Eduardo Casanova
Si bien el traumatismo abdominal puede ocurrir en el marco de graves accidentes, con diversos politraumatismos, también existe en forma aislada y a veces en situaciones que aparentemente no son graves. Sin embargo, en estas ocasiones es probable que existan lesiones internas con sangrados que pueden ser graves, por ejemplo un desgarro del bazo.
Antes de la década de 1980, cuando aún no se disponía de los actuales métodos diagnósticos por imágenes, estos cuadros se trataban tardíamente, o bien, ameritaban la exploración quirúrgica del abdomen como única posibilidad de diagnóstico.
En los traumatismos abdominales "cerrados", sin lesiones penetrantes, existe otra lesión frecuente y grave que es la del sangrado retroperitoneal. Se observa hasta en un 44% de quienes padecen traumas abdominales severos, pero con objetos romos. En general se relacionan con accidentes automovilísticos.
En casos en que existe perforación de la pared abdominal, las hemorragias se relacionan con lesiones de los grandes vasos, aorta, cava y sus ramas. Pero en casos de importantes impactos abdominales con pared cerrada, debe igualmente sospecharse la existencia de una lesión importante con sangrado de hígado, bazo o retroperitoneal.
Aún en casos de indemnidad de la pared abdominal debe sospecharse la lesión de vísceras abdominales, sobre todo en choques de frente con traumatismo tóraco-abdominal, a menudo causado por el volante. Es probable que inicialmente la lesión no se traduzca por una sintomatología clara, pero igual debe despistarse.
En el otro extremo, son más difíciles de prever las lesiones abdominales (fundamentalmente del bazo) que ocurren ante traumatismos banales, como caídas de una bicicleta o de la propia altura. Se sospechan -antes de que la hemorragia sea importante- si la zona de impacto fue el cuadrante superior izquierdo del abdomen, y si existe cierto dolor en la zona. Lesiones de este tipo también se describieron en casos de uso inapropiado de tablas de surf, de patines, skate y en otros deportes.
Ante la sospecha de lesión de víscera abdominal, el paciente debe someterse a estricta vigilancia.
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Primeras medidas a tomar.
Acostar al paciente sobre una superficie plana elevando sus piernas para facilitar la llegada de sangre al cerebro.
La siguiente medida es contar con un buen acceso venoso para administrar sueros salinos, y sangre si fuese necesario, hasta que el cirujano detenga la hemorragia.
Cuidados a tener en cuenta.
Cuando se produce un traumatismo abdominal, se indica permanecer a quietud y bajo vigilancia mientras se hacen exámenes paraclínicos para descartar lesión de víscera abdominal, mediante hemograma que detecta la caída de glóbulos y un estudio imagenológico del abdomen.
Hemorragia interna.
En otros casos el diagnóstico surge al comprobar anemia, frecuencia de pulso sobre 90 pm, aumento de la frecuencia respiratoria, y descenso de la presión arterial. Puede agregarse compromiso de la conciencia. El diagnóstico de hemorragia interna debe conducir a cuidado intensivo.