Matronatación es opción de padres

| Busca estimular al bebé y a su desarrollo psicomotor. Se aconseja iniciarla luego de que el niño tenga 4 meses.

Ana María Abel

Lic. Ciencias Familiares

Patricia y Olga intercambiaron en varias oportunidades opiniones acerca de la matronatación. Patricia se manifiesta a favor. Aduce que un bebe, aunque todavía no camine o gatee, al moverse con libertad dentro del agua, favorece el desarrollo psicomotor y fortalece su aparato respiratorio. Aprende a reaccionar de forma natural ante una caída al agua disminuyendo el riesgo de ahogamiento.

Olga es contraria a esta práctica por los riesgos de otitis, enfriamiento, conjuntivitis u hongos. Piensa que, en algunos padres puede crear la falsa seguridad de que sus bebes son capaces de nadar, cuando la edad recomendada por la Asociación Americana de Pediatras es a partir de los cuatro años. Algunos consideran el medio acuático como una continuación del líquido amniótico donde el niño estuvo en la gestación pero, en rigor, no se puede atribuirles autonomía en el agua hasta los 4 o 5 años.

¿Qué es la matronatación? La doctora argentina Patricia Cirigliano la reivindica como creación suya en 1960. No son clases para que los bebés aprendan a nadar. Es una actividad que busca la estimulación acuática del bebe por medio de juegos que le permiten flotar y moverse en una piscina con ayuda de sus padres. La madre, el padre o ambos juntos juegan con él. Cirigliano aconseja esperar a los cuatro meses para iniciarlos, momento del desarrollo donde su sistema inmunológico ha madurado y es más capaz de afrontar infecciones.

Aunque el aparato locomotor no está lo suficientemente desarrollado como para nadar, la presencia de los padres en la piscina crea interesantes vínculos de apego y proporciona seguridad a los pequeños. Cirigliano apoya estos beneficios en la certeza científica de que los bebes nacen con una serie de reflejos como el de succión, de presión y el de la glotis. Al sumergirse en el agua, bloquean de forma natural las vías respiratorias y no tragan agua. Considera que puede conseguirse que ese reflejo instintivo se convierta en un acto controlado por el bebe potenciando el instinto de supervivencia del niño.

Ciertamente la natación es el deporte más completo y el primero que se puede empezar a practicar. Pero son los padres, previa consulta al pediatra, quienes mejor pueden dilucidar los beneficios que le aporta esta práctica tan temprana en cada hijo en particular. Quizás con un hijo da resultado y con otros no, al ser cada persona única, irrepetible y tener necesidades individuales diferentes. No podemos educar en serie, tenemos que hacerlo muy en serio, conociendo y respetando la singularidad personal.

La buena comunicación

Comunicarse es compartir nuestro mundo íntimo: sentimientos, penas, alegrías, dudas, miedos. Conversar es intercambiar contenidos sobre las cosas que suceden de afuera de nosotros, relatar, explicar. La armonía familiar se logra conjugando ambos verbos.

Nadar con los padres

El bebe que nada con sus padres comparte con ellos una experiencia divertida y enriquecedora. Crea con ellos un vínculo de confianza ya que el niño necesita de sus padres para poder mantenerse en el agua de forma segura. Esto puede lograrse tanto en una piscina como en el mar.

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