Gregorio Alvarez dijo desconocer todo

| Declaró que no conocía qué eran y a qué se dedicaban el OCOA y el SID. Y apuntó que él se ocupaba de tareas "logísticas"

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El País

"Yo fui designado presidente para reinstitucionalizar el país", dijo ayer el ex presidente de facto Gregorio Alvarez ante el juez Luis Charles y la fiscal Mirtha Guianze, al declarar por primera vez en una sede judicial, en este caso por la desaparición del militante tupamaro Washington Barrios, ocurrida en 1974.

Con esas palabras, Alvarez explicó que asumió la conducción del gobierno de facto en el último período y ya cuando se comenzó a diseñar la salida democrática.

Ante cada pregunta que le formuló el juez, las palabras que más veces pronunció Alvarez fue "no sé". Aseguró que no sabía qué era el Organismo de Coordinación de Operaciones Antisubversivas (OCOA) ni el Servicio de Información y Defensa (SID), ni qué funciones cumplían.

Agregó que jamás trabajó en un operativo y que simplemente se dedicaba a tareas logísticas. Por todo lo anterior, negó haber tenido conocimiento sobre la desaparición de Barrios.

"precisiones no". Cuando comenzó la audiencia el militar retirado entregó al juez una copia del discurso que pronunció ante el Consejo de la Nación el 1° de setiembre de 1981 cuando asumió la presidencia de facto. Asimismo, entregó al juez una fotocopia de un fragmento del libro del periodista Alvaro Alfonso "Jugando a las escondidas" en el que se relata el asesinato de su hermano, el coronel Artigas Alvarez. En ese libro se informa que el entonces senador (hoy ministro de Ganadería) José Mujica "dio a entender en sus declaraciones a los militares que (Alvarez) fue asesinado por error, pensando que se trataba de su hermano y después presidente de la República, teniente coronel `Goyo` Alvarez".

Tras entregar al juez esa documentación, Alvarez quiso plantear unas aclaraciones, pero el magistrado lo frenó y le dijo: "Precisiones no. Usted está acá para responder lo que la sede la pregunte".

Minutos después de las 13 horas, Alvarez, acompañado de los abogados Pedro Montano y Carlos Curbelo Tammaro, salió del estudio de este último, instalado al lado del juzgado. Las paredes del estudio de Curbelo habían sido pintadas en horas de la mañana por la "Agrupación 8 de Octubre" (ver foto). Ni al ingresar, ni luego al abandonar el juzgado, dos horas más tarde, quiso hacer declaraciones. No obstante, antes de introducirse en el auto que lo aguardaba detrás de las vallas que montó la Policía para separarlo de la prensa, entregó a los periodistas unos papeles que traía en la mano doblados en cuatro. Se trataba de los documentos que había entregado al juez Charles en la audiencia. Un grupo pequeño de manifestantes que estaban apiñados detrás de las vallas dispuestas por la Policía en la esquina de Misiones y 25 de Mayo, lo vieron irse bajo el grito de "asesino". Una señora que logró "colarse" y quedar junto con los medios de prensa, a escasos metros de Alvarez, le gritó, mezclada entre las cámaras y los flashes, "asesino" y "genocida".

Los manifestantes que no superaron las 20 personas, lleva-ban fotos de los desaparecidos duran- te la dictadura y, durante la espera de la audiencia, entonaron cánticos contra el jefe militar retirado. "No hubo errores, no hubo excesos. Son todos asesinos los milicos del proceso", cantaban.

El abogado Pablo Chargoñia había denunciado a Alvarez y reclamado su presencia ante la justicia tras la carta del 18 de mayo en la cual diez ex comandantes del Ejército se responsabilizaron de las acciones emprendidas en el marco de la lucha antisubversiva y las secuelas que transcurrieron en la dictadura.

Cuando desapareció Barrios, Alvarez era jefe de la región militar número cuatro y en 1978 asumió como comandante del Ejército. El 1° de setiembre de 1981 asumió como presidente de facto.

El magistrado espera ahora que la justicia argentina le envíe copia de un expediente radicado en La Plata sobre la detención de Barrios en Argentina.

Por la sede pasaron hasta el mo- mento los militares retirados José Gavazzo, Jorge Silveira, Ernesto Rama, Juan Rebollo y Armando Méndez.

Documento

Entregó al juez un discurso que pronunció en 1981 y quiso ahondar en su contenido

Conducta arreglada a la moral

Cuando fue consultado sobre la carta que los diez ex comandantes en jefe hicieron pública en mayo, el ex presidente de facto Gregorio Alvarez explicó que "es un principio militar hacerse cargo de lo que hagan los subordinados". Sin embargo, aclaró que se hacen responsables de la actuación de los mandos medios "siempre y cuando su conducta se ajuste a las leyes, la moral y las buenas costumbres".

En la documentación que entregó al juez lucían subrayadas algunas frases que reafirmaban la intención de reapertura hacia la democracia.

Aunque el juez Charles no le permitió ahondar sobre su contenido, al salir entregó a la prensa una copia de esa documentación.

En el discurso afirmaba que "las Fuerzas Armadas han aceptado el resultado del voto popular (de 1980) y sin especular, han expresado públicamente su propósito de elaborar las bases de la nueva institucionalidad, en consultas con integrantes de los partidos tradicionales".

El presidente de facto prometía en su discurso ser "fiel custodia y garantía para que se cumplan los programas de institucionalidad anunciados recientemente por representantes del proceso y de las Fuerzas Armadas".

A continuación prometía ser garantía "para que el proceso se cumpla sin tropiezo y sin detenciones", para que "el pueblo libremente pueda informarse y decidir sobre quiénes serán los hombres que deben tener su representación dentro de los partidos políticos y del futuro gobierno que se instalará en 1985".

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