EDUARDO BARRENECHE
La autopsia de Natalia Martínez concluyó que la joven fue muerta en otro lugar que en donde fue hallada y determinó que el crimen se produjo sin que existiera premeditación del homicida, indicaron a El País fuentes de la investigación.
Los indicios recogidos por la Policía durante las tres semanas que duró la desaparición de Natalia, apuntan a que el principal sospechoso es una persona radicada en Piriápolis, dijeron fuentes de la investigación.
Desde que apareció el cuerpo en la tarde del sábado 10, la Policía realizó una serie de operativos para buscar pruebas materiales contra ese sujeto.
Un individuo fue indagado ayer por la jueza Graciela Eustachio y fue liberado pocas horas después. Hoy la Policía realizará varios allanamientos en busca de pruebas.
Martínez fue vista con vida por última vez en la madrugada del 19 de enero pasado en el boliche La Rinconada de Piriápolis. La chica, estiman los investigadores, se subió a un coche de alguien conocido.
La Policía considera que el auto partió en dirección a Punta del Este donde Natalia y ese hombre habrían bebido algo en un boliche. Luego retornaron otra vez hacia Piriápolis. En el camino ocurrió el forcejeo.
Una hipótesis que maneja la Policía sobre la causa de la muerte es que Natalia se resistió a un avance sexual de su matador y que el deceso se produjo durante una lucha.
Los forenses establecieron, por su parte, que la joven falleció por un paro cardiorrespiratorio provocado por un golpe o un estrangulamiento que afectó las arterias carótidas. Luego, el victimario buscó un lugar para deshacerse del cuerpo de Martínez.
Ya amanecía. El homicida se habría puesto nervioso y trató de deshacerse del cuerpo lo antes posible.
Al no poder pensar con detenimiento, lo tiró en un bosque de pinos situado en la intersección del Paseo de la Laguna del Sauce y la calle Laguna de Rocha, según fuentes de la investigación.
Los encargados de las pesquisas entienden que el matador cometió un error al intentar ocultar el cadáver cerca de la Laguna del Sauce: el predio se ubica a unos 400 metros del Club del Lago y a 50 de la rambla de la Laguna.
Se trata de una zona concurrida. A poca distancia se encuentra un pequeña casa y el lugar es muy transitado por coches y peatones. Tarde o temprano el cadáver habría sido descubierto.
En los 22 días que duró la desaparición de Natalia, los policías realizaron rastrillajes en zonas más propicias para deshacerse de un cuerpo como Sauce de Portezuelo, Ocean Park y El Pejerrey. Allí hay predios boscosos, deshabitados y de difícil acceso.
Los investigadores rechazaron la hipótesis de una eventual venganza con el crimen de Natalia.
Las características de este tipo de asesinatos son otras: las víctimas son ultimadas de un escopetazo o con otra arma de fuego y la desaparición del cadáver es preparada con minuciosidad.
En el caso de Natalia, los 14 expertos médicos que realizaron la autopsia concluyeron que no hubo violencia ni torturas que determinaran la muerte de la joven, dijo a El País el médico forense Carlos Maggi. También descartaron una eventual violación de la joven. Sí detectaron señales en el cuerpo de Natalia de una atadura practicada por el agresor para inmovilizarla. Este, dictaminó la junta médica, usó una cuerda de nylon similar a las utilizadas en tiendas para atar paquetes. El caso tuvo en 24 días el trabajo de tres juezas, y dos fiscales, lo que complica la instrucción de la investigación. Ayer, la jueza Eustachio entró en funciones otra vez. La junta médica analizó muestras de las larvas de insectos encontradas en los restos de la joven con el objetivo de diagnosticar el día de su fallecimiento y concluyó que su muerte se produjo en la misma madrugada de su desaparición.
Restan aún resultados de estudios toxicológicos de las muestras extraídas del cadáver para determinar si Natalia fue obligada a ingerir drogas. (Producción: Marcelo Gallardo).
Faroppa: la Policía sigue buenas pistas
El subsecretario del Interior, Juan Faroppa, afirmó ayer que la Policía de Maldonado maneja "líneas de investigación importantes" y espera que las actuaciones policiales den resultados "en poco tiempo".
El jerarca gubernamental se comunicó con El Espectador y señaló "no es cierto" que la Policía no tiene nada sobre el autor del crimen de Natalia Martínez. Los investigadores, dijo, "están juntando pruebas desde el primer momento de la desaparición de Natalia".
A juicio de Faroppa, la Policía no tiene la obligación de informar a los medios de prensa a toda hora acerca de las pistas o indicios que recaba en sus investigaciones, ya que ello afectaría el resultado final de las actuaciones.
Destacó que todas las reparticiones del Ministerio del Interior colaboran con la Policía de Maldonado para esclarecer el crimen de Natalia.
Aclaró, además, que afirmaciones de los mentalistas o videntes que se pronunciaron acerca del lugar o las características de la muerte de Martínez antes de que esta fuera encontrada, no tenían "ninguna vinculación" con las actuaciones policiales tendientes a esclarecer el caso.
Faroppa también cuestionó a medios de prensa televisivos que anunciaban novedades sobre el caso generando expectativas a la población y luego las intervenciones de noteros no brindaban datos nuevos. También criticó la actuación comunicacional de la Policía.