SAO PAULO - Los problemas de la multinacional Parmalat siguen aumentando en América Latina, donde la Bolsa de Valores de Sao Paulo suspendió desde hoy la negociación de los títulos de Parmalat Brasil, mientras la filial chilena de la compañía postergó pagos a unos 150 proveedores locales de leche.
"A la espera de aclaraciones sobre el proceso de pedido de declaración de quiebra publicado en la prensa, quedan suspendidos los negocios con las acciones de emisión de esa empresa" a partir de este martes, señaló la bolsa brasileña en un comunicado.
La empresa de productos alimenticios Orlandia, con fábricas en cuatro estados, pidió el lunes la declaración de quiebra de Parmalat Brasil, según el diario Folha de Sao Paulo.
Es la segunda vez que existe un pedido de declaración de quiebra contra Parmalat en Brasil; el primero fue en 2002 por atraso en el pago de deudas.
Consultada por la AFP, la empresa no se manifestó al respecto.
Se trata de una nueva presión que enfrenta la filial de Parmalat en Brasil, empresa que en diciembre comenzó a retrasar los pagos a sus proveedores.
Tras estallar la crisis de la matriz en Italia, la Comisión de Valores Mobiliarios (CVM) brasileña decidió examinar los balances financieros de Parmalat Brasil "de manera preventiva".
Las deudas de Parmalat Brasil, incluyendo las financieras y las contraidas con proveedores, pueden alcanzar unos 535 millones de dólares, según estimaciones de un comité de bancos acreedores, creado en previsión de una eventual reestructuración de deudas o un pedido de concordato en Brasil, informó el diario Valor.
Brasil es el quinto productor mundial de leche y Parmalat es el segundo mayor comprador de leche del país.
En Chile, la filial de Parmalat -que tiene dos plantas procesadoras- postergó pagos por unos 1,8 millones de dólares a unos 150 proveedores locales de leche, informó este martes la federación gremial.
"Exigimos a la brevedad un pronunciamiento de la empresa a fin de conocer la forma en que seguirá operando y cómo honrará los compromisos contraidos con sus proveedores", señaló una declaración de la federación.
En una comunicación dirigida a los productores chilenos, la gerencia de Parmalat dijo que aplicará un nuevo calendario para cubrir la deuda, que corresponde a entregas de leche efectuadas en diciembre.
El retraso es una "situación temporal" que "es causada por motivos exógenos a nuestra decisión", aseguró la empresa.
El Ministro de Agricultura, Jaime Campos, expresó "preocupación" por la situación y dijo que su cartera podría interponer buenos oficios privados para ayudar a los lecheros.
"No tenemos atribuciones legales como para involucrarnos públicamente en un conflicto de este tipo", advirtió sin embargo.
En Venezuela, en cambio, el gobierno solicitó la semana pasada los balances financieros de Parmalat y señaló que no descarta la posibilidad de comprar la filial agroalimentaria en ese país.
La embajada de Italia en Caracas garantizó en una misiva al gobierno de Venezuela la operatividad de Parmalat en este país sudamericano, informó hoy el ministro de Agricultura, Arnoldo Márquez.
La carta expresa la voluntad "de disponer de los recursos y el efectivo necesario para mantener las operaciones de esa empresa en Venezuela hasta tanto ellos hagan ese proceso de reingeniería y de reajuste a nivel internacional", señaló Márquez.
El ex presidente de Parmalat Venezuela, Giovanni Bonici, fue encarcelado el viernes pasado al regresar a Italia, y al día siguiente comenzó a ser interrogado por la justicia.
En Costa Rica, la multinacional debe 300.000 dólares a un grupo de pequeños productores de leche y a una cooperativa, según informó a comienzos de enero el gerente del Programa Nacional de Leche del Ministerio de Agricultura, Luis Arturo Villegas.
En Centroamérica, Parmalat tiene una sede coordinadora en Nicaragua, país donde las autoridades son optimistas de que el escándalo no afectará a su filial.
En Argentina, Ecuador, México y Paraguay, directivos de las filiales del gigante italiano indicaron que la crisis no ha afectado sus operaciones, mientras que en Uruguay la operativa se mantiene normal, aunque con atrasos importantes en los pagos a sus proveedores.
El octavo grupo italiano, con operaciones en 30 países y plantas en Europa, Sudamérica, Estados Unidos y Asia, quebró en diciembre tras destaparse un agujero contable de unos 10.000 millones de euros (unos 12.000 millones de dólares).
La empresa agroalimentaria se expandió en América Latina en los años 90 y actualmente tiene ocho fábricas en Brasil, dos en Argentina, una en Uruguay y en Paraguay y está presente asimismo en Chile, Colombia, Ecuador, México y República Dominicana.
AFP