Martín Barrantes conquistó a una francesa millonaria

Chandon. El ex de "Pampita" salió acompañado de la fiesta

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RAÚL MERNIES Y VIVIANA RUGGIERO

La fiesta de Chandon fue el escenario perfecto para que Martín Barrantes, soltero una vez más, fuera el protagonista de uno de los romances del verano. Esta vez la historia la completa una francesa vinculada a los artículos de lujo y las joyas.

El polista argentino Martín Barrantes se fue temprano de una de las fiestas más esperadas de Punta del Este, a las 2:23 horas, y acompañado por una chica francesa.

A pesar de que todos los invitados estaban vestidos de blanco y era difícil distinguir a una persona de otra, en uno de los sectores más alejados de la celebración de Chandon, Barrantes resaltaba en la oscuridad por su físico robusto.

Sentado en el rincón más discreto de un quincho flotante sobre el lago, el ex marido de Pampita charló durante horas con Jeanne Degoy, una delgada joven rubia de unos 1,75 metros de altura, vinculada al sector de artículos de lujo y el mercado de las joyas.

Degoy divide su vida entre Buenos Aires y París y eligió Punta del Este para descansar unos días. Estudió en la Universidad de la Sorbonne, en París, y es miembro de una comunidad internacional de profesionales millonarios de Europa y EE.UU. que organiza fiestas privadas en Miami, Ibiza y Punta del Este, entre otros destinos.

Entre copa y copa, la música fuerte los obligaba a hablarse a pocos centímetros. La charla era fluida y las miradas profundas. Hubo risas y momentos más serios. Al polista se lo veía distendido y a Degoy más seria, aunque él llevaba las riendas de la conversación.

El acercamiento físico comenzó cuando Barrantes pasó una pierna por encima de la falda de la rubia. Unos minutos después a él le sonó su celular. Ella se paró y bailó con amigos hasta que Barrantes se acercó y, hablándole al oído, la invitó a retirarse juntos a un lugar más tranquilo.

A la 1:34 de la madrugada empezó la caminata hacia la puerta de salida. Debían atravesar un deck de madera sobre el lago y dos de los sectores principales del baile. Pero salir no fue fácil, porque cada pocos metros alguien gritaba: "¡Barrantes!" y el polista debía detenerse y hacer lobby. Ella se adelantaba algunos metros, esperaba unos minutos hablando con alguien (en español pero con el acento bien marcado) y cuando el plantón ya era demasiado se acercaba como para presionar y agilizar la salida.

Pasaron 49 minutos exactamente desde que decidieron salir hasta que efectivamente bajaron la escalinata de la entrada de Pueblo Mío, rumbo al auto. Entre las oscuras calles de tierra y algo de barro, Barrantes sacó a luz su lado más romántico, la alzó en brazos, dio un giro y caminó algunos pasos con la rubia en alzas.

Solo la canción del verano ("Ella quiere su rumba", que identifica al mediático chocolatero Ricardo Fort), que sonaba a lo lejos en la fiesta y apenas se escuchaba desde el estacionamiento, hizo que se detuvieran a bailar en la oscuridad por unos segundos.

La noche fue larga para el polista que parece haber olvidado ya a su ex novia, la modelo Melina Gadano.

LÍOS DE AMORES. La agitada vida amorosa del polista ha estado salpicada de escándalos desde su ruptura con la modelo argentina Carolina "Pampita" Ardohain.

El matrimonio terminó con un juicio que Barrantes inició por "adulterio", alegando que ella le había sido infiel.

Una isla tailandesa en Manantiales

Para la cuarta edición de su fiesta, Chandon se propuso recrear Phuket, una isla tailandesa, y le salió a la perfección.

La chacra Pueblo Mio, en Manantiales, fue el marco ideal para que el arquitecto Javier Iturrioz recreara un espacio temático de la isla en cada rincón, donde los más de 1.500 presentes pudieron disfrutar a pleno, todos vestidos de blanco y "con un toque thai", premisa de la invitación.

Desde las escalinatas de madera en la entrada con un camino de velas y senderos de pétalos, pasando por dos grandes budas de piedra se accedía a las terrazas que daban al lago. Allí aguardaba la diosa "Dewi" rodeada de ofrendas florales. A la entrada dos jóvenes con vestidos tailandeses dieron la bienvenida con el típico saludo "sawadee", con las manos juntas y una leve inclinación.

Entre camastros de madera tailandesa y asientos con formas de botes, reinó el olor amargo de los habanos que fumaban los invitados más distinguidos, entre los que se destacaron Franco Macri y Nuria Quintela, Debora Bello, Cristiano Ratazzi, Alicia Fernández, Martín Barrantes, Adolfo Cambiaso y María Vazquez, Ricardo Piñeyro y Pancho Dotto, entre muchos otros.

Los currys, la leche de coco y las especias fueron los ingredientes más destacados de la oferta gastronómica.

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