Mil parejas conservan células madre

Bancos privados. En Uruguay solo hay una empresa; la actividad podría ser regulada

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PAULA BARQUET

Unas mil parejas conservan las células madre de cordón umbilical de sus hijos en MaterCell, el único banco privado en Uruguay. Ese material biológico, potencialmente útil para tratamientos médicos, se ve amenazado por un proyecto de ley.

El diputado Álvaro Vega (MPP) impulsa un proyecto de ley que regula la conservación y uso de células madre en Uruguay. La iniciativa constituye una de las prioridades de la Comisión de Salud, por lo que el Frente Amplio promoverá su aprobación parlamentaria este año.

El proyecto se basa en uno que ya aprobó el Senado durante 2009 y cuyo proceso parlamentario fue interrumpido por las elecciones nacionales. Sin embargo, Vega dijo a El País días atrás que se le introducirá una importante modificación: el Estado tendría "potestad exclusiva" para la conservación de células madre en Uruguay.

La disposición amenaza la existencia de MaterCell, el único banco privado de células madre de cordón umbilical que funciona en el país. Se trata de una franquicia de MaterCell Argentina instalada aquí en 2005. Desde entonces, unas 1.000 parejas han decidido conservar ese material biológico.

Los directores de MaterCell, Mario Feder y Luis Della Torre, reaccionaron con preocupación ante la posibilidad de que el Estado expropie las muestras guardadas en su clínica de Parque Batlle. Aseguraron a El País que su trabajo puede "perfectamente coexistir" con un banco público, y que de hecho sería "muy recomendable".

PÚBLICO O PRIVADO. Los bancos familiares o privados, como MaterCell, se abastecen de sangre de cordón umbilical que se guarda por tiempo indefinido para uso autólogo, es decir, para darle un destino propio.

Los bancos nacionales o públicos, en cambio, reciben las células como donación, quedando disponibles para quien las precise, siempre y cuando se compruebe la compatibilidad.

Mientras los bancos privados presentan la ventaja de que la compatibilidad en un eventual tratamiento será absoluta, en los bancos públicos hay más probabilidad de que la muestra sea efectivamente utilizada.

Por eso expertos internacionales en salud suelen desestimular las prácticas autólogas, priorizando un mayor uso terapéutico; incluso en países como Francia e Italia los bancos privados están prohibidos.

Feder y Della Torre explicaron a El País que "una práctica médica no excluye a otra", y que de hecho una población cualquiera se beneficia cuando coexisten las dos.

"Aquel que no tiene sangre propia guardada, recurre al banco público a ver si existe alguna muestra compatible. Pero el 25% de la gente que precisa un transplante no la consigue. Por eso es importante que coexistan ambos bancos: porque si esa persona tiene su sangre guardada, no tiene ese problema", argumentó Feder.

Muchos bancos públicos del mundo están asociados a una fundación llamada Netcord. A través de su sitio web, se puede rastrear dónde hay una muestra compatible a la sangre de determinado paciente. Esa muestra, si se llega a conseguir, cuesta 25.000 euros.

En ese sentido, los directores de MaterCell defienden la necesidad de que exista la posibilidad de guardar la sangre propia, que es 100% compatible. Plantean que "si se eliminan los bancos familiares, se cercena una rama importante de la medicina y el país retrocede".

La iniciativa de Vega es que el Estado, a través del Instituto Nacional de Donación y Transplante (INDT, ex Banco de Órganos y Tejidos), centralice la conservación de células madre.

En ese sentido, Della Torre consideró que "existe el pensamiento de que lo que no es para todos, no es para nadie. Aunque un sector pueda pagar ciertos servicios médicos, que van más allá de lo común, está ese concepto de que no se puede hacer. Nosotros estaríamos contentos de que existiera un banco público que permitiera que todos los niños pudieran tener su sangre guardada".

Quienes contratan el servicio de MaterCell desembolsan unos US$ 1.500 iniciales, y luego US$ 150 anuales por mantener la muestra congelada. Según Feder y Della Torre, entre las 1.000 parejas que decidieron conservar hay personas de clase media y media alta, tanto de Montevideo como del interior, pero nunca afiliadas a ASSE.

La directora del INDT, Inés Álvarez, informó a El País que se está trabajando en el proyecto ejecutivo para construir un banco nacional de sangre de cordón umbilical en el quinto piso del Hospital de Clínicas. El banco está previsto en la ley de presupuesto quinquenal.

Los especialistas se manifestaron a favor de que exista un banco nacional y también de que se cree un marco regulatorio para el uso de células madre. "Queremos que el ministerio controle y esté seguro de que no hacemos nada irregular, para tener la confiabilidad ética de nuestro trabajo", alegaron.

potencial. A nivel mundial se han realizado con éxito trasplantes de células madre de cordón umbilical para el tratamiento de enfermedades hemato-oncológicas (leucemias, linfomas, mielomas) y otras patologías de la sangre como anemia aplástica.

Hasta ahora no se ha retirado ni utilizado ninguna de las muestras de células madre crioconservadas en MaterCell. Pero como este tipo de patologías suelen aparecer entre los cinco y siete años de vida de un niño, y la empresa lleva unos cinco años en Uruguay, recién ahora comienza el tiempo de su eventual uso terapéutico. Se cree que la muestra de sangre se conserva indefinidamente.

El potencial de estas células, que se reproducen más rápido que otras, todavía está en etapa de investigación.

Cómo se crioconservan las células madre

La sede de MaterCell es como cualquier clínica privada. Una recepción, algunas habitaciones, paredes blancas, higiene perfecta. La diferencia aparece cuando se ingresa al área restringida: una pequeña sala donde se conservan células madre de cordón umbilical con nitrógeno y a -196° en una especie de freezer grande.

Ante la visita de El País, Mónica, técnica de MaterCell, se calza gorra, guantes y tapaboca para abrir la tapa del tanque que contiene las muestras en un archivador. El vapor que se escapa cuando Mónica realiza esa maniobra representa varios miles de pesos en nitrógeno evaporado, asegura Mario Feder, director de la empresa.

En otra salita a la que no se puede entrar para no perder la esterilidad, se controla que la muestra cumpla con los requisitos de cantidad de glóbulos, volumen de sangre y viabilidad. Lo que no se utiliza se descarta como residuo biológico.

La extracción generalmente la realiza el obstetra tras el parto o cesárea, ya que es una técnica sencilla: se pinza el cordón umbilical, se corta en el medio, se le da el bebé con parte del cordón al neonatólogo y se conserva la otra parte. Luego se pincha uno de los vasos del cordón, y la sangre que empieza a salir se coloca en una bolsita. En MaterCell, luego de estudiarla, se guarda una concentración de la sangre retirada.

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