Cambia el mapa político

La última medición de Equipos MORI muestra al EP/FA/NM alcanzando el 50% de la intención de voto para las elecciones del próximo domingo.

Las encuestas, se sabe, no son técnicas "exactas", sino que miden la realidad en cierto momento de tiempo, con cierto margen de error y cierta probabilidad. La muestra utilizada para esta nota tiene un margen de error máximo esperado de +- 2.7 para el 95% de las muestras. Pero en las últimas semanas los resultados del sistema regular de Equipos MORI definen entornos de preferencia relativamente claros y estables. Salvo que el azar nos esté jugando una mala pasada –y quienes hacemos encuestas confiamos en el azar- todo indica que los grandes trazos del mapa político están definidos con bastante claridad.

El EP/FA/NM recibe alrededor de la mitad de las preferencias del electorado, el Partido Nacional cerca de la tercera parte y el Partido Colorado algo más del diez por ciento. No deberían quedar dudas, por tanto, sobre cuál será el orden de figuración de los partidos. La discusión central, entonces, se traslada al casi "mágico" guarismo del 50%, y la posibilidad efectiva que sea alcanzado o no el próximo domingo.

El proceso de decisión de voto no es una cuestión lineal, y la forma en que los electores toman la decisión de apoyar a uno u otro partido no es la misma de una persona a otra: no siempre toman en cuenta los mismos factores y, aún considerando las mismas cosas, a veces las ponderan de manera diferente.

En este proceso operan, al menos, cuatro grandes conjuntos de factores: las características socio-económicas de los votantes, su identificación partidaria, la imagen que tienen de las principales figuras políticas nacionales y su opinión sobre la situación del país y el desempeño de los gobernantes.

Con estos resultados, se realizaron distintos ejercicios que intentan simular cuál podría ser el escenario final que aparezca el próximo domingo cuando se abran las urnas. Las distintas hipótesis sugieren que la captación de votos del EP/FA/NM entre los indecisos podría estar entre uno y tres puntos, con lo que Vázquez se estaría consagrando Presidente en primera vuelta. Nada es totalmente seguro hasta que suceda pero ese es, hoy por hoy, claramente, el resultado más probable.

Las esperanzas que puede albergar Larrañaga de alcanzar una segunda vuelta están depositadas no sólo en que Vázquez no capte indecisos sino también cambiar la intención de voto de ciudadanos que hoy se orientan al EP/FA/NM. Y eso requiere que en la definición de estos electores predominen las tradiciones partidarias: la mayoría de esos votantes sufragaron por los partidos tradicionales en la elección anterior, o tienen tradición familiar y orientaciones ideológicas más afines a estos partidos.

Pero si, por el contrario, en la definición de este electores tienen más peso los factores relacionados con la visión sobre la marcha del país y la gestión del gobierno, entonces el EP/FA será el gran beneficiado, y su nivel de apoyo se despegará con bastante claridad del 50%.

En cualquier hipótesis, el lunes Uruguay amanecerá con un mapa político diferente. La izquierda se habrá consolidado como el mayor partido político, el Partido Nacional recuperará un lugar de segunda fuerza inimaginable cinco años atrás y el Partido Colorado se enfrentará a la evidencia del peor desempeño electoral de su historia.

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