La condición de Washington Beltrán como ser humano excepcional, y su extensa y prolífica vida política consagrada a la defensa de la institucionalidad y la unidad partidaria, fueron exaltados en la presentación del libro de Hernán Navascues.
Dos ex presidentes colorados, Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle, el precandidato Luis Hierro López, Julia Pou, en representación de su esposo Luis Alberto Lacalle, miembros de la familia Beltrán y otras figuras del ambiente político nacional jerarquizaron la presentación del libro "El legado de un hombre", que relata la vida del Dr. Washington Beltrán y el tiempo histórico que le tocó vivir.
Las tres grandes pasiones de Beltrán fueron la política, el derecho y el periodismo. Esas etapas de su vida fueron resaltadas por los comentarios del escritor y periodista Ruben Loza Aguerrebere, el periodista y ex ministro Antonio Mercader y el senador y compañero de senda política de Beltrán, Sergio Abreu, durante el acto celebrado en el salón de fiestas del Palacio Legislativo.
Su carácter de legislador, su condición de integrante del Consejo Nacional de Gobierno, que presidió, su presencia en el periodismo desde las páginas de El País, su profesión de abogado a la que volvió en los años de dictadura, sus potentes editoriales y su relación con Wilson Ferreira Aldunate, además de su condición humana excepcional, fueron subrayadas por todos los oradores.
Loza Aguerrebere lo definió como un hombre siempre ligado a la ilusión y la esperanza. El libro "atrapa momentos esenciales y una época convulsionada" en pasajes que sirven para analizar ese ayer cercano.
"Fue un político comprensivo y abierto. Comprendió que la vida política depende del hombre", destacó Loza. "Reivindico para él la nada corriente cualidad de combinar una mente abierta con el mudable cuadro de la experiencia. Este libro es un espejo de un hombre que supo escribir sobre cosas esenciales que formaron parte de su vida y de la vida de quienes pertenecieron a su rica generación", dijo.
Mercader señaló que el libro de Navascués reseña anécdotas de carácter personal y subjetivo de Beltrán que le dan a la obra un toque de realismo y vigencia que lo aparta de la fría biografía o la cronología de una vida.
Refiriéndose a la etapa de político, Mercader dijo que Beltrán se vinculó a esa actividad desde la cuna y que el legado mismo de su nombre se lo imponía con el compromiso de llevarlo más lejos. Subrayó que esa tarea la llevó adelante con dos premisas: la unidad del Partido Nacional y la defensa de las instituciones.
Mercader tuvo elogios para la relación que Beltrán cultivó con Wilson Ferreira Aldunate y Juan Pivel Devoto, cuando actuaron en dos ministerios clave como Ganadería e Instrucción Pública cuando presidiera el Consejo de Gobierno.
Abreu, a su vez, indicó que el libro de Navascués "es el primer aporte que arroja luz" sobre la vida de Beltrán, y que constituye "un estupendo esfuerzo intelectual que refleja la verdad de muchos episodios que sólo la memoria y la integridad del autor plasman adecuadamente".
La vida de Beltrán "fue creíble por su transparencia, que se reflejó en una probidad y en una conducta intachable", afirmó el senador, que añadió que su credibilidad adquirió mayor fortaleza por la coherencia de su pensamiento.
Destacó que "su compromiso partidario nunca fue una táctica política".
El autor evocó episodios significativos
El propio autor de "El legado de un hombre", Hernán Navascués, cerró el acto de presentación de la obra con relatos sobre su trayectoria junto a Beltrán y destacó la "presencia venerada" en el acto de Enrique Beltrán Mullin, hermano de Washington, así como de los ex presidentes colorados Batlle y Sanguinetti, lo cual dijo que le causó "emoción" como ciudadano y señaló que representa la "grandeza" de ambos, algo que se debe reconocer. Navascués pidió a la platea que tuviera en cuenta en qué momento de la vida del país le tocó a Beltrán presidir sus destinos, en la década del 60, cuando ya se venía produciendo un descaecimiento de las instituciones cívicas. Relató episodios que Beltrán vivió con Luis Batlle Berres, y otros más recientes en el tiempo, que vincularon al homenajeado con Jorge Batlle. Contó otros episodios contenidos en la obra como la relación que tuvo con el general Santiago Pomoli, jefe del Ejército en aquellos años en que algunos integrantes de la fuerza planificaban una irrupción institucional en el país. Pomoli fue un leal amigo de Beltrán y defensor de las instituciones, señala el libro.