Milagro para espacios reducidos

| Padre e hijo necesitaban resolver un problema de espacio. Su invento se exporta hoy a cuatro países

Alejandro Monestier, de 32 años, y su padre Juan Carlos son los fundadores de Hiddenbed, una empresa uruguaya que vende un modelo de cama escritorio, en Uruguay y varios países del mundo.

El mueble es realmente novedoso a nivel mundial. Es un escritorio enorme, que en pocos segundos y sin sacar nada de arriba se transforma en cama. Cuando aparece uno se esconde el otro. Cuando la mesa de trabajo está a la vista, la cama permanece guardada y escondida. Cuando lo que se precisa es recostarse o dormir, el escritorio desaparece de escena. El ingenioso mecanismo permite, incluso, dos camas cuchetas y un escritorio. Por lo tanto, en un cuarto pequeño se puede disponer de un área de descanso y otra de trabajo, dentro del mismo metraje.

Aunque pudiera pensarse que semejante aparato se convierte en un armatoste dentro del dormitorio, la realidad demuestra lo contrario. La cama escritorio es elegante, práctica, de líneas modernas, confeccionada en madera natural o pintada en distintos colores. Hiddenbed, ofrece también una enorme posibilidad de diseños, de modo de tener en cuenta los más diversos gustos.

La historia que hay detrás de ese mueble es bien original. Demuestra cómo una idea, de corte casero, puede convertirse en un buen negocio. El padre de Alejandro es Ingeniero mecánico, mientras que él es Ingeniero en Administración y trabajó en la industria de la madera. Ambos sumaron sus conocimientos para darle forma a un proyecto familiar muy ambicioso.

UN INVENTO GENIAL "Mi padre vivía en un departamento pequeño, y yo me mudé a su casa al terminar mis estudios en Praga. Lo que ofrecía el mercado no nos convencía. Buscamos por internet y tampoco aparecía lo que estábamos precisando: una cama y un escritorio, que pudiera entrar en un cuarto de 2 metros por 1 y medio. Luego de muchos días hicimos el prototipo, y yo fui el primer usuario. Estaba encantado, tenía el escritorio más grande de toda mi familia, y sin embargo tenía el cuarto más chico por lejos. Ni siquiera debía hacer mi cama, porque quedaba escondida. Cuando caí en la cuenta de que realmente habíamos inventado algo lindo, cómodo y funcional, muy necesario en los tiempos que corren, empezamos a pensar en venderlo al público", comentó Alejandro.

El escritorio se transforma en cama en apenas cinco segundos con la mayor facilidad, pero mantiene apoyado sobre su plataforma todo lo que se le haya puesto encima, como ser computadora, teléfono, o un café, sin el menor riesgo de que se caigan." La computadora puede estar conectada a internet mientras el escritorio está guardado, porque ni siquiera hay que desenchufarlo", dijo Alejandro.

COMERCIALIZACION. Mientras estaban desarrollando el proceso que permitía completar el mueble, Alejandro viajó a varios países de Asia, trabajando para Urufor, una empresa forestal de Uruguay.

"Mi trabajo consistía en vender madera, visitaba muchas fábricas de muebles para ver que uso se le podía dar a la madera uruguaya, principalmente al eucaliptus. Aprendí mucho sobre muebles y volví con el conocimiento que me permitió transformar nuestro mueble en un producto hecho tecnológicamente al día", dijo Alejandro.

El perfil de los clientes de Hiddenbed es alguien que está dispuesto a encontrar una solución práctica a un problema de espacio. Madres y padres con chicos que crecen y necesitan espacio, abuelos que reciben a sus nietos, adolescentes que necesitan una lugar donde poner su computadora, son los clientes más habituales. Con el nuevo modelo, una cama matrimonial muy atractiva, Hiddenbed apunta al mercado de las parejas jóvenes que viven en apartamentos.

LA PRIMERA FERIA. En enero del 2003 viajaron a una de las grandes ferias de muebles del mundo, que tiene lugar en la ciudad de Colonia (Alemania).

Regresaron satisfechos. No existió una avalancha de pedidos, lo cual no los decepcionó, porque ellos no viajaron con la expectativa de realizar grandes ventas. Pero descubrieron que en el mundo no existía nada parecido y que había un interés muy grande por el producto.

"El mundo de los muebles es bastante conservador y cauteloso en incorporar cosas nuevas. El 90 por ciento de las ventas son sillones, estanterías, mesas, camas y sillas. Cuando algo gira ya es como una revolución", contó Alejandro. Más tarde agregó "En el 2003 trabajamos para tener un producto comercializable. Enseguida nos dimos cuenta de muchas limitaciones naturales que tiene el comercio de muebles. Una de ellas es el gusto de los mercados por los distintos tipos de madera. Uno prefiere el roble mate, y a otros les gusta la caoba bien brillante. Por otro lado, todos los países tienen distintasmedidas de colchón. Por esos motivos, de ser Hiddenbed el fabricante de tanta variedad, debería crear una montaña de diseños basados en los distintos gustos de la madera, la forma, el tamaño del colchón y la terminación. "Para no entrar en ese torbellino de variedades y diseños, empezamos a vender solo el mecanismo, que sirve para hacer cualquier modelo de Hiddenbed", explicó Alejandro.

El mecanismo está compuesto por varias piezas de acero y de bronce, que pesan entre 4 y 5 kilos. Esas piezas son las que hoy en día Hiddenbed vende regularmente a Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Singapur y Uruguay.

En el presente, la empresa Hiddenbed se prepara para franquiciar su producto, tanto en Uruguay como en el exterior.

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