El cólico nefrítico no es una enfermedad en sí misma, sino la expresión clínica, dolorosa, de diversas enfermedades que producen una obstrucción aguda de la vía urinaria.
La más frecuente de ellas es la litiasis urinaria, que consiste en la producción de formaciones sólidas (cálculos), que impiden el flujo normal de la orina. Los cálculos, verdaderas estructuras pétreas, derivan de la agregación de minerales presentes en la orina, que pueden permanecer en el riñón, o desprenderse e impactar en la vía urinaria.
El dolor cólico resulta de la presión urinaria elevada, por detrás de la obstrucción, que estimula las terminaciones nerviosas presentes en la pared de la vía urinaria.
Los cálculos pueden ser de calcio, de uratos, o de cistina, según las enfermedades que aumentan la concentración urinaria de las respectivas sustancias. También pueden ser secundarios a infecciones urinarias reiteradas, a distintos cánceres, o a la ingesta de diferentes medicamentos.
Sin lugar a dudas, el dolor del cólico nefrítico es uno de los más intensos de la práctica clínica.
Como otros sufrimientos cólicos, propios de vísceras huecas, se caracteriza por la sucesión de empujes y remisiones de dolor.
Se inician de modo agudo en una de las fosas lumbares, irradiando hacia delante y abajo por la cara anterior del abdomen, pudiendo llegar a la ingle y a la uretra. Menos frecuentemente comienzan en la cara anterior del abdomen. Es común que se asocie con desasosiego, náuseas y vómitos. A veces se acompaña de micciones escasas y reiteradas, con deseos permanentes de orinar. La orina puede ser oscura por presencia de sangre.
El filtrado de la orina puede evidenciar la presencia de cálculos expulsados. En el laboratorio se pueden detectar glóbulos rojos y sobre todo cristales de oxalatos de calcio o de uratos, que orientan acerca del trastorno metabólico causante de la calculosis.
En el 35 a 50% de casos el cólico se repite antes de cinco años, y en el 65% antes de los 10 años.
El estudio imagenológico, sobre todo radiológico, detecta no sólo los cálculos sino también su exacta localización en la vía urinaria.
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¿Cómo se eliminan los cálculos?
Si es necesario remover los cálculos, se puede hacer la clásica cirugía, la extracción endoscópica o la moderna litotricia extracorpórea con ondas de choque de alta energía, concentrada donde se ha localizado el cálculo que es triturado y eliminado con la orina luego de la aplicación.
¿Cómo se trata el dolor?
Se usan antiespasmódicos del tipo de la buscapina. El diclofenac es un analgésico y antiinflamatorio de administración intramuscular, que demostró ser efectivo para la crisis de dolor. El baño por inmersión en agua tibia hasta el tórax, resulta beneficioso.
¿Puede requerir la internación?
Es raro que se requiera hospitalización, pero puede ser necesario en casos de refractariedad al tratamiento o en situaciones de riesgo como embarazo, o en personas con riñón único. En situaciones especiales se pueden utilizar sustancias como la aminofilina en dilución intravenosa.