LUCIA BALDOMIR
Una vez más una persona fue atacada por su perro dejándole heridas graves. La mujer, de 77 años, fue agredida por un Rottweiler en su propia casa. El can, que pertenece a un hijo de la víctima y era conocido en el barrio por su ferocidad, se soltó de la cadena de la que estaba atado y lastimó a la mujer, la que debió ser internada.
Unos 1.200 casos anuales de la gravedad de este son recibidos en el Departamento de Zoonosis y Vectores, dependencia del Ministerio de Salud Pública, a la cual llegan las denuncias policiales además de las consultas de las personas agredidas.
Según la veterinaria Gabriela Willat, directora del departamento, estas denuncias corresponden a los accidentes más graves ya que los de menor entidad casi nunca son denunciados.
"Los perros que más pueden lastimar son los grandes, arriba de 15 y 20 kilos. Si bien el ovejero alemán no es de los considerados más agresivos, es uno de los que más casos tenemos porque son los que más hay".
Entre las razas más agresivas a las que refiere Willart están el Boxer, Fila, Doberman, Pitbull terrier, Gran Danés, Mastín Napolitano, Akita, Dogo de Burdeos y el Rottweiler; sin embargo, la mayoría de las denuncias suelen ser por animales que son cruza.
Por más que una raza pueda ser más agresiva que otra, según la veterinaria Willat, no existe una que "muerda más".
En la clasificación de perros agresivos está, en primer lugar, el macho entero y a éste le siguen el macho castrado, la hembra entera y la hembra castrada. Las agresiones suele ocurrir entre el año y los tres de vida, cuando se desarrollan sexualmente y "consolidan su estatus en la casa", según Willat.
ENTRENADOS. "Al contrario de lo que la gente piensa el entrenamiento de un perro lo que hace es que el dueño pueda tener el control del animal para que ataque cuando él quiere y suelte cuando él lo indique", dice Fernando Roig, adiestrador de perros de la empresa Universidad Canina.
El veterinario explica que los primeros meses del animal son fundamentales para marcar los límites pero que en la mayoría de los casos las personas sienten "lástima de pegarles porque son chiquitos y cuando quieren acordar el perro ya los domina".
El concepto del dominio es clave para evitar accidentes. Una forma fácil y rápida de saber qué tan dominante es un perro es poner boca arriba al cachorro, sujetarlo con la mano extendida y ver cuánto intenta salir de esa posición. Si el animal persiste en darse vuelta, según Roig, es mejor no comprar ese perro, porque es excesivamente dominante. Aquellos de dominancia media, o sea, que pelean unos minutos y luego se quedan quietos, son los "ideales para el cuidado de una casa".
Según Willat, los ataques de animales a personas están directamente relacionados con la educación que se brinda a los perros. "El dueño tiene que saber ubicarlo en qué escalón de la familia está porque los perros tienden a adquirir dominancia y a ocupar ese lugar en la familia. Entonces si ellos lo logran después van a imponerse a cualquiera que atente contra eso. Un gran porcentaje de los accidentes graves se evitarían si los dueños los educaran".
Por esto, si el perro ataca puede que lo haga otra vez ya que él no considera que hizo algo malo.
La agresividad de los animales está planteada desde dos instintos naturales que tienen los perros: el de caza y el de defensa. "En los Rottweiler el instinto de caza es muy grande. Cualquier movimiento rápido de autos, bicicletas o niños corriendo los excita entonces buscan capturar esa ‘presa’ para inmovilizarla. Generalmente es una mordedura o dos y en los niños. Pero este instinto de caza puede sustituirse por el de defensa si aparece una persona a pegarle para que suelte a la otra persona, y ahí puede tornarse difícil la situación", dice Roig. El recomienda no moverse en caso de recibir un ataque ya que esto "desestimula" al perro de atacar.
LA LEY. La normativa municipal es estricta en su formulación pero pocas veces se aplica. "El control se produce si hay algún inspector o por una denuncia de los comunales pero no hay gente destinada al control de los perros", dijo Adolfo Pérez Piera, director del Departamento Jurídico de la Intendencia de Montevideo. De acuerdo al grado de peligrosidad de los animales y a los tipos de infracción que se pueden dar en este orden las multas van de 1 a 20 Unidades Reajustables.
El Digesto Municipal prohíbe la circulación de animales en libertad en espacios públicos. La permanencia de animales domésticos es permitida si se emplea collar y correa, además de bozal en los casos de animales agresivos. Los animales no pueden permanecer en la vía pública más que en tránsito y en este caso, cuando circulen por la calle deben hacerlo cerca del borde derecho de la misma.
Por otra parte, las normas prohíben el adiestramiento de animales en plazas, parques, playas o cualquier otro lugar de uso público. A su vez, los animales no pueden entrar en espacios reservados para juegos infantiles ni acceder a la playa así como tampoco ser trasladados en el transporte público.
Veinte años sin rabia
Si bien el último caso de rabia humana que se dio en Uruguay fue en 1966, el último en producirse de rabia animal ocurrió en 1983. El Departamento de Zoonosis y Vectores dependiente del MSP es el encargado de atender estos casos. Actualmente se encuentran estudiando al Rottweiller que atacó a la señora de 77 años, el cual fue devuelto a la persona que lo había regalado. Por el momento no ha presentado alternación de conducta. El analisis consiste simplemente en la observación del perro durante 10 días ya que las primeras manifestaciones de rabia se producen en el cambio de comportamiento habitual. Los síntomas se dan primero en el animal y luego en la víctima.