"Pasó de un sueño al sueño eterno". Así define la muerte de un joven de 19 años el informe de un técnico prevencionista y especialista en Seguridad y Salud en el Trabajo que solicitó la defensa de la familia. El fallecimiento ocurrió en setiembre de 2023, pero nuevas pericias pueden ser claves para el avance del caso, en el que la familia del joven busca que se atribuya responsabilidad al dueño del predio.
Un peón rural de 19 años que trabajaba en un establecimiento en el departamento de Tacuarembó, terminó su jornada como cualquier día y se acostó a dormir en el lugar asignado. Horas después reportaron su muerte.
En una habitación próxima, se encontraba un motor de combustión. En una de las paredes, una mancha de humo "evidenciaba que no había una adecuada evacuación de los productos de la combustión del motor", según el informe presentado por la defensa de la familia al que accedió El País.
Al día siguiente, un compañero de trabajo fue a buscarlo tras percatarse de que el joven no se había presentado y allí lo encontró fallecido en su cama.
La hipótesis inicial, y en la que se basa la defensa para ir contra el dueño del predio, fue que los gases generados por el motor, así como la "mala ventilación" del lugar, habrían sido las claves del fallecimiento. "Existen elementos y criterios específicos para imputar la responsabilidad penal por este hecho", dijo el abogado Luis González a El País.
Por su parte, el defensor del dueño del predio, Gustavo Bordes, aseguró a El País que el motor al que se apunta "no tenía combustible y no se prendía hace dos días". "No queda claro de dónde proviene el monóxido, es una investigación que todavía está en fase primaria y en la que preferimos no interceder", complementó.
Si bien el caso ocurrió 10 meses atrás, su reactivación es producto de que se presentaron los informes y análisis toxicológicos, los cuales confirman que la muerte se dio por la inhalación de monóxido de carbono. Se analizó la posible presencia de estupefacientes en su organismo, resultando en todos los casos negativo.
La familia pretende una imputación al dueño de la estancia por responsabilidad empresarial —que tiene una pena entre tres y 24 meses de prisión— o un acuerdo reparatorio, que estaría por encima de los US$ 30.000.
Fiscalía continúa investigando para determinar las condiciones en las que se produjo el deceso.
Investigan posible muerte por monóxido de carbono en Florida
La Policía de Florida investiga el fallecimiento de un joven de 23 años que fue encontrado sin vida en el interior de su vivienda en la mañana de este miércoles.
Si bien la investigación se encuentra en curso, la principal hipótesis es que el fallecido se intoxicó al inhalar monóxido de carbono. En la habitación fue encontrada una garrafa de 3kg.
El cuerpo fue reconocido por médico forense que trabaja en el análisis del cuerpo para determinar las causas de la muerte.
La muerte silenciosa
"La intoxicación por monóxido de Carbono es conocida como muerte silente —que no alborota— porque el afectado pasa de un sueño al sueño eterno”, según indicó en el informe el especialista.
Es que en caso de que una persona despierta inhale este gas tóxico, puede sentir efectos como dolor de cabeza, mareo y vómito. El problema es cuando la inhalación se hace mientras la persona está dormida, ya que no percibe ninguna alteración que la alerte de la intoxicación.
"El monóxido de carbono es producto de la combustión incompleta de maderas o hidrocarburos, y se produce en ambientes con bajas concentraciones de oxígeno, falta de aireación o espacio reducido, de ahí la importancia de la ventilación", dice el informe.
"Estamos teniendo entre 200 a 300 casos por año de intoxicación por monóxido de carbono, y aproximadamente 20 fallecidos", dijo la toxicóloga Melina Pan a Canal 12, quien también aseguró que estos números se encuentran en aumento.
Informe confirma accidente laboral en Soriano
Recientemente se aprobó por parte de la Justicia el reexamen de otro caso que involucró muertes como consecuencia de inhalar monóxido de carbono. Ocurrió en marzo de 2023, y las víctimas fueron dos trabajadores que habían sido contratados para reparar un pozo de agua con 10 metros de profundidad.
Al descender para realizar su trabajo, los funcionarios llegaron a una profundidad en la que comenzaron a inhalar gases tóxicos emitidos por una bomba de extracción, que sin darse cuenta afectaron su salud hasta dejarlos inconscientes y provocando su caída.
Un informe reciente elaborado por el Banco de Seguros del Estado (BSE) determinó que el hecho se trató de un accidente laboral. Fiscalía deberá investigar si existió "culpa grave" por parte del empresario dueño del predio.