Salud bucal

Que se retraiga (o “remangue”) la encía, dejando la raíz al descubierto es un tema muy importante. No sólo por lo estético (dientes largos y grandes y zonas oscuras) sino por lo funcional y la salud de los tejidos (¡pérdida de encía, hueso y hasta dientes!).

¿Por qué pasa esto? Sucede por Factores Predisponentes y Desencadenantes. En general ambos deben coincidir para que la retracción se exprese.

Biotipo Gingival Fino (o Fenotipo fino): Una encía fina es más propensa a retraerse. Por ello en muchos de los tratamientos se engrosa la encía y así se evita la consecuencia.

Malposición dental. Todas las malposiciones dentarias tienen una consecuencia. En el caso de la retracción de las encías, la posición que más la produce es tener hacia adelante (“vestibular”), el diente, la raíz o ambos. En estos casos se combinan todos en los apiñamientos, por ejemplo.

Tablas óseas vestibulares delgadas. Debemos saber que la relación entre el borde de la encía que vemos, y el borde del hueso (que no vemos) es normalmente de 3 milímetros. Si el hueso es fino, puede irse perdiendo en altura y en espesor ante cualquier factor que coadyuve.

Factores genéticos. Lo hereditario en las enfermedades periodontales es de alta incidencia. En periodoncia están las patologías bucales más sensible a los genes.

Personalmente he visto que parientes muy cercanos que pueden trasmitirse la enfermedad periodontal (y hay estudios sobre esto), aunque la academia tradicional la considera una enfermedad no contagiosa. Debo estudiar más este punto. Pero no lo descartaría.

Técnica de Cepillado incorrecta con cepillo duro. Las cerdas duras y mal terminadas sumadas a una técnica de barrido horizontal, literalmente destrozan las encías. Se debe utilizar un cepillo blando y con cerdas cónicas (o cilíndricas) con extremo redondeado.

Movimientos de Ortodoncia con fuerzas no controladas. Quizás es una de las causas más frecuentes de retracción gingival y de pérdida de hueso (y hasta de raíces dentarias). Lamentablemente, es muy común ver ortodoncia clásica (brackets metálicas y estéticas) u ortodoncia invisible (incluso Invisalign, mal ejecutada) generando retracciones o lesiones mucho mayores. Los buenos ortodoncistas, con una u otra técnica controlan las fuerzas y mantienen la salud de todos los tejidos.

Infección periodontal por bacterias (periodontitis). Causa muy frecuente, producida por bacterias y una higiene pobre (o no tanto). Es un problema crónico que se debe, una vez tratado, controlar. Antes se la llamaba “piorrea” y se la consideraba irrecuperable. Hoy, mediante el LANAP, sabemos que se logra mantener la salud y frenar el proceso.

Bruxismo. De los tres tipos de bruxismo, el más agresivo es el apretamiento y no tanto el golpeteo o el desplazamiento. Antes de intervenir para recuperar la encía, se deben controlar o limitar los factores productores del bruxismo.

Piercings orales. Varios tipos de piercings producen una retracción localizada. Sobretodo los labiales y más aún los linguales. Fijate si te lastiman. Hay casos en que se pueden utilizar sin problemas. Depende la zona de colocación, el tamaño y la forma.

Restauraciones subgingivales que no respetan el Espacio Biológico. Si te hiciste una carilla o una jacket (corona) que quedó muy debajo de la encía, puede ser el factor de una futura retracción.

Frenillos con localización comprometida. Es muy común ver frenillos (y bridas, o frenillos laterales) “tensando” sectores de la encía y provocando el desplazamiento de esta. El tratamiento es muy sencillo mediante frenectomías con láser.

Hay muchos factores y no todos nos afectan igual a cada uno de nosotros. Lo importante es la respuesta inmune de cada individuo.

Busquemos a un especialista que realmente sepa, para orientarnos en nuestras conductas, de acuerdo a nuestras características.

Para evitar la retracción de encías, ¡o curarla definitivamente!

CONOCÉ A NUESTRO COLUMNISTA

Álvaro Heller

Odontólogo, director de BioSmile y columnista de Eme

Podés visitar el sitio de la clínica del Dr. Heller haciendo click en este enlace