TRAGEDIA
Un preso falleció enseguida, supuestamente intoxicado por el humo y quemaduras. Después murió un segundo recluso. Otros dos fueron internados en el Centro Nacional de Quemados en grave estado.
El Módulo 4 del Comcaraloja a 500 presos. En el segundo piso de ese módulo se encuentran reclusos de perfiles tranquilos que estudian y trabajan. Por ello, esas celdas quedan abiertas durante el día y por la noche se trancan.
Pasadas las 5:00 horas de ayer comenzó a salir humo de una de las celdas ubicadas en ese sector. Los presos de los espacios vecinos comenzaron a golpear para advertir a la guardia. El estruendo fue enorme, relataron fuentes a El País.
Ello llamó la atención de los dos funcionarios de guardia. Uno de ellos avisó al jefe de servicio, que se encontraba en otro piso, sobre que había fuego en una celda del segundo piso del módulo.
Los guardias abrieron la puerta de la celda incendiada. Hicieron lo mismo con las celdas contiguas para evitar más víctimas por si el fuego se extendía por los cables de la electricidad. Enseguida arribó al lugar un guardia del módulo 5.
Policías y presos armaron un equipo de trabajo para sacar a los heridos de la celda. Uno de los presos más quemado fue extraído en una camilla y los otros cuatro fueron trasladados encima de frazadas al centro médico, ubicado a 20 metros del lugar del incendio. Allí el médico y dos enfermeros hicieron lo que pudieron. Un preso falleció enseguida, supuestamente intoxicado por el denso humo y quemaduras. Poco después murió un segundo recluso. Otros dos fueron internados en el Centro Nacional de Quemados (Cenaque) en grave estado. Y un quinto fue derivado al Hospital Español, con un cuadro más leve.
En las celdas, los policías lograron extinguir el incendio con bomberitos. También llegó una dotación de bomberos. La teoría principal manejada por los bomberos es que el incendio fue provocado por un cortocircuito generado dentro de la celda. Las chispas habrían alcanzado un colchón de espuma y luego el fuego se extendió.
En la celda incendiada, los bomberos encontraron una cocina casera hecha con una resistencia y un ladrillo, ventiladores y una televisión, Y advirtieron que no había rastros de violencia.
Cerca de las siete de la mañana de ayer llegaron al Comcar el director de Convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González, el director del Instituto Nacional de Rehabilitación, Luis Mendoza, y otros integrantes del comando de cárceles. Al mediodía de la víspera, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, concurrió al Comcar en una acto de solidaridad hacia las familias de los presos fallecidos y en apoyo a la labor de los policías y bomberos que actuaron en el siniestro.
“Ocurrió un desastre. Fue producto de las malas condiciones de los centros de reclusión, con cables de electricidad que no están debidamente aceptables. Ello generó este accidente”, dijo Heber a El País.
El jerarca dijo que el Instituto de Rehabilitación y Bomberos investigarán el origen del foco ígneo. “Todo indica que el incendio fue producto de un cortocircuito en cables que alcanzó un colchón. Lamentamos mucho las muertes y los heridos”, insistió Heber.
Por su parte, el comisionado parlamentario Juan Miguel Petit prefirió no hacer declaraciones ante un hecho luctuoso, pero llamó a todos los poderes del Estado a reflexionar y establecer una línea de trabajo para mejorar el sistema penitenciario.
El director González, del Ministerio del Interior, dijo a El País que el incendio “es un hecho lamentable” difícil de prever. “Los presos estaban trancados. No hubo un ataque. Tampoco había boquetes en las celdas. Lo que ocurrió fue una tragedia”, concluyó González.