El periodista uruguayo Alfonso Lessa denunció una persecución, a oscuras, en plena ruta, en el mes de agosto mientras realizaba la investigación de un episodio clave de los últimos años. El caso tomó estado público en las últimas horas por un comunicado de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), y este viernes, en diálogo con El País, el periodista sostuvo que incluso sufrió otros hechos sospechosos de menor calibre en los últimos meses.
Según pudo saber El País esta tardecita desde Fiscalía General de la Nación le informaron al periodista que el fiscal Fiscal Letrado Departamental de Maldonado de 1º turno, Sebastián Robles, tomó el caso y va a llevar adelante una investigación “profunda”, que va a incluir un “exhaustiva” revisión de las cámaras de seguridad del peaje.
Lessa, con larga trayectoria en medios nacionales, estuvo al frente del ciclo de investigación periodística Otra Mirada (Canal 4). A una semana del último programa, el 19 de agosto, contó que sufrió una extraña persecución por la ruta Interbalnearia, en plena noche, cuando viajaba con su mujer rumbo al este para disfrutar de una cena.
El informe que trabaja en ese entonces Lessa refería al caso Feldman. En octubre de 2009, en plena fecha de elecciones nacionales, efectivos hallaron un arsenal de 350 armas en una casa del barrio Aires Puros, y más adelante dieron con que el dueño de aquél inmueble era el contador Saúl Feldman, que se encontraba en una vivienda de Solymar (Canelones).
Tras un intenso despliegue de efectivos en la zona, y con un intercambio de disparos entre los agentes y el contador por 40 minutos luego de que se atrincherara, Feldman fue abatido. La Policía contabilizó más de 700 armas, cortas y largas, repartidas entre ambas casas, y la suspicacia sobre su figura permaneció a más de una década del episodio.
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Lessa destacó que la investigación que se dio a conocer a fines de agosto fue "bastante trabajosa". Implicó la revisión del expediente de "3.700 fojas", a lo que sumó un cruzamiento de información del texto judicial con datos del Ministerio del Interior y Defensa. También sumó testimonios, en reserva, de personal que había participado del operativo.
"Encontré en esta investigación muchos elementos que me llamaron la atención, ciertas contradicciones (...) cosas que faltan, información que no se conoció públicamente. Un montón de cosas que hacen que por lo menos sea llamativo todo esto y evidentemente había alguien con la intención de que yo no diera a luz este informe", que se transmitió al aire finalmente el 26 de agosto, remarcó Lessa.
"Lo que me queda claro en el expediente es que (Feldman) no era como se presentó: una especie de loco que actuaba solo y coleccionaba armas como quienes guardan basura, sino que hay algo mucho más grande atrás", expresó el periodista. Agregó que el contador tenía contacto con alguien con quien intercambiaba "listas de armas a comprar".
La persecución
Sobre las 22.30 del 19 de agosto pasó por el segundo peaje, en Solís (Maldonado), continuó por esa vía rumbo al este cuando poco después, en una zona de "total oscuridad" y con "nada" de tránsito, comenzó a ver "solamente los focos de un coche a alta velocidad".
Primero se abrió a la derecha para dejarlo pasar, pero para su sorpresa "el auto se detuvo abruptamente a mi izquierda, sin pasarme, solo pude ver los focos", dijo, sobre el paso que estimó fue para confirmar que se trataba de él.
El episodio no terminó allí porque el auto, de forma intimidante, se colocó atrás, "de manera muy agresiva, muy pegado a mí", lo que lo obligó a circular a alta velocidad. Inmediatamente apagó "todas" las luces, y a oscuras, siguió la persecución a unos 140 kilómetros por hora por la ruta.
En ese momento, que calificó de "terror", intentó no perder el dominio del auto y confesó que incluso llegó a perder la referencia respecto al otro vehículo.
"Cada tanto, prendía un instante las luces, para darme la señal de que efectivamente seguía ahí y quizás para ubicarse él porque la verdad que manejaba totalmente a oscuras, pegado a mí", contó.
"Vivimos una situación muy difícil, por suerte no perdimos el control, ni mi esposa, ni yo", destacó sobre el episodio que se extendió por "varios kilómetros". Evaluó parar en la carretera, pero definió que era peor porque "si querían hacernos algún daño capaz que era peor", aseguró.
A lo largo de ese trayecto por la ruta, pensando diferentes opciones, buscó una zona con luz para parar, "muy preocupado porque fue como una película de terror", al mismo tiempo que "no podía creer" lo que estaba sucediendo. Fue cuando llegó a una zona más iluminada y con tránsito que las luces que lo seguían habían quedado atrás. En esta persecución no llegó a distinguir bien la chapa del auto, ni qué modelo era, sino que vio "dos focos y nada más".
