Un hombre de 35 años y una mujer de 32, fueron detenidos en el barrio Colón de Montevideo tras ser acusados de realizar 16 estafas contra habitantes del departamento de Treinta y Tres, así como de otras partes del país. La pareja era investigada por la Fiscalía de 1er Turno de este departamento, a cargo de Alicia Abreu, quien contaba con pruebas sobre cómo operaban.
Su fachada eran varias cuentas en la plataforma Marketplace de Facebook, donde bajo diferentes identidades ofrecían varios productos. Todos a un precio muy accesible que -según hacían saber los vendedores antes la consulta de interesados- procedían de “un remate tras el incendio en Tienda Inglesa”.
La comunicación comenzaba en la red social y desde allí derivaba a WhatsApp, donde se compartían los datos para las transferencias bancarias o depósitos.
Modalidad
Las víctimas de la pareja se comunicaron siempre con una persona distinta. “Ángel Martínez”; “Roberto López” o “Marcos Guillén” eran los nombres que utilizaba el hombre de 35 años para no dejar conexiones entre sus maniobras.
Los damnificados recibieron de estos perfiles de Facebook imágenes y promociones para comprar una piscina para niños, cascos de motocicleta, o televisores de diferentes pulgadas.
Todos declararon un buen trato y sobre todo un precio conveniente, al menos hasta el momento en que se coordinaba la forma de pago de los productos. Allí las denuncias relataron que el vendedor requería siempre un giro como método de pago, que una vez recibido daría lugar para que se le envíe el producto al cliente.
Las horas pasaban, incluso en algunos casos los días, y la compra no llegaba al interesado. La mayoría buscaba contactarse con el remitente, pero siempre recibían excusas diferentes.
Accidentes de tránsito, autos averiados que no permitían ir a entregar el paquete, entre otras historias que ingeniaban quienes estaba detrás de la estafa.
Otros clientes, recibían su encomienda a través del Correo Uruguayo, pero cuando lo abrían se daban cuenta que habían sido estafados.
“Aparecían cajas blancas vacías, empaques repletos de papelitos u otro producto de escaso valor que no habían adquirido los compradores”, señala el documento de formalización de la investigación.
El hombre era quien estaba detrás de estas respuestas, pero lo hacía hasta que lo volvían a contactar, porque luego desaparecía. Su perfil era borrado de Facebook y el cliente era bloqueado de todas las vías por las que se había comunicado.
A partir de allí, los damnificados realizaban la denuncias ante la Policía. Estas fueron comparadas y marcaron un patrón que inició la investigación para dar con los responsables.
Detención
Un equipo de la Policía de Treinta y Tres viajó a Montevideo, luego de que la investigación permitiera identificar en las cámaras al principal sospechoso de las estafas, mientras retiraba el dinero en una sucursal de cobranza. La mujer tenía a su nombre uno de los teléfonos rastreados con los que habían sido engañados varios clientes.
Fue detenida junto a su pareja en la vivienda de un asentamiento, desde donde ambos realizaban las estafas. Desde allí fueron trasladados a Treinta y Tres para su posterior condena.
Hombre fue condenado y su pareja liberada
Ayer por la tarde, tuvo lugar la audiencia de formalización de la investigación, donde a través de un acuerdo abreviado se logró la condena del hombre de 35 años.
“Es claro y evidente un accionar intencional del imputado que realizó publicaciones a través de las redes sociales y les aseguró a las víctimas que les enviaría los efectos ofrecidos, para que estos realizaran los giros de dinero correspondientes”.
Por los 16 delitos de estafa que cometió el hombre en reiteración real, se le impuso una pena de 16 meses de prisión en calidad de autor. De estos cumplirá la mitad recluido en un centro del INR y la otra mitad en libertad a prueba.
Por su parte, la mujer debió ser liberada ya que la Fiscalía aseguró que no se contaba con pruebas suficientes para probar su coautoría en los hechos, aunque estaba al tanto de estos.