Redacción El País
Claudio Cancelo, el hombre que está bajo captura por supuesta coautoría de un triple homicidio en Estación Floresta el 23 de diciembre, volvió a utilizar su cuenta de Facebook para enviar mensajes, esta vez citando a la fiscal del caso, Tania Vidal, y el juez Alejandro Guido.
"Doctora Tania Vidal, yo sé que no estuve. Si no, Loreana me hubiese reconocido si yo hubiese sido las huellas en la moto, porque yo la emparché (sic.)", escribió en su primer mensaje.
"¿Sabe un cosa? Me cansé de sus presunciones y que me quiera juntar las patas con la cabeza injustamente, como hizo el juez Guido", agregó.
En un tercer mensaje, citando directamente a la fiscal y el juez, apuntó: "Les gusta regalar años injustamente, se van a lamentar".
"Para que vean que yo no entré al local de Giovanni, yo les voy a regalar cadáveres con sus nombres por no hacer bien su trabajo. Una vez sí me engarró el juez Guido, pero dos no lo va a hacer. Y si la moto tiene huellas es porque la emparché. Lorena (sic.) los vio. Ella me conoce y me hubiese reconocido si yo hubiese ido. Se van a lamentar", sentenció.
El pasado jueves, el hombre de 35 años también usó esta vía para defenderse y responder a quienes lo acusan. "Va a morir mucha gente si le hacen algo a mi familia", escribió.
"Tiempo al tiempo. Le pido a la Justicia, a la policía, que hagan bien su trabajo, que estoy siendo inculpado. En poco me entrego para que sepan que yo no soy un asesino, no mato a la gente que aprecio", aseguró.
Así fue el triple crimen en Estación Floresta
Pasadas las 12:30 horas del sábado 23 de diciembre, los asesinos llegaron al lugar en una moto. Sin sacarse los cascos, ingresaron por el comercio y sorprendieron a Nidia Giovanni, a su pareja Carlos (57), al hijo de la comerciante, Fabricio (37), y a Loreana (22), dentro de la casa.
Lo que sucedió después son suposiciones del entorno de las víctimas y de la Policía. Cancelo sabía que Giovanni llevaba encima el dinero de los giros que realizaba para sus clientes y de la recaudación del comercio, en un morral que colgaba al frente. Nidia se sentó en una hamaca ubicada contra un muro de tacuaras, que limita con el terreno contiguo. Cancelo le habría pedido el dinero y ella se negó, dijo la fuente. Tras esto, fue ultimada de un tiro en la boca.
El hijo de la comerciante recibió el segundo balazo. El proyectil le ingresó por un ojo y le provocó pérdida encefálica, mientras que Carlos, la pareja de Nidia, sufrió un balazo en el abdomen en la cocina.
Luego de la balacera, los dos delincuentes huyeron en la moto. Investigadores del Departamento de Homicidios de la Jefatura de Canelones ubicaron el vehículo durante un control de rutina realizado días antes. El dueño de la moto fue contactado y señaló que la había entregado a Cancelo.