Después de esta escena llegó a un domicilio, al otro día se comunicó con funcionarios de Canal 4 para transmitir lo sucedido y ese domingo, fecha hasta la que se quedó en el este, hizo la denuncia policial. "Quedé allá shockeado, todavía no sabía qué camino emprender", recordó con nerviosismo.
Los policías que tomaron el caso horas más tarde le anunciaron que la persecución fue hecha con "mucho profesionalismo, no era gente aficionada, obviamente sabían lo que hacían, me tenían controlado". E incluso dio un paso más: "Me seguían o tenían los teléfonos intervenidos porque sabían exactamente adonde yo iba, la hora a la que pasé...".
Lessa señaló que no quiso "insistir" con Interior porque por esa fecha se estaba en los preparativos de la interpelación a los ministros Luis Alberto Heber y Francisco Bustillo por la entrega del pasaporte al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset.
No obstante, una vez tomó conocimiento del hecho, Heber le transmitió por Whatsapp que se trataba de un "caso gravísimo" y que se iba a investigar. También se puso en contacto desde el comienzo Álvaro Garcé, director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica del Estado.
El lunes siguiente lo llamaron funcionarios de Inteligencia policial para conocer detalles de lo acontecido, y poco después se presentó personalmente a hacer la denuncia por escrito y para trasladarle los elementos que habían encontrado. Hicieron el recorrido que había hecho Lessa y "comprobaron" que era una zona de "absoluta oscuridad, que no había radares ni cámaras de seguridad". Esto hace pensar, agregó, que el lugar "no fue elegido de casualidad", sino que "sabían lo que hacían".
No obstante, el periodista alertó que "insólitamente la investigación ha quedado trabada" porque los investigadores no han podido acceder aún a la cámara de los peajes para dar con el auto que lo persiguió. "Los responsables de las cámaras hasta ayer se habían negado a darlas, una cosa increíble", lamentó.
Ante esta situación, la Policía pidió la intervención de un fiscal de Maldonado, que al momento, "no dio ninguna orden por escrito, llamativamente, para que dieran la grabación", sino que fue una orden verbal, según le transmitieron policías.
Denuncia internacional
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) emitió un comunicado en el marco de la 78 Asamblea General, que se desarrolló en Madrid del 27 al 30 de octubre, donde se alertó la situación que vivió Lessa, destacando que "hasta el momento no han surtido resultados" las denuncias.
"Este tipo de advertencias físicas y directas no son habituales en el país, por lo cual provoca una especial preocupación para la SIP", agregó el organismo. El también periodista Danilo Arbilla, columnista de El País, colaboró con la SIP para "plantear inquietudes y preocupaciones a la Presidencia de la República, al Ministerio del Interior (Policía), a la fiscalía general y a legisladores", remató el comunicado que hace un balance sobre la situación de la prensa en Uruguay.
Lessa mantuvo ayer, jueves, un diálogo con el fiscal de Corte, Juan Gómez, quien le transmitió que no recibió formalmente la denuncia de la SIP, pero que estaba "enterado" del tema y que se iba a poner en contacto con Arbilla, quien fue el que comunicó el episodio a la SIP.
El periodista insistió que de por sí es "muy difícil" encontrar nuevos elementos en esa zona sin cámaras y radares, en un episodio que además fue a oscuras, y lamentó que es más complicado si no tienen las imágenes del peaje. "Espero que se pueda conseguir la grabación, aunque no sé si a esta altura existe. Es muy extraño todo lo que pasó", agregó.
No obstante, las acciones no culminaron con la persecución a mediados de agosto. Lessa contó que desde entonces fue testigo de "actitudes sospechosas" como la posibilidad de seguimiento y control. Prefirió no ahondar en detalles, pero contó el caso de una persona quiso entrar a su casa "diciendo que era de un organismo público, le dije que el control lo podía hacer afuera porque habían puesto un contador hacía tiempo, se puso nervioso y cuando fui a ver si estaba controlando había desaparecido", dijo. Esta situación y otras "pequeñas" que suceden frente a la persecución, le hicieron tomar otras previsiones.
Al ser consultado sobre si estimó quién pudo haber estado atrás de la persecución, Lessa se mostró cauteloso y prefirió no comentar sus especulaciones, que adelantó, son "varias". La Policía ayer lo volvió a llamar para ponerlo "al día" con el caso. El periodista dijo que no hizo público el caso antes para no "complicar" la investigación, y que desde que se hizo público el caso ha recibido muchas llamadas de autoridades y colegas.
"Vivir una situación de este tipo es un poco shockeante y evidentemente, afecta, porque fue muy extraño. En otras oportunidades he tenido amenazas, telefónicas, directas y por internet —que en algunos caso se esclareció— pero nunca me había pasado esta cosa directa", lamentó el periodista.