BUENOS AIRES | AGENCIAS y LA NACIÓN/GDA
Primero, agradecimiento; luego, un tono conciliador; y finalmente, un rezongo. Así puede resumirse el pasaje dedicado a Uruguay, y a Tabaré Vázquez, del primer discurso que Cristina Fernández de Kirchner realizó como presidenta argentina.
"Quiero agradecer la presencia del presidente de la República Oriental del Uruguay, doctor Tabaré Vázquez". Promediaba el discurso improvisado de 45 minutos de Fernández y estaba tocando uno de los lineamientos de su futura gestión: la política internacional.
"Quiero decirle con toda la sinceridad que he tenido en mi práctica política que no va a tener de esta presidencia un solo gesto que profundice las diferencias", dijo Fernández, ungida en su cargo menos de media hora atrás, en directa referencia al diferendo por Botnia. El rostro de Vázquez, sentado en el Congreso argentino entre sus pares de Chile y Colombia, Michelle Bachelet y Álvaro Uribe, demostraba satisfacción. Es que al ser nombrado, un aplauso surgió en el hemiciclo.
"Pero la situación que hoy atravesamos (la crisis por Botnia) no nos es imputable (al gobierno argentino). Lo cierto es que nosotros nos hemos presentado en la Corte Internacional de La Haya porque se ha violado el tratado del Río Uruguay, al instalar las pasteras", finalizó, endureciendo el tono, la presidenta argentina. Nuevamente surgieron aplausos en el hemiciclo. El semblante de Vázquez ya era más severo.
Si bien la presidenta terminó la mención al Uruguay asegurando que los argentinos "siempre los vamos a sentir como hermanos", quedó flotando la sensación de que había pasado el fragmento más duro del discurso; el mismo que había comenzado a las 15.19 con un "Muchas gracias, ¡Viva la Patria!" En varios momentos se la notó emocionada. Sentado a su izquierda, estaba el presidente saliente y su marido, Néstor Kirchner.
PILARES. Luciendo un sencillo vestido blanco de encaje, Fernández juró como presidenta a las 15.09 de ayer. De inmediato, se fundió en un abrazo con su marido. Había ingresado al recinto parlamentario, repleto de legisladores, dignatarios extranjeros y partidarios, apenas tres minutos antes, en medio de una ovación, una lluvia de papelitos y cánticos similares a los que se escuchan en un estadio de fútbol.
Enseguida, tomó posesión de su cargo el vicepresidente Julio Cobos, uno de los denominados "radicales K". Esta fórmula había vencido en las elecciones del pasado 28 de octubre con el 45% de los votos.
En un prolongado discurso en el que no se ayudó de ningún apunte, resaltó los que considera los cuatro capítulos fundamentales de la que será su gestión: "las instituciones, la sociedad, el modelo de acumulación con inclusión social y la inserción en el mundo".
La primera parte de su intervención se llenó de elogios a la gestión de su marido. Enfatizó el superávit fiscal y el desendeudamiento logrado. Prometió continuar en esa línea, para bajar los indicadores de pobreza (en el gobierno de Kirchner, de mayo de 2003 hasta ayer, ese índice bajó de 47,8% a 23,4%).
La política de derechos humanos fue otro de los ítems en los que prometió continuidad. "Que tengan castigo los responsables del mayor genocidio de nuestra historia", expresó en uno de los pasajes más festejados de su discurso. También anunció su deseo que "buena parte de la riqueza argentina" proviniera del sector industrial.
Sobre el Mercosur, lo calificó de "nuestra casa" y pidió una rápida entrada de Venezuela al bloque "para cerrar la ecuación energética". Tuvo palabras elogiosas a los mandatarios de Brasil, Ecuador, Paraguay, Bolivia y Venezuela quienes, junto al argentino, firmaron el domingo el acta fundacional del Banco del Sur.
Fernández refirió además al conflicto en Colombia, pidió a Dios que "ilumine" al presidente Uribe, para que resuelva el drama de los secuestrados por las FARC. "Argentina ayudará en lo que sea posible", agregó. En estos días, se vivieron en Buenos Aires intensas tratativas para llegar a un acuerdo.
En lo que pareció ser una referencia a Estados Unidos, Fernández expresó: "Queremos fijar nuestra posición sobre la necesidad imperiosa de reconstruir el multilateralismo. El mundo unilateral es más injusto e inseguro``, tras lo cual dijo que "no creo en la violación de los derechos humanos como excusa para combatir al terrorismo, del que fuimos víctima en dos ocasiones, en 1992 y 1994``. Sobre el final, Fernández reivindicó los derechos argentinos sobre las islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña desde 1833.
