Carlos Barros fue representante en Italia, Austria y Cuba.
El gobierno designará como embajador en Venezuela a Carlos Barros, un diplomático de carrera de extensa trayectoria y filiación colorada para que sustituya a Óscar Ramos, un empresario frenteamplista. Hasta ahora los gobiernos frenteamplistas habían recurrido a embajadores políticos claramente identificados con el oficialismo para manejar una relación que en años pasados fue muy estrecha y que últimamente se ha enfriado debido a las críticas uruguayas (en particular del canciller Rodolfo Nin Novoa) a la represión a los opositores por parte del gobierno de Nicolás Maduro. A esto se suma que su descalabro económico le impidió a Venezuela en el último año cumplir con los pagos por compras hechas a empresas de una amplia gama de actividades, (lácteas, laboratorios, fabricantes de neumáticos y transformadores, avícolas, etcétera), por más de US$ 100 millones.
Barros es amigo personal del expresidente Julio María Sanguinetti y como el exmandatario es simpatizante de Peñarol, club del que es socio desde hace más de cuatro décadas. Fue embajador en Cuba, Italia, República Checa (durante el primer gobierno del presidente Tabaré Vázquez) y Austria y, aunque se venía desempeñando como director de Asuntos Culturales en la Cancillería, tiene además un fuerte sesgo en su trayectoria hacia los temas comerciales. También se desempeñó en Brasil, Argentina y Suiza. Ha participado en negociaciones comerciales multilaterales durante su carrera diplomática de más de cuatro décadas. Casado y con tres hijos, esta semana su currículum fue entregado al embajador venezolano en Uruguay, Julio Chirino, paso formal imprescindible para la designación.
Durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez fue embajador uruguayo en Venezuela el aviador militar retirado Gerónimo Cardoso, de larga trayectoria frenteamplista, quien luego fue embajador en Cuba. Aunque tenía estrecho contacto con el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, que lo llamaba a su teléfono personal en cualquier momento del día, con el correr de los años cambió su visión del chavismo. Cardoso hizo comentarios muy críticos a legisladores uruguayos que visitaron Venezuela sobre la corrupción imperante en Venezuela, que fueron recogidos por el semanario "Búsqueda".
Cardoso fue sustituido por el histórico dirigente comunista, Jorge Mazzarovich quien a su vez, durante la administración del expresidente José Mujica pasó a desempeñarse en Cuba y fue sustituido en Caracas por Óscar Ramos, vinculado a las gremiales de la industria automotriz y frenteamplista. Pero Ramos hace ya semanas que regresó a Uruguay y la embajada está vacante.
Quizás la tarea prioritaria de Barros sea gestionar el cobro de las deudas de Venezuela y procurar el restablecimiento del flujo comercial con el país caribeño, algo que parece muy complicado al menos por ahora ya que está asolado por la hiperinflación, el desabastecimiento y la falta de divisas. Además de las deudas con el sector lácteo por US$ 93 millones que llevaron al gobierno a instrumentar un crédito puente para las industrias afectadas (Conaprole, Calcar, Claldy y Pili), Venezuela debe al menos US$ 75 millones a las empresas de los otros rubros mencionados. Estas le han planteado a la ministra de Industria, Carolina Cosse, su inquietud en varias oportunidades y no tienen perspectivas cercanas de cobro.
La relación política entre los gobiernos de Uruguay y Venezuela cambió. Mujica se sentía cercano a Chávez. Concurrió a su sepelio y permaneció minutos de pie al lado de su ataúd. Pero Vázquez no siente simpatía por el chavismo. Pese a que en julio del año pasado firmó con Maduro un acuerdo que prometía el reingreso de los lácteos a su histórico mercado venezolano, las cuatro empresas que realizaron embarques de queso y leche en polvo cobraron solamente US$ 50 millones, monto equivalente a menos de la mitad del total embarcado.
Uruguay abre representación ante Etiopía.
El gobierno también tiene definido que Marion Blanco pase a ocupar la embajada en Bolivia y que Alejandro Garofali sea embajador en Etiopía. Garofali abrirá la representación uruguaya en ese país africano, un paso al que se le da importancia política porque en su capital, Adís Abeba, funciona la Organización de la Unidad Africana (OUA) además de otros organismos regionales.
A su vez, se confirmó que Carlos Pérez del Castillo, diplomático de carrera y exsubsecretario de Relaciones Exteriores durante la segunda presidencia de Julio María Sanguinetti, será embajador ante Bélgica y ante la Unión Europea, que tiene su sede en Bruselas, la capital belga. La designación de Pérez del Castillo, que fue candidato a director general de la Organización Mundial del Comercio, es significativa porque se ha mostrado muy crítico con el Mercosur y ha insistido en la necesidad de que Uruguay busque nuevos acuerdos fuera de la región. Pérez del Castillo, con una amplia trayectoria en negociaciones comerciales, entiende que el Mercosur ha perdido la oportunidad de sumarse a la ola de acuerdos entre bloques y países para incrementar el intercambio de bienes y servicios.
Una designación que está pendiente es la del exvicepresidente de la República, el colorado Luis Hierro López como nuevo embajador en Perú. Por otra parte, Enrique Delgado será embajador ante Rusia y Francisco Wins representante concurrente en Dinamarca.
Embajador en VenezuelaJUAN PABLO CORREA