"El diseño de la Colonia Berro es igual a una cárcel"

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Diego Barboza

El director de la Colonia Berro, Diego Barboza, reconoció que puede haber casos aislados de maltratos infantiles aunque este no es "un problema central" de la institución. Sobre las denuncias de corrupción recibidas por el Directorio, dijo que "estamos tratando de limpiar el sistema". También indicó que se reforzarán los alambrados perimetrales de los hogares cerrados para evitar las fugas.

EDUARDO BARRENECHE

-¿Qué lo llevó a asumir al frente de la Colonia Berro? ¿Cuáles son sus expectativas al dirigir ese centro considerado ingobernable por operadores del sistema de atención de la minoridad?

-Mi expectativa es poder seguir trabajando en la línea que lo venía haciendo el Semeji (Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción). Es decir, seguir ordenando la Colonia y tratar de llevar al mínimo posible deseable las fugas de los internos. A su vez implementar un sistema de trabajo en la interna que permita que los jóvenes egresen del INAU con herramientas que no tenían cuando ingresaron al sistema de privación de libertad. Al mismo tiempo, continuar con `el afuera` de los adolescentes para que su reinserción sea una experiencia inédita en sus vidas.

-Los menores dicen que entran y salen del INAU cuando quieren. ¿Cómo mejorará la seguridad de la Berro?

-Se reforzarán los perimetrales de varios centros. Se instalarán concertinas (alambradas con dos caras filosas usadas en cárceles) en todos los centros de mayor contención.

-En diciembre del año pasado, el presidente del INAU, Javier Salsamendi, dijo que las fugas habían bajado pero que el nivel aún era intolerable.

-Hay que ir trabajando cada vez más en los perfiles de los gurises. A medida de que esto se realice, se podrá hacer que cada uno ingrese donde corresponde de acuerdo a la etapa en que está. Por otro lado, aumentar las plazas. Eso permitirá tener un mayor margen de movimiento a la hora de los ingresos y cambios internos dentro de la Colonia.

-Desde la Justicia y la Fiscalía de Menores continúan las críticas hacia el nivel de fugas existente en la Colonia Berro.

-Estas han disminuido notoriamente. En el 2010 ocurrieron cerca de 800 fugas. Los datos se manejan a nivel de Directorio del INAU. Pero puedo confirmar que las fugas vienen disminuyendo.

-Operadores del sistema de minoridad han señalado en varias oportunidades que el hogar La Casona se ha transformado en una válvula de escape del sistema. ¿Eso sigue ocurriendo?

-El centro Casona no tiene perimetrales. Recepciona jóvenes y tendremos que seguir mejorándolo, y pensar si debe continuar o no sin perimetrales. Hay que apostar allí a la permanencia de los gurises en función del trabajo y la propuesta del propio centro. Cuando hay fugas no son de menores peligrosos. Sí son infractores pero son de una peligrosidad menor, o están próximos a su egreso.

-Hace unos 15 días, el gerente del Semeji, Jorge Jouroff, dijo que la Berro estaba repleta. ¿El problema se mantiene?

-Sí. Al día de hoy tenemos 201 jóvenes en 180 plazas. Estamos pasados.

-Muchos educadores se quejan de que no pueden ejercer su trabajo porque el sistema está hacinado.

-Hay que buscar la intersección entre seguridad y promoción. Es el arte de trabajar en la cárcel. Al tiempo que pongo un límite a un mejor, también lo educo. A la Colonia Berro hay que mejorarla en su conjunto. Tenemos centros que funcionan en forma aceptable y otros que deben mejorar.

-Salsamendi dijo que en el INAU "hay gente jorobada" y elementos de corrupción. ¿Cuál es su opinión?

-Estamos tratando para limpiar el sistema de trabajadores desleales. Por supuesto que hay gente desleal. Tenemos que trabajar para identificarla y que la Justicia tome medidas. El maltrato a los menores no es un problema de la Colonia Berro en este momento. Puede haber situaciones aisladas de maltrato producto de lo cotidiano. No es un práctica sistemática.

- El Partido Colorado inició una campaña para recoger firmas y bajar la imputabilidad de 18 a 16 años. ¿Coincide con esa medida?

-Cualquier hijo de cualquier familia en el Uruguay, si comete determinadas infracciones, va a un centro de reclusión juvenil. El diseño de la Colonia Berro es similar a una cárcel de adultos. Son centros de reclusión juvenil. A una cárcel va una persona privada de libertad a cumplir una medida juvenil. No creemos que introducir penas de delincuentes mayores a partir de los 16 años sea una respuesta. Quizás sea sentenciar a los jóvenes a ser presos para toda la vida. No creo que bajar a los 16 las penas de adultos sea lo más conveniente. Estamos condenando a los menores infractores a que sean presos para toda la vida.

Nombre: Diego Barboza

Edad: 35

Diploma: Maestro.

Hijos: dos.

Hincha: River Plate.

En el 2002, se recibió de maestro. Trabajó en escuelas en el Cerro. Es maestro efectivo de un centro escolar ubicado en Unidad Casavalle. Durante muchos años trabajó en el programa Gurises Unidos. También se ocupó en la reinserción laboral y social de adultos a través de programas barriales. Además trabajó en la ONG Vía Educación que se encarga de dar seguimiento a menores infractores. En los últimos tres años acompañó al comisionado parlamentario Alvaro Garcé como observador de cárceles de adultos.

-¿Hay menores durmiendo en el piso de algún hogar?

-Ahora no los tenemos. Pero si no se concretan nuevos lugares, en cualquier momento podemos llegar a tener un problema en ese sentido. Al sistema ingresan 15 jóvenes por semana. Y egresa una cifra bastante menor. En las últimas semanas hubo una estabilización entre ingresos y egresos. En enero, cuando asumimos, recibimos la Colonia con 161 jóvenes. Hoy tenemos un 40% más de lo que hallamos hace dos meses y medio. Eso está vinculado a la disminución de las fugas.

-Funcionarios y familiares de internos se quejan del mal estado de los hogares. ¿Qué se va a hacer al respecto?

-Estamos en un momento en que requerimos de más plazas en la Colonia Berro. Y algunos centros -El Hornero, La Casona y Ariel- necesitan de mantenimiento y recuperación.

-Son casonas viejas edificadas en el siglo pasado.

-Sí. Hay edificios que son de la década de los sesenta o setenta.