DR. EDUARDO CASANOVA
Médico internista de UCM
La reproducción natural se produce a través de la unión de células germinales o gametos, de sexo diferente, que se integran en un único individuo. En la clonación, que es un tipo de reproducción asexuada, la generación de un nuevo ser vivo se produce sin la intervención de células de diferente sexo.
Desde un punto de vista genético, la función sexual en la reproducción de los seres vivos hace posible la transmisión a los descendientes de características que son, al mismo tiempo, comunes a las de sus progenitores, y diferentes a la de éstos por cuanto suponen la combinación de sus caracteres. Esto permite que al mismo tiempo que se mantiene la identidad de la especie, se desarrollen características novedosas que permiten una mejor adaptación al medio ambiente así como perfeccionar la especie. Por este procedimiento y por mutaciones en el ADN se evita la extinción.
La clonación de vegetales y animales permite seleccionar las mejores características de los individuos (expresadas en su fenotipo), para ser aprovechables para los seres humanos. Así se obtendrían por clonación una selección de los mejores especímenes. Pero ello llevaría una rígida fijación del genotipo que impediría la biodiversidad, impidiendo el perfeccionamiento genético de la especie.
En el caso de los seres humanos la práctica de la clonación supone problemas todavía más graves, pues a la falta de innovaciones genéticas y a las alteraciones sobre la biosfera se agregan alteraciones en la ecología cultural y social.
FALSO CONCEPTO. Es relativamente frecuente comprobar que existe el falso concepto de que la clonación supone un procedimiento reproductivo artificial que permite obtener un hijo; sin embargo ello es un error, porque lo que se obtiene en realidad es un hermano. El mecanismo artificial supone imitar el fenómeno natural de la clonación o gemelación que tiene lugar en el útero materno para obtener un hermano gemelo. Puede inducirse artificialmente el fenómeno que tiene lugar en forma espontánea y natural de la gemelación, por fisión embrionaria. No obstante, el procedimiento más utilizado es el de sustitución nuclear, fuera del útero materno y en un momento muy posterior al de la generación del primer individuo.
TERAPEUTICA. A diferencia de los seres vivos vegetales y animales, la obtención de individuos humanos por clonación fue rechazada por motivos éticos más profundos que los que comprometen la biodiversidad y la ecología. Estos motivos éticos se relacionan con el carácter personal del ser humano que permite distinguir a la procreación como una función no meramente reproductiva, que implica una relación de paternidad y filiación más allá de la que existe entre el progenitor y la progenie. En este sentido los seres humanos reconocen a la orfandad como un fenómeno exclusivo de su especie, ya que la paternidad y filiación como características personales han de ser inteligentemente reconocidas y libremente aceptadas o rechazadas.
El motivo ético señalado hizo que se rechazara la clonación reproductiva humana del tipo utilizado en animales como la oveja Dolly, algunos chimpancés, terneros, ranas etc. Sin embargo, la necesidad de obtener células embrionarias o estaminales para utilizarlas luego en la regeneración de tejidos adultos, hizo que se comenzara a hablar de una clonación terapéutica no reproductiva.