo que provocó malestar.

En resumidas cuentas, la Armada, en la voz de su comandante, recomendó a García ir con la oferta de Cardama -que en total implica un desembolso de 92 millones de dólares para buques que llegarán en 2025- en detrimento de las otras siete que llegaron, mientras que Musso ubicó ese ofrecimiento en el quinto lugar de prioridad, situando en primer término al astillero Gondan, también español.

Wilson explicó, según consta en la versión taquigráfica de la sesión, que se hizo una “reunión con los almirantes y a cada uno de ellos se les entregaron las propuestas de cada astillero en formato digital”, y “en la reunión siguiente se hizo el análisis de lo que cada almirante entendía que era lo mejor”, ya que todas las ofertas “cumplían con las condiciones excluyentes”, por lo que restaba comparar los requisitos complementarios.

Se seleccionaron las propuestas de los astilleros Cardama, Kership y Cotecmar “como las tres mejores propuestas en cuanto a las capacidades complementarias” y “ese informe fue presentado al ministro”. Pero “surge el informe” de Musso, “que discrepa con la decisión final”. Entonces Wilson aclaró: “El ministro sabe –yo se lo había comunicado– el motivo por el cual trasciende ese informe que fue direccionado a mí: lamentablemente, la Armada no es tan hermética como para garantizar que lo que es reservado se mantenga así”.

“Lo cierto es que trasciende a la prensa”, dijo en referencia a una publicación del diario El Observador de julio, “y al ámbito político”. Sin embargo, Wilson aclaró que “ese fue el juicio de uno de los individuos, que no estaba de acuerdo con la decisión final adoptada”.

Por tanto, ante los senadores García preguntó si “alguien estuvo de acuerdo con el informe de Musso”, a lo que Wilson respondió que no, y contó la historia detrás de la polémica. “Él me entrega el informe. Esa semana viajo a Italia para participar en una feria y para reunirme con el comandante de la Marina italiana; leo el informe en el viaje y, estando en Italia, me entero de que el informe –del que yo me había llevado el original– estaba circulando en la prensa”.

Más tarde el ministro agregó, ante la consulta de senadores de la oposición sobre por qué no se fue por la opción planteada por Musso, que “las Fuerzas Armadas se expresan por su mando” y “no funcionan en asambleas”. Señaló que el ministro y el presidente de la república escuchan la opinión de las distintas fuerzas “a partir de lo que dice su comandante”.

Luego agregó que “todos los oficiales se forman en el mismo lugar”, en referencia a la Escuela Naval, y por tanto “no hay uno que sea más técnico que otro”. También señaló que “los cargos en los mandos son rotativos, el cargo del hoy jefe del Estado Mayor mañana será de equis persona”, y “no hay persona que tenga una especialidad y esté en ella durante toda su carrera”. “El cambio se hace cada dos años, y hace un año el jefe del Estado Mayor era otro contralmirante”, apuntó García. “Cuando quiero conocer una opinión, en este caso el comandante de la Armada Nacional es quien me responde en nombre del organismo”, sentenció.

“Y cuando se filtran estas cosas, ¿habrá intencionalidad?”, se preguntó en referencia al informe de Musso, y se respondió a sí mismo: “Uno nunca sabe, porque en estas cosas uno habrá visto de todo”.

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