"¡Matalo que es un botón!", dijo uno de los delincuentes al otro, que encañonaba al policía de particular cuando realizaba servicio de custodia a un repartidor de cigarrillos en la zona de Colón.
El delincuente, sin dudarlo, disparó pero erró el primer tiro; de inmediato se desató un espectacular tiroteo a quemarropa entre el policía y los dos rapiñeros. Fueron decenas de tiros a una distancia de tres metros que sacudieron al barrio en el que jugaban niños en la vereda.
Uno de los delincuentes se debate entre la vida y la muerte diagnosticado con muerte cerebral luego de que el funcionario policial alcanzara a balearlo en la cabeza. El policía está internado herido de bala pero su estado no reviste gravedad. El restante delincuente, aunque también herido, logró escabullirse en la zona del Cuarenta Semanas a cuatro kilómetros del lugar de la rapiña, cuando los habitantes del asentamiento cubrieron su fuga.
El gigantesco operativo montado por la Policía abarcó las jurisdicciones de las seccionales 19a, 8a. y 12a. En el asentamiento 25 de Agosto, sobre el arroyo Miguelete, conocido como el barrio Cuarenta Semanas, se ubicó minutos más tarde el auto Ford de color azul robado por los delincuentes y usado en el sangriento atraco. Dentro del vehículo, que tenía varios impactos de bala, estaba Marcos Olivera Martínez de 29 años con una herida de bala en el cráneo.
De inmediato decenas de móviles policiales llegaron al lugar pero al principio los habitantes del asentamiento no permitieron la entrada de los policías parapetándose en grupo y arrojando piedras e insultos. La fuerza policial logró entrar al barrio cuando se reforzó con la presencia de Granaderos, móviles de Radio Patrulla e incluso el propio Director de Investigaciones, inspector mayor Eduardo Tellechea, que se hizo presente en el lugar. Sin embargo el restante rapiñero no pudo ser ubicado aunque existe la certeza entre los policías de que se encuentra herido.
EL ATRACO. El repartidor de cigarrillos llegaba al mediodía de ayer al almacén ubicado en Francisco Alvarez 1238, esquina Antonio Rubio, en Colón. "El muchacho, al que conozco hace seis años, bajaba la mercadería y en eso un auto azul dobló en la otra esquina y vino derecho a la camioneta de reparto", contó a El País, Elida, madre de la propietaria del comercio.
El auto se arrimó hasta que por la ventanilla uno de lo rapiñeros encañonó al policía mientras que el otro delincuente le decía que dispara al reconocerlo como funcionario. La balacera fue brutal.
Ramón Silva de 44 años recibió una bala en el glúteo pero alcanzó a repeler el ataque. Olivera fue baleado en la cabeza. Los delincuentes alcanzaron a huir en el auto Ford azul matrícula SAK 8599, que más tarde fuera ubicado en el Cuarenta Semanas con Olivera desvanecido en su interior.
Al momento Silva se recupera favorablemente en el Hospital Policial en tanto Olivera que sufrió pérdida de masa encefálica, fue derivado al Hospital Maciel donde se le diagnosticó muerte cerebral.
La policía trabaja para identificar al rapiñero prófugo y establecer si hay otros implicados en el hecho.
Stirling visitó al policía herido durante la balacera
"Por suerte ha sido una herida bastante superficial y el está bien. Es algo que le pasa a un policía, que es alguien que está permanentemente jugándose la vida y arriesgándola", manifestó a la prensa el ministro del Interior, Guillermo Stirling, en ocasión de su visita al agente de primera Ramón Silva, el policía que resultó herido en el tiroteo en la zona de Colón.
Silva, desde su cama en el Hospital Policial, donde se encuentra internado y fuera de peligro, luego de que fuera trasladado al sanatorio de la mutualista Cudam, narró al ministro cómo fue el violento tiroteo en el que se intercambiaron decenas de diaparos a una distancia de tan solo tres metros.
Silva custodiaba al repartidor de cigarrillos que fue rapiñado. Según el agente, los delicuentes lo reconocieron como policía y le dispararon a quemarropa.
El funcionario ingresó al hospital con una herida de bala en el glúteo pero luego de ser intervenido se recupera favorablemente.
El agente trabaja desde hace 20 años en la Institución policíal y se desempeña en la Mesa Central de Comunicaciones de la Jefatura de Montevideo.
Silva, de 44 años de edad, tiene dos hijos que concurriern a visitarlo al nosocomio.
El delincuente que resultó gravemente herido en el tiroteo es Marcos Olivera Martínez, quien, según fuentes médicas, padece de "muerte cerebral", y tiene una bala alojada en el cráneo.