La vida del niño reencarnado en lama

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Hace 25 años, del Centro de Retiros O Sel Ling, en la Alpujarra granadina, España, salió una noticia que dio la vuelta al mundo: el lama Yeshe, fallecido en 1984, se había reencarnado en un niño del municipio de Bubión, de 3 años, nacido del matrimonio entre María Torres (budista convencida desde su etapa de hippie en Ibiza) y Francisco Hita, albañil. Fue un bombazo informativo, confirmado por el propio Dalai Lama.

Al niño Osel Hita Torres le hicieron unas pruebas y las superó todas. Lo vistieron de rojo rabioso, le pusieron un gorro amarillo y lo llevaron a la India, al monasterio de Sera. Allí lo sentaron en un trono y comenzaron a adorarlo.

Ahora, Osel Hita Torres, más conocido como el niño lama español, tiene 28 años y quiere vivir en Ibiza donde planea construir una aldea ecológica y dar clases de yoga y meditación. Según publicó el diario El Mundo, el joven toca en la banda Privilege.

"Él no ha dejado el budismo. Lo que tiene claro es que no quiere ser lama ni monje. Quiere ser padre y tener una familia. Una cosa muy normal", explica Anne Weenas, responsable del Centro de Retiros O Sel Ling.

El padre de Osel, Francisco Hita, sostiene que su hijo es muy feliz, que "desea pasar por una etapa de integración en la sociedad y crear un espacio propio de vida, observar sin sentirse permanentemente observado". A Osel le encanta viajar, la música electrónica de la que se empapó en Ibiza y los goles de Fernando Torres, aunque su equipo del alma es el Barca.

Siendo aún niño, durante algunos períodos de tiempo Osel volvía a España, a su Bubión natal, donde jugaba con los amiguitos de su edad y, mirándolo correr, era difícil concebir que aquel niño estuviera destinado a ser uno de los más importantes líderes espirituales del budismo.

A los ocho años, grabó una cinta que envió a su madre: "¡Mamá, ven y sácame de aquí!". María fue hasta el monasterio, le quitó a su hijo la túnica, le puso unos pantalones vaqueros y se lo llevó a Bubión. Luego entendió que era una rabieta infantil y pesó más su fe en el budismo.

En el pueblo le llamaban `Joselín`. Para el alcalde Roberto Rodríguez, es una pena lo que se hizo con ese niño. "Él era aquí feliz, un niño alegre al que le gustaba mucho el juego", reconoce el alcalde de acuerdo al portal larioja.com.

También Antonio Martín Villena, maestro de `Joselín` durante sus vacaciones en Bubión, recuerda a un niño muy activo. "Le encantaba jugar a la pelota y a las construcciones. Eso sí, era muy comodón y no recogía las piezas". Francisco, un joven granadino que correteó con el niño lama, se queda con otro detalle curioso: "Cuando jugábamos al caballito, él tenía que ser siempre el que se montara en los demás niños. Nunca permitía que se montaran en él. Tal vez esa conducta la tuviera asumida porque en el monasterio tenía varios sirvientes y se había acostumbrado a ser el centro de atención. Así que cuando venía por aquí su desbarajuste mental debía de ser enorme", opina.

Cuando Osel cumplió la mayoría de edad, dijo basta y abandonó el monasterio. Estuvo en Ibiza, en Canadá, en Estados Unidos y finalmente en Madrid, donde estudió cine. De sus gastos parece que se ocupa una organización internacional que tiene por objetivo dar a conocer y preservar el budismo mahayana tibetano.

Osel es alérgico a la fama y a los medios de comunicación. Se ha esforzado en pasar inadvertido. Tiene abierto un perfil en Facebook, donde cuelga fotos con sus amigos y su novia y habla de sus viajes y de sus aficiones, pero sin etiquetarse como el niño lama. Lo mismo se pasa una tarde leyendo una novela de cruzadas, piensa con la obra del polifacético Jodorowsky o se enternece con una aventura de Mark Twain. Lecturas, algunas, más de adolescente que de un hombre de 28 años. Pero, como dicen en Bubión, al pequeño lama le robaron la infancia.

En una entrevista que concedió al diario El Mundo unos cuatro años atrás, Osel se quejó de una juventud sin televisión, chicas y fútbol. Para él las películas estaban prohibidas, excepto una versión censurada de The Golden Child (con Eddie Murphy) sobre el secuestro de un niño lama que tenía poderes especiales, con la que dice que nunca se sintió identificado. En esa oportunidad contó que, hasta los 18 años, no había visto una pareja besarse y que su primera experiencia en una discoteca fue un shock: "Me sorprendió ver a todos bailando. ¿Qué es lo que hacían todas esas personas pegadas una a la otra, encapsuladas en una caja de humo?", dijo entonces.

Más que admiración, hoy en su pueblo Osel inspira un poco de lástima. Nadie quiere estar en su piel y todos piensan que habría sido diferente si a ese niño se le hubiera dejado crecer en Bubión y al cumplir los 18 años se le hubiera llevado al monasterio. Al revés de como se hizo.

Ahora usa el pelo largo y barba. A su pueblo va bastante. "Siempre que lo desea. Lo que pasa es que lo hace casi de incógnito, quiere pasar desapercibido. Sus amigos de la infancia ya no están allí y es fácil confundirlo con un turista. Pero su contacto con Bubión es frecuente", comenta su padre.

Hace un par de años, Osel pasó por el lugar de retiro de Anne Weenas. "Aquí no lo olvidamos. ¡Cómo lo vamos a olvidar si este centro lleva su nombre!", dijo Claudia, una voluntaria que pasaba una temporada en el Centro de Retiros O Sel Ling.

Osel Hita Torres

Cuando tenía tres años, Osel Hita Torres fue identificado como la reencarnación del Lama Yeshe, uno de los principales introductores del budismo en Occidente, Entonces a Osel, nacido en España, lo vistieron de rojo rabioso, le pusieron un gorro amarillo y lo llevaron al monasterio de Sera en India, lo sentaron en un trono y comenzaron a adorarlo. Pero al cumplir la mayoría de edad, se fue. Ahora Osel tiene 28 años y vive en Ibiza. En una entrevista con El Mundo contó que su primera experiencia en una discoteca fue un shock: "Me sorprendió ver a todos bailando. ¿Qué es lo que hacían todas esas personas pegadas una a la otra, encapsuladas en una caja de humo?", pensó.

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