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A qué se enfrenta Vázquez en el segundo mandato

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"Se puede aprovechar el consenso ciudadano para las reformas", afirma Lema. Foto: L.Carreño.
[[[LEO CARRENO LEONA1803@GMAIL ]]]

El cambio de mando supone más que un relevo entre corredores en una carrera de postas. La superficie en la que correrá el gobierno durante este quinquenio será más arenosa, con condiciones externas menos benevolentes y el viento de a poco soplando más en contra.

El País realizó un análisis FODA (así se conoce a la metodología que enumera fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de una empresa, un sector o en este caso un país) para el segundo mandato de Tabaré Vázquez.

Los economistas Javier de Haedo, Aldo Lema, Ignacio Munyo y Marcelo Sibille fueron los consultados y pusieron en blanco sobre negro el punto de partida del nuevo gobierno.

A su juicio, darán algo de oxígeno una situación económica sólida, la buena reputación del país, la experiencia del mandatario y su equipo, así como el "colchón" financiero disponible para casos de emergencia. Pero también algunos "cuellos de botella" en infraestructura y productividad introducen riesgos de largo plazo.

La amenaza de las tensiones financieras en mercados emergentes y la reacción de los sindicatos ante reformas son algunos de los grandes obstáculos a sortear. En tanto, la baja en el precio del petróleo puede ser aprovechada para enfrentar los desequilibrios macro que suponen la inflación y el déficit fiscal elevados.

FORTALEZAS

EXPERTISE.

La experiencia de mando del presidente y su equipo económico suman puntos al nuevo período de gobierno. También es favorable "el carácter ejecutivo y la capacidad de mando" de Tabaré Vázquez, resaltó de Haedo.

COHESIÓN.

La continuidad de las políticas de Estado es otra fortaleza, por ejemplo, en materia de inversión extranjera, dijo de Haedo. La mayor cohesión y unidad en materia de visiones dentro del equipo económico también contribuye.

Consenso.

En contraste con lo ocurrido en Chile o Brasil, la campaña electoral estuvo poco polarizada y hay consenso sobre la estabilidad macro y la necesidad de ciertas reformas, como en educación e infraestructura. "Existe alto capital político para impulsar una mayor estabilidad macro y encarar esas reformas", indicó Lema.

Reputación.

El país goza de "un marco institucional sólido con reconocimiento internacional y ventajas comparativas regionales", señaló Sibille. En momentos en que varios países verán rebajar su calificación de deuda, Uruguay cuenta con grado inversor, destacó Lema. El país cuenta con un mayor crecimiento potencial de la economía (3%) y mejor estructura de la deuda pública (menos dolarizada, con mejor perfil de vencimientos). "La desdolarización de la deuda facilita el ajuste (al alza) del tipo de cambio real que los fundamentos seguirían justificando", enfatizó Lema. El nivel de endeudamiento es "aceptable" y la deuda está "saneada en su estructura", coincidió Sibille.

Preparados.

El elevado nivel de reservas (mayor liquidez en moneda extranjera) "confiere un colchón financiero ante eventuales shocks externos negativos", resaltó Sibille. Además, el país tiene acordados créditos contingentes a tasas muy bajas con organismos multilaterales por US$ 2.300 millones en caso que existan turbulencias financieras internacionales que cierren el acceso al crédito a las economías emergentes, recordó Munyo. A su vez, mientras que en 2001 la dolarización de la deuda pública y del crédito bancario era superior al 80%, hoy tan solo el 40% de la deuda pública y la mitad del crédito bancario se encuentran denominados en dólares. Munyo señaló que en los hogares la desdolarización es aún mayor: menos del 5% de los créditos está en moneda extranjera. A su vez, los bancos tienen una mejor posición patrimonial, con una combinación de elevada liquidez, bajísimos niveles de morosidad y elevada capitalización. En otro ámbito, también ayuda la reforma de la matriz energética con mayor dependencia de fuentes renovables. Esto "permite augurar estabilidad de costos energéticos en el futuro", explicó Sibille.

OPORTUNIDADES.

Reformas. Con el consenso ciudadano y su capital político a favor, el gobierno puede aprovechar sus primeros años para impulsar reformas estructurales que permitan fortalecer el crecimiento económico de largo plazo. A la cabeza están la necesidad de profundizar la inversión en infraestructura y una transformación de la enseñanza pública mediante incentivos dispuestos presupuestalmente, señaló de Haedo.

Gasto público.

La ley de Presupuesto constituye una oportunidad para moderar la expansión del gasto y encauzar las cuentas públicas (el déficit era de 3,3% del PIB en los 12 meses a enero) en una senda más sostenible, dijo Sibille. La baja del precio del petróleo contribuye en este sentido, ya que mejorará los balances de Ancap.

Inflación.

Una reducción del déficit fiscal acompañada de una mejora en la eficiencia del manejo de las empresas públicas podría permitir hacer converger la inflación (que cerró 2014 en 8,26%) en el objetivo establecido por el Banco Central, de entre 3% y 7%, señaló Munyo. "Para ello será necesario mantener la política monetaria contractiva, y combinarla con una política fiscal menos expansiva, y una reducción en la indexación de los ajustes salariales", dijo. Sibille coincidió en que en las próximas rondas del Consejo de Salarios el gobierno debe intentar aplicar mecanismos de ajuste que estén "más alineados a la productividad y menos indexados a la inflación pasada".

