Los latinismos (II)

| María Antonieta Dubourg

En la ficha anterior, tratamos algunas palabras que se habían mantenido en español, tal cual eran en latín. Especificamos que la única variedad que tenían, con respecto a la lengua original, era el adaptarse a las reglas de tilde. Y dejamos sentado, también, que no admitían ser pluralizadas. Y en esto hay que insistir porque, incluso en hablantes cultos y en documentos oficiales, aparecen en plural, lo que viola las reglas del idioma.

Trataremos otras, también de uso corriente, que pueden provocar vacilaciones a los usuarios del lenguaje.

1) Déficit

Es el participio del verbo latino "deficere", que significaba "faltar". El diccionario lo define: "En el comercio, descubierto que resulta comparando el haber existente con el fondo puesto por la empresa; en la administración pública, parte que falta para levantar las cargas del estado".

La palabra se adaptó a las reglas de tilde de nuestro idioma (es esdrújula y todas se tildan).

Permanece invariable en el plural. La forma "déficits" que suele escucharse y, en algunos casos, escribirse, es incorrecta.

La empresa tiene déficit todos los meses.

Es difícil controlar los diferentes déficit del Estado.

2) Superávit

Es también un participio latino, en este caso del verbo "superare" que tenía el mismo significado que el actual "superar".

Para el diccionario: "En el comercio, exceso del haber sobre el debe; en la administración pública, exceso de ingresos sobre los gastos".

Como grave terminada en consonante, lleva tilde. Tampoco admite el plural.

Nos alegran los reiterados superávit de nuestro comercio.

Fue una época de superávit para la Administración Pública.

3) Ultimátum

Tenía, en latín, el mismo significado que el actual: Resolución terminante, definitiva, que, generalmente, se comunica por escrito.

Como las dos palabras anteriores, se adapta a las reglas de tilde (grave terminada en consonante) y no admite plural.

La Academia Española la castellanizó con la forma "ultimato", que no logró imponerse en la lengua. Actualmente, el propio diccionario lo caracteriza como vocablo en desuso.

Le dio varios ultimátum hasta que logró que lo obedeciera.

4) Bis

Adverbio latino, cuyo significado era "dos veces".

No ha sufrido modificación ninguna. Tampoco admite el plural.

Se usa como interjección para pedir la repetición de algún espectáculo:

¡Bis, bis!, ¡queremos otra canción!

O, también, en impresos para indicar que algo debe repetirse.

¡Que no lo haga, que no lo haga! (bis)

5) Ergo

Es una conjunción latina, que quiere decir "por lo tanto", pues, luego. Solo la usa el lenguaje culto. Aparece, con más frecuencia en la lengua escrita que en la oral. Va seguida de coma.

No lo entiendes; ergo, no me escuchas con atención.

6) Ídem

Con el mismo significado latino "lo mismo", entra al español. Agrega un tilde, porque es grave terminada en consonante.

Se usa para indicar que se repite parte o todo lo que se dijo anteriormente.

El gerente no es correcto y la empleada, ídem.

Ni "ídem" ni "ergo" tienden a pluralizarse.

7) Quórum

En la grafía de la palabra, se nota, claramente, que es latina. En español, la "q" siempre va seguida de "e" o de "i", no de "o", como en este caso.

Sin embargo, fue adaptada a las reglas de tilde ya que es grave terminada en consonante y, como tal, debe llevarlo.

Significa el número de individuos necesario para que una asamblea tome una decisión válida o la proporción de votos que requiere un acuerdo.

La sesión se interrumpe porque no hay quórum para hacer la votación.

La lista puede ser más extensa. Pero entendemos que estos vocablos son los más populares, los más usados y que una gran cantidad de hablantes se vale de ellos.

Por lo tanto, es importante que sepan de dónde provienen y a qué reglas se ajustan.

Dirección de Internet:

todo.com.uy/ lenguaje

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