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“Me obsesiona mezclar el arte con la moda”

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Ágatha Ruiz de la Prada presentando su colorida muestra en uruguay.
Dario Falero

Moda

La reconocida diseñadora española visitó Montevideo, ciudad que la enamoró, e inundó con sus colores la pasarela instalada en el Club Uruguay.

Suenan los clásicos españoles de los 80 y 90 como Hombres G y Locomía, mientras las modelos recorren la pasarela. Al llegar al final del recorrido, algunas realizan gestos con sus manos, otras lanzan besos y también están las que dibujan corazones en el aire. Sentada en primera fila y moviendo la cabeza al son de la música, junto a un séquito de maquilladores y peinadores está Agatha Ruiz de la Prada. Ella es la artista detrás de este evento, cuyo emblema es justamente el corazón; también es la diseñadora que logró que decenas de celebrities, fashion bloggers y entusiastas de la moda se agolparan desde tempranas horas de la tarde y bajo un sol abrazador, en las puertas del Club Uruguay. La llegada de Ruiz de la Prada a Montevideo no pasó desapercibida.

“Creo que he venido en un momento muy bonito porque cuando aterricé, se vino una tormenta mágica. Fue muy romántico entrar así a Montevideo. Me está encantando esta ciudad”, confesó a Eme.

Desde que llegó a la capital uruguaya no ha dejado de recorrerla. “Esta ciudad es una chorrada, muchísimo me ha gustado, muy bonita la idea de pasear al lado de la playa durante horas, los edificios locos que hay, me ha gustado una barbaridad”, aseguró.

Marquesa de Castelldosríus Grande de España y Baronesa de Santa Pau, Agatha Ruiz de la Prada recordó que desde chica soñaba con ser pintora.

“Mi padre tenía una colección de arte contemporánea importantísima en España, y yo siempre me he pasado la vida en exposiciones, talleres de artistas, galerías y museos. Es lo que me gustaba y entusiasmaba. He tenido la suerte de tener una vida cultural bastante espectacular, por lo menos en lo mío. Eso es algo que también he intentado transmitírselo a mis hijos”, quienes paseaban por el Museo del Prado desde que tenían dos meses de edad, es que “si tengo que pasearlos, más vale ir al Museo del Prado”, confesó.

Su estilo de confección radica justamente en su amor al arte y a las vanguardias. “No me interesa que mis trajes parezcan de los años 50, o de los años 40. Me interesa que mis trajes parezcan vanguardia”, apuntó. “Mi obsesión en la vida es mezclar el arte contemporáneo con la moda. Eso siempre ha sido mi hilo conductor”, afirmó momentos antes de que comenzara el desfile de su nueva colección, que presentó en Montevideoel pasado martes.

Esa yuxtaposición de elementos se hizo palpable en el Club Uruguay, un edificio que sintió como creado para ella. “Aquí el diálogo de mis trajes con este salonazo de baile, creo que lo va a hacer especial”, advirtió —con razón— antes de su comienzo.

Además de la yuxtaposición del arte y la moda, las formas y los colores son un sello distintivo de esta diseñadora.

Si hay que delimitar su paleta de colores, aparecen el dorado y los tonos fluorescentes. Para elegirlos, esta española advierte que siempre confía en su intuición. “Me parece que casi siempre que mezclas, sale bien”, remarcó.
Al margen de los colores, las formas que adopta esta diseñadora no dejan a nadie indiferente. Es que para ella las formas son muy importantes.

Antes de comenzar el desfile se lamenta de no haber traído sus SuperAgathas, como define ella sus vestidos emblema, aquellos que “aun en circunstancias muy adversas, siempre se defienden solitos”, comentó divertida. Para los neófitos, son aquellos vestidos que luce Miley Cyrus.

“Coincidió que la última temporada ha sido un poco más comercial y ahora me apena que sea tan comercial, porque qué bonito se verían mis SuperAgathas en este lugar”.

Ágatha Ruiz de la Prada
Ágatha Ruiz de la Prada

Encontrando un estilo

A los 30 años de su primer desfile, creó la Fundación Agatha Ruiz de la Prada. “Para mí fue una cosa muy importante. Me di cuenta que habían pasado 30 años y entonces hice un desfile, un auto homenaje, y elegí mis 30 trajes favoritos”, rememoró.

En esas 30 creaciones favoritas estaban el Traje Flor, el Traje Aro, el Traje Arco Iris, el Traje Jaula, el Traje Taca-Taca con rueditas, el Traje Menina, el traje Paraguas. Entonces editó un libro y tuvo “la suerte” de hacer una exposición en el Museo Correr en Venecia, en la Plaza San Marcos (es uno de los grandes museos venecianos).

“Lo que me pasó ahí fue darme cuenta que una se repite toda la vida. Bueno, es como Torres García, uno de mis pintores favoritos a nivel mundial, pues en el fondo, él tenía sus obsesiones y era más o menos siempre lo mismo; como Botero hace lo mismo, como Vargas Llosa escribe de una forma muy parecida y también los arquitectos como Luis Barragán. Ahí lo que muestro es que toda mi vida he hecho trajes de Aro, trajes Michelin, alguna vez son más anchos, estrechos, con un material u otro, con otro color, con otra tela, más o menos fashion, pero siempre son los mismos. Entonces es un lenguaje que tengo, me divierte”.

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