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Facundo murió; fiscal del caso pidió una audiencia para cambiar la imputación al tirador por homicidio

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El sepelio de Facundo Cuadrado fue este lunes a la tarde. Foto: Fernando Ponzetto.
Entierro de Esmeralda Ferraz en el cementerio de la ciudad de Tacuarembo, joven violada y asesinada por su tio el pasado 30 de agosto, ND 20190905, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

EN TACUAREMBÓ

Esta se llevará a cabo a las 15 horas; el fallecido ya padecía muerte cerebral.

Facundo Cuadrado, el joven de 18 años oriundo de Tacuarembóque recibió un tiro con una chumbera por parte de un amigo, falleció el domingo alrededor de las 20 horas. Se encontraba internado con muerte cerebral en el hospital de ese departamento desde el 20 de febrero.

A las 16:30 horas de ayer se realizó el sepelio del joven y la abogada de la víctima, Karen Pintos, dijo a El País que la ceremonia fue “muy dura”.

Estaban reunidos, en un ambiente de mucha conmoción, la familia de Facundo y todos los que habían sido sus compañeros del liceo N° 1 de Tacuarembó, menos el que disparó que está en prisión domiciliaria. “El padre estaba destrozado”, contó la abogada con mucho dolor.

En tanto, la fiscal a cargo del caso, Claudia Lette, solicitó una audiencia con el objetivo de cambiar la imputación por homicidio, y esta se fijó para hoy a las 13 horas.

“Estamos estudiando si vamos a pedir la prisión efectiva como medida cautelar”, indicó, asimismo, la fiscal de Tacuarembó en diálogo con El País.

“La muerte de Facundo nos agarró tan de sorpresa que estamos todos estudiando qué evidencia tenemos”, expresó Lette.

La abogada Pintos enfatizó que la familia del fallecido seguirá “peleando” la prisión efectiva, más aún considerando este desenlace.

El agresor, también de 18 años y compañero del liceo de Facundo, no declaró ante Fiscalía y Lette dijo que “a esta altura ya no va a declarar” por su estado psicológico frágil.

El padre de Facundo, Milton Cuadrado, conversó con El País sobre la terrible tragedia en la que su hijo fue víctima: “Lo que pasó hubiera sido un accidente si mientras limpiaba una escopeta se le escapa un tiro, pero esto fue premeditado, el muchacho sabía lo que estaba haciendo. Disparó al cuerpo”.

Cuadrado, que ejerce como Policía, ha presionado tenazmente para que el agresor reciba prisión efectiva. Cree que la balanza se inclina para su lado, y que esto tendría que ver con que la madre del joven que disparó la chumbera es abogada en Tacuarembó.

El caso de Facundo generó conmoción entre los ciudadanos de Tacuarembó, que marcharon el sábado 12 de marzo durante el desfile de la Patria Gaucha con carteles de “Justicia por Facundo”.

La familia de Facundo -compuesta por sus dos padres (separados), su hermana melliza y una hermana mayor- esperaba un milagro ya que los médicos le habían informado que la muerte cerebral era irreversible. Sin embargo, no estaba previsto que el cuadro de Facundo se agravara tan rápidamente.

El hecho

El 20 de febrero el joven dueño de casa disparó al lugar donde estaban acampando sus cuatro amigos. Lo hizo con una chumbera de amortiguador de nitrógeno. Este tipo de arma tiene mayor potencia que las chumberas normales debido justamente al amortiguador. Cualquier arma de aire comprimido es de venta libre para mayores de edad.

Uno de los disparos le dio en el brazo izquierdo a uno de los amigos y el segundo tiro impactó en el tórax de Facundo, cortándole una arteria. El joven de 19 años fue trasladado hacia un centro asistencial, pero era demasiado tarde. Estuvo mucho tiempo sin respirar y sufrió la muerte cerebral ese mismo día.

Al momento de declarar, los otros tres jóvenes que estaban aquel 20 de febrero en la chacra del agresor dijeron que este disparó a modo de “broma”, que no había ningún inconveniente entre ellos, ninguna pelea. Tampoco se encontraba alcoholizado o drogado. Las pruebas realizadas por la Policía confirmaron que esto era cierto.

La pericia psicológica del 15 de marzo a la que accedió El País indicó que el tirador “presenta ideas de culpa por su accionar involuntario que provocó las lesiones de su amigo”.

Durante la entrevista, le preguntaron por qué había disparado, a lo que contestó: “No sé, capaz para mostrar”. Y continuó contando qué pasó durante el incidente: “Solo recuerdo cuando mi amigo gritó y yo fui… -llora, baja la cabeza y la esconde entre sus manos, se refriega los ojos-, gritó que estaba sangrando. Yo fui a ver y Facundo estaba en el suelo”.

La pericia estableció que el indagado presenta hipersomnia (exceso de sueño), inapetencia, y quejas somáticas como dolores de cabeza y espalda.

El Instituto Técnico Forense (ITF) consideró que el periciado se encuentra en una fase de shock y solicitaron que esté bajo tratamiento psicoterapéutico y psiquiátrico debido al alto riesgo de suicidio que existe.

Más muertes por disparos

En octubre de 2021, un policía recibió un disparo durante un entrenamiento en la escuela de policías de Treinta y Tres.

Estaban practicando técnicas con armamento policial de a dos agentes y frente a frente, cuando un cabo efectuó un disparo, pero el arma estaba cargada y la bala impactó en la cabeza de su colega. El agente Marcos Núñez, de 35 años, era guardia penitenciario en la Unidad 23 del Instituto Nacional de Rehabilitación del departamento.

En noviembre de 2011 ocurrió otro traumático homicidio en el barrio Carrasco, cuando un padre le disparó a su hija con una Magnum 357 porque creyó que era un delincuente. En su momento, el hombre contó que hacía menos de un mes habían copado su casa y por eso decidió armarse.

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