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Escribana que estafó a anciana y le hipotecó la casa en US$ 194.000 ya había estado presa

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La profesional hoy investigada fue suspendida por la Suprema Corte de Justicia durante ocho años por cometer ilícitos. Foto: Fernando Ponzetto

INVESTIGACIÓN

La mujer había estado presa y fue despojada de su título por la Suprema Corte de Justicia durante ocho años por maniobras vinculadas a su profesión.La víctima no lo sabía.

La escribana se ganó la confianza de una anciana luego de que se reencontraron en 2017 a la salida de un banco ubicado en Pocitos. Hacía muchos años que no se veían. Habían sido compañeras de trabajo en la Corte Electoral en el año 1990.

La anciana no sabía que su antigua compañera de trabajo había estado presa y fue despojada de su título por la Suprema Corte de Justicia durante ocho años por maniobras vinculadas a su profesión, según señaló a El País una fuente del caso.

Con sutileza, la escribana se apoderó de documentos de su excompañera de trabajo ya jubilada y así supo cómo firmaba sus documentos y qué bienes tenía: una coqueta casa en Pocitos -su esposo fallecido había sido arquitecto- y un complejo de cabañas para alquilar en Punta del Diablo.

Con esos datos, la profesional elaboró un poder general de administración de los bienes de la anciana a nombre de su mejor amiga, falsificó la firma y luego hipotecaron la casa en US$ 194.000. En el momento en que falsificó la firma, la escribana no sabía que la dueña de los bienes se encontraba de vacaciones en Rocha.

Recientemente, el 3 de marzo de 2020, falleció la anciana. Sus tres hijos comenzaron a realizar los trámites de la sucesión con el objetivo de poner en venta la casa ubicada en Pocitos. Poco después, un prominente comprador les informó que el inmueble estaba hipotecado por una abultada suma, lo cual generó estupor a los hijos porque su madre no contraía deudas elevadas cuando vivía. Era una persona austera y sus ingresos le permitían vivir sin contratiempos económicos.

Durante los trámites de la sucesión, la escribana estafadora se acercó a los hijos y les ofreció sus servicios como profesional cobrándoles $ 3.000 como honorarios. Una cifra irrisoria para realizar una sucesión, según informaron escribanos de confianza de los hijos.

En realidad, lo que la escribana pretendía era manejar la documentación sucesoria para ocultar la maniobra, señala la denuncia elaborada por el abogado penalista Ignacio Durán en representación de los hijos de la anciana. El escrito fue presentado el 27 de abril pasado en la Fiscalía Especializada en Delitos Económicos.

“Realmente estábamos con una rara mezcla de sensaciones, con una enorme tristeza por el muy reciente fallecimiento de nuestra mamá, y a la vez totalmente impactados y estupefactos con la noticia recibida. Nuestra madre había sido estafada y nosotros también como únicos y universales herederos”, dice la denuncia.

Consultado sobre el estado de la denuncia, Durán prefirió no realizar declaraciones por haber una investigación en curso y no querer entorpecerla.

Decisión.

El 17 de marzo de 2006, la Suprema Corte de Justicia comunicó que había resuelto despojar de su título en forma temporaria a la escribana hoy denunciada.

La suspensión del título es una sanción grave para aquellos profesionales que cometen ilícitos en el ejercicio de su actividad. Ocho años más tarde, el 10 de junio de 2014, la corporación informó que había rehabilitado a la profesional y esta podía ejercer como escribana pública. Sin embargo, poco después volvió a incurrir en maniobras ilícitas según se desprende de la denuncia presentada por Durán.

El nuevo Código del Proceso Penal (CPP) permite acuerdos reparatorios entre acusados y las víctimas Los abogados de ambas partes estarían transitando por ese camino. Es decir, la escribana estaría dispuesta a pagar el monto del fraude a los hijos de la anciana estafada. También trascendió que la amiga de la escribana beneficiaria del poder por US$ 194.000, se habría desmarcado de la estafa y le atribuyó toda la responsabilidad a la profesional.

La profesional usó su protocolo y su propio papel notarial en fraude

La denuncia de los hijos de la anciana estafada señala que el supuesto poder general de administración fue el conducto que utilizaron las denunciadas para hacerse indebidamente de la nada despreciable suma de US$ 194.000 a través de una hipoteca y posterior préstamo hipotecario.

Agrega que fue la escribana la autora intelectual y a la postre material de toda la estratagema, del ardid delictivo, del engaño, y lo hizo con su sapiencia profesional, siendo la encargada de llevar adelante la maniobra, con su propio protocolo y papel notarial de actuación, y no tuvo otra mejor idea que poner de apoderada y beneficiaria de ese dinero a su amiga íntima. “Es a todas luces impensado, ilógico y totalmente absurdo que (nuestra madre) otorgara un poder ya que no había justificación alguna para hacerlo”, dice la denuncia.

Pero además, no fue cualquier tipo de poder, sino uno que permitiría a las denunciadas perpetrar la maniobra, y para ello se requería un poder general de administración, disposición, afectación y de representación, explica el escrito.

Sostiene que la anciana contaba con el apoyo familiar y pone como ejemplo el caso de que una de sus hijas la acompañó a un banco a sacar un pequeño préstamo. Y agrega: “Nuestra madre nunca necesitó de un poder de nadie para ser asistida. Nunca fue representada en ningún ámbito, mucho menos hubiera precisado un poder para hipotecar, ya que ella hasta el último minuto se supo y pudo valer por sí misma. Y siempre tuvo a su lado a sus tres hijos en caso de necesitarlos para que la representen. Por ello nos preguntamos, ¿cómo va a otorgar un poder a favor de una persona que no conocía y que jamás había visto?”

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