"Que Dios me ilumine para equivocarme lo menos posible", concluyó en su intervención. Posteriormente, ya en la Casa Rosada, tomó juramento a sus ministros. Durante su investidura, dos facciones antagonistas del peronismo (partido al que pertenecen los Kirchner) protagonizaron una breve reyerta en Plaza de Mayo. En ese mismo lugar, cuando caía la tarde, un espectáculo artístico, titulado Festival por la Democracia, daba la bienvenida a la flamante presidenta.
Las cifras
3% Porcentaje del PIB que representa el superávit fiscal; las reservas son de U$S 44.000 millones
23% Porcentaje aproximado de pobres en Argentina; el desempleo es de 8,7% y la inseguridad alta
Igual que antes, mostrar gestión; más que antes, mirar afuera; menos que antes, siestas
BUENOS AIRES | MARIANA VERÓN, LA NACIÓN/GDA
Cristina Fernández de Kirchner tiene previsto estrenar su mandato con una batería de actos en los primeros días de su gestión. Esa será su manera de gobernar, otra continuidad del modelo actual: mostrar gestión.
Los anuncios, las inauguraciones o las simples firmas de convenios devendrán en actos que la nueva presidenta utilizará como tribuna política. "Lo importante es mostrar todo lo que se hace. Eso es lo que nosotros hacemos: gestionar", sintetizó uno de los ministros que frecuenta a diario el despacho presidencial que desde ayer ocupa Cristina Kirchner.
La presidenta ya tiene en sus manos la agenda completa para los primeros 15 días de mandato. Todavía falta su aprobación, por eso los funcionarios se niegan a mostrarla. De todas maneras, adelantan que se dará prioridad a la participación en actos, con anuncios e inauguraciones incluidas. Vaticinan que habrá una batería de presentaciones.
De hecho, Cristina Kirchner tendrá su primera tribuna mañana por la tarde, sólo dos días después de asumir. Está previsto que se dedique hoy a las reuniones bilaterales que mantendrá con los mandatarios e invitados especiales que vendrán para la ceremonia de su asunción.
Pero ya, al otro día, cortará la cinta para dejar inaugurado un nuevo tramo de la ruta 2, a la altura de la localidad de El Pato, en el límite entre los partidos de Florencio Varela, La Plata y Berazategui. La elección del lugar no es casual. Eso destrabará el tráfico hacia la costa atlántica días antes del comienzo de las vacaciones. La lógica de comunicación entre el Gobierno y la gente en el segundo período de gestión kirchnerista seguirá siendo igual: buscar la oportunidad para presentar obras y desde allí hablarles directamente a los argentinos.
Su política de gobierno será entonces una réplica del modus operandi del hasta ayer presidente Néstor Kirchner. Amante de su atril, el mandatario saliente hizo de ese modo de comunicación toda una política. Se despide de la gestión sin haber dado conferencias de prensa. Para transmitir su pensamiento tuvo siempre ese atril. Con su mujer en el poder, ese estilo de gobierno se repetirá, según estimaron altos funcionarios consultados.
EXTERIOR. El cambio más bien estará en la política exterior. La nueva presidenta quiere relanzar el vínculo del país con el mundo. Por eso dedica estas primeras 48 horas a sus encuentros con mandatarios. Será una formalidad más de toda asunción, pero también un gesto hacia los nuevos lazos que ella pretende establecer o afianzar las alianzas actuales.
La primera mujer en convertirse en presidenta por el voto popular también dejará su impronta en otras áreas relacionadas con su trajín diario a la hora de gobernar. Ya designó edecanes mujeres en lugar de varones y pidió modificaciones en el despacho presidencial. Quiere cambiar las cortinas y pintarlo de otro color.
En la Casa Rosada ya se avecinan algunos cambios de funcionamiento. En los últimos días antes de la asunción de ayer, se colocaron los nuevos dispositivos de seguridad en las entradas, que funcionan mediante sensores de huellas dactilares. Comenzará a funcionar a partir del año próximo. Buscan mayor seguridad. También se colocarán en el primer piso, para acceso a la zona presidencial.
Otro cambio será el horario de trabajo. Cristina no duerme siesta como lo hacía el Presidente y suele organizar sus audiencias recién a media mañana o por la tarde. Es posible que haga un horario de trabajo de corrido y no se vaya tan tarde de la Casa Rosada para poder cumplir con su papel de madre.