El llamado "corralón municipal", en el barrio Sur, está siendo demolido para la construcción de unas 300 viviendas. Daniel Christoff, director de Planificación Municipal de la IMM, dijo que ya fueron demolidas las paredes internas y en los próximos días el predio quedará libre.
En esa manzana, según lo planificado por la IMM, se hará la continuación de la calle Carlos Quijano (ex Yi) hasta Carlos María Roos, y un pasaje peatonal desde el nuevo tramo hasta Zelmar Michelini. Los tres espacios que quedan establecidos tras ese fraccionamiento se destinarán a la construcción de viviendas colectivas y otras edificaciones complementarias como oficinas y locales comerciales, estos últimos en la planta baja. Uno de los predios tendrá dos torres con un "basamento bajo", según la propuesta de la IMM, mientras que "los demás volúmenes son más bajos y con espacios interiores que aportan al espacio público".
El proyecto se enmarca dentro del Plan Barrio Sur, que incluye una serie de modificaciones de carácter urbano en la zona.
ENSANCHE GARDEL. Patricia Roland, directora de la división Espacios Públicos y Edificaciones, indicó que tanto esta construcción como el resto del Plan apuntan a "redensificar el barrio" y destacar sus espacios patrimoniales.
Además de las obras en el antiguo "corralón", está planificada la creación del "Balcón al Mar", un espacio público que estará ubicado al final del pasaje Carlos Viana.
El "Balcón" se unirá al acondicionamiento del Cementerio Central, que será incluido al circuito por sus "valores artísticos históricos, culturales y ambientales".
Sobre la calle Gardel, donde algunas viejas fachadas de viviendas ya fueron recuperadas, está previsto reducir la circulación vehicular a un solo carril y ensanchar las vías peatonales. En el tramo comprendido entre Paraguay y Wilson Ferreira Aldunate, se ensanchará la vereda norte y se instalarán elementos vegetales en las esquinas.
Barrio de alto riesgo
La construcción de viviendas en la zona, con un plan social y cultural complementario, es para algunos vecinos más que necesario. La esquina de Gonzalo Ramírez y Cuareim se ha vuelto toda una amarga postal de lo que todavía no logran hacer las políticas sociales.
Desde el atardecer pueden verse tanto jóvenes como adultos que realizan sigilosas "transacciones" con visitantes.
En la oscuridad de esa esquina con Gardel al fondo, parecen estar esperando que alguien cambie su baranca abajo.