Inserción externa.

El gobierno puede profundizarla promoviendo (dentro o fuera del Mercosur) un acercamiento a bloques económicos más importantes como la Alianza del Pacífico, Nafta, Unión Europea o China y Asia en general, indicó Lema. Munyo comparó que mientras las empresas exportadoras instaladas en Chile tienen libre acceso a países que representan casi el 90% del ingreso mundial, en las empresas instaladas en el Mercosur el libre comercio es con países que tienen 10% del ingreso mundial.

Tasas de interés.

En una etapa de menores flujos de capitales hacia América Latina, Uruguay enfrenta la gran oportunidad de diferenciarse de otros países (y de su propia historia), preparándose mejor para escenarios externos críticos a futuro. "Este año es clave, porque la ventana de oportunidad sigue cerrándose", subrayó Lema. Es que las tasas "normales" de retorno que ofrecen los países avanzados todavía distan de lo que buscan los inversores internacionales. Munyo señaló que si bien es probable que las tasas de corto plazo en EE.UU. empiecen a subir a mediados de año, "va a pasar un largo trecho para que las tasas de largo plazo en los países avanzados vuelvan a registros considerables", lo que supone "una oportunidad si tenemos en cuenta que la inversión extranjera (IED) ha sido el combustible del motor del crecimiento en la última década" (la IED se ha multiplicado por 10 desde 2004, hasta US$ 3.000 millones, un 5% del PIB).

DEBILIDADES.

Desequilibrios.

Al inicio del mandato, en parte como consecuencia del año electoral y de un manejo poco eficiente de las empresas públicas, el nuevo gobierno se enfrenta a desequilibrios macroeconómicos, con un déficit fiscal e inflación en niveles demasiado elevados. "Esta situación nos deja sin espacio para implementar estímulos monetarios y fiscales para contrarrestar la falta de impulso desde el exterior", advirtió Munyo.

Competitividad.

La inflación es alta en la comparación regional y existe un "atraso cambiario considerable" con casi todos los mercados, advirtió de Haedo. Lema añadió que los problemas de competitividad sumados a los desequilibrios macroeconómicos, "van a limitar la capacidad de realizar políticas contracíclicas ante un escenario externo desfavorable", dijo Lema.

Corporativismos.

La fragmentación y visiones antagónicas en ciertos temas a nivel de la coalición de gobierno (esencialmente, entre mujiquismo y vazquismo), sobre todo en la bancada parlamentaria, constituyen una debilidad adicional, dijeron los expertos. Lema también advirtió por la permeabilidad a las presiones de corporativismos para imponer agendas propias o frenar algunas reformas importantes.

Cuellos de botella.

Los más preocupantes son en capital humano e infraestructura física, "que están mordiendo retorno a las inversiones y por ende minando las posibilidades de crecimiento del país", valoró Munyo. Solo el 45% de quienes ingresan al mercado de trabajo tiene la capacidad de generar valor agregado y el 50% de la red vial está deteriorada. "La debilidad se potencia porque por más urgentes que sean las medidas a tomar en estos frentes, los avances van a ser lentos", afirmó.

AMENAZAS

El mundo.

Un nuevo escenario internacional se configura, con un dólar más fuerte, tasas de interés más altas y precios más bajos de materias primas. Este desafío acompañará al nuevo gobierno, según coincidieron de Haedo y Lema.

Vecinos en recesión.

La recesión de Argentina y Brasil, junto con una posible mayor depreciación de las monedas en estos países vecinos tendrán alerta al gobierno uruguayo. "Hay amenaza de crisis agudas en estos países a lo largo del quinquenio", sentenció Lema.

Tensiones.

La crisis en Rusia puede tener un impacto significativo en el acceso al financiamiento externo de economías emergentes como la uruguaya. Con la situación actual en Rusia, "se viene indefectiblemente a la memoria de los inversores internacionales lo que pasó en 1998 con la cesación de pagos de la deuda doméstica rusa, que se expandió a todas las economías emergentes sin distinguir gatos de liebres", dijo Munyo. Para Uruguay sería difícil eludir el impacto, en un contexto de elevada participación de no residentes en la deuda pública y concentración de los tenedores (por ejemplo, solamente una administradora de fondos, la firma norteamericana Franklin Resources tiene en su poder el 14% de la deuda pública uruguaya), añadió el economista.

Sindicatos.

La actitud del movimiento sindical ante cambios en el presupuesto y las pautas salariales puede jugar en contra, advirtió de Haedo. Sin embargo, si los salarios reales siguen creciendo por sobre la productividad, el mercado laboral se deteriorará y el desempleo aumentará, indicó Lema.

Puja por el Presupuesto.La principal amenaza interna es una discusión presupuestal que imposibilite al gobierno reducir la tasa de crecimiento del gasto público por debajo del crecimiento de la actividad económica, estimó Munyo. Sibille advirtió que mantener el elevado déficit fiscal amenaza con deteriorar la relación deuda/producto y la confianza de los mercados financieros.

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"Se puede aprovechar el consenso ciudadano para las reformas", afirma Lema. Foto: L.Carreño.

Análisis de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazasMARCELA DOBAL

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