VERANO 2018

El Museo Ralli conmemora 30 años con dos exposiciones de Beryl Cook y Adelio Sarro.

El Museo Ralli, ubicado en el corazón de Beverly Hills, recibió más de 300 invitados el pasado lunes 8 de enero, y se vistió de gala para conmemorar los 30 años de este recinto de arte que incluye esculturas de Salvador Dalí, Fernando Botero, Alfredo Volpi y otra cantidad de artistas latinoamericanos dentro de su colección permanente.

El evento contó con la presencia del intendente de Maldonado Enrique Antía; el director de Cultura, Jorge Céspedes; el director de Turismo, Luis Borsari, y la alcaldesa de Maldonado Dina Fernández. También acompañaron Eunice Castro, y la cantante Vivian Jourdan. Hubo un show cooking que constó de elaboración in situ de pinchos de ternera, parrillada oriental y una mega paella española.

El de Punta del Este es uno de los cinco Museos Ralli del mundo. Los otros cuatro están en Marbella (España), Santiago (Chile), y Cesárea (Israel) que abarca dos sedes.

El acervo cultural incluye más de diez mil obras distribuidas entre todos, y existe una impronta que los atraviesa: están ubicados en barrios alejados del ruido de la ciudad, y cuentan con amplios jardines, ya que se pretende que el exterior y el interior convivan en esa calma y relax ideal para que los visitantes contemplen y disfruten el arte.

"La idea es que sea un lugar para pasear, ver, criticar, alabar, pero también bajar las revoluciones, y entrar en ese universo especial que brinda el arte", comenta Serrana Prunell, directora del museo.

La magnífico sede de la calle Los Arrayanes abre sus puertas de martes a domingo entre las 17:00 y las 21:00 horas durante enero y febrero.

Está muy bien considerado por los turistas que visitan el balneario. En la página de Trip-Advisor: aparece como la cuarta atracción en Punta del Este, detrás de Casapueblo, el Puerto y la Playa Mansa.

Este año se inauguró un ascensor para que todos los visitantes puedan movilizarse y una sala que hoy está habitada por obras del brasileño Adelio Sarro y la inglesa Beryl Cook. Ambas exposiciones se exhibirán durante toda la temporada estival.

Sarro se crió en una granja cerca de San Pablo y encontró en el dibujo la forma de superar su timidez. Trabajó como carpintero y una vez devenido en artista, expuso en Rusia, Croacia, y Europa. Es la primera vez que lo hace en Uruguay y también es su debut en un Museo Ralli. Su colorido trazo está marcado por la vida de campo, por eso predominan los campesinos y animales, y utiliza mucho los tonos en azul, rojo y rosado. "Tiene esa vibración del color característica del brasileño", según Prunell.

Cook fue una de las artistas más populares del Reino Unido, conocida gracias a su serie de pinturas de orondas mujeres en actitud festiva que, según su propia definición, pretendían retratar "a la gente común pasándoselo en grande".

Autodidacta y naf, recurría a situaciones cotidianas para teñir de humor sus grabados. "Sin quererlo salís con una sonrisa en la cara porque te mueve", apunta la directora del museo.

Harry Recanati y su esposa, Martine, coleccionaban obras de artes y eran fanáticos de los viajes. Llegaron a Punta del Este, se enamoraron del lugar y decidieron que era el espacio ideal para fundar un museo y poder compartir su acervo con el público interesado en la cultura. Donaron, entre otras, su colección de Salvador Dalí, y "antes de que la tuviéramos a la vista la gente no sabía que Dalí también hacía esculturas".

Luego, se expandieron hacia diversos países porque advirtieron que la única forma de mostrar estas obras era a través de museos. "Los mega museos suelen estar en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, Recanati optó por lugares más alejados de los medios, ya que se apunta a otra propuesta", según Prunell. El objetivo es llegar a "públicos que no concurren a grandes ciudades como Nueva York o París. Y todos estos sitios (Marbella, Santiago, Cesárea) están cargados de esa magia que también tiene Punta del Este que te hace querer volver".

Se le dio la palabra a Recanati de que el museo se mantendría por 200 años, al menos, y llevan cumplido poco más del 10%. La meta sigue viva: "Nos queda un largo camino", reconoce Prunell. Y agrega que la forma de renovar ese compromiso es a través del aporte de las nuevas generaciones, "ya sea que trabajen en el museo o que aporten ideas desde afuera para seguir vigentes y actuales".