Beber agua mientras se come engorda. Comer el pan tostado engorda menos. Estas son algunas de las falsas creencias sobre lo que engorda y lo que no.
"El agua siempre tiene cero calorías. El pan tostado pierde agua, pero la harina, que es lo que en todo caso engorda, es la misma. Y no hay evidencia de que comer la fruta fuera de horas engorde menos", desmiente Xavier Formiguera, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de a Obesidad (SEEO).
Es necesario desconfiar de los métodos que prometen adelgazar en poco tiempo. "Un buen ritmo para perder peso sería un kilo a la semana", afirma Formiguera. Y la dieta debe ir siempre acompañada por ejercicio.
En general, las dietas se pueden clasificar en tres grupos. Las hipocalóricas, como la de la clínica Mayo, la del gourmet o la dieta cero, que reducen drásticamente la ingesta diaria de calorías hasta menos de 1.200. Lo logran limitando la cantidad de alimentos que se pueden comer y otorgando mayor protagonismo a otros (en la Mayo, se propone tomar entre 4 y 6 huevos diarios). Con ello se limita la aportación de algunos nutrientes, minerales y vitaminas imprescindibles. Se cree que cuando hay carencias nutricionales el organismo acaba buscando fuentes alternativas de energía. Pero no en las grasas, sino destruyendo las proteínas corporales, lo que acaba provocando una pérdida de masa muscular. El metabolismo se adapta a la reducción drástica de energía minimizando su gasto energético. Cuando se abandona la dieta, el efecto rebote está asegurado.
Las dietas disociativas -como la dieta Hay, el régimen de Shelton o la dieta Montignac- se basan en la idea de que los alimentos por sí mismos no contribuyen al sobrepeso, sino el hecho de consumirse en determinadas combinaciones. No hay ninguna evidencia científica de que sea así.
Las dietas excluyentes consisten en eliminar de la dieta algún nutriente. Pueden ser ricas en hidratos de carbono, aunque sin lípidos y proteínas, como la dieta del Dr. Haas, o ricas en proteínas y sin hidratos de carbono, como la dieta de Scardale, que acaban produciendo una sobrecarga renal y hepática importante. También pueden proponer menús ricos en grasas, como la dieta Atkins los que terminan produciendo alteraciones del metabolismo. A la hora de iniciar una dieta debe imperar el sentido común. "La mejor dieta consiste en comer de todo, pero menos", dice Formiguera. Debe seguirla un médico que controle la pérdida de peso y que establezca las pautas y los ritmos que debe seguir.
ELPAIS.ES
Los ancianos beben poca agua.
Una correcta hidratación evitaría una de cada 10 internaciones de personas mayores, según un estudio científico. Más del 90% de los mayores de 65 años bebe menos de lo recomendado por el doctor y la mitad sólo ingiere líquidos cuando tiene sed.
El mayor consumo de antibióticos.
España es el 2º país de Europa en consumo de antibióticos por detrás de Francia, a pesar de que el uso de estos medicamentos se redujo de 22 dosis por 1.000 habitantes en 1995, a 19.8 en 2007. Casi la mitad de los españoles los utilizan en forma incorrecta durante la gripe.
Cefalea y cocaína.
Media hora después de consumir cocaína las personas presentan un riesgo 24 veces mayor de sufrir un infarto al miocardio. La droga provoca crisis epilépticas en un 2 a 8% de los consumidores. El dolor de cabeza es la secuela más frecuente entre los cocainómanos.