Realeza

la nación / gda

Ya es conocida su lucha contra el cambio climático, por eso las confesiones del príncipe Carlos sobre el Aston Martin que maneja, no deberían sorprender. El heredero al trono reveló que su auto funciona con “excedentes de vino blanco inglés y suero de la elaboración de quesos”.

Sin embargo, según los expertos, la pintoresca y extravagante solución de Carlos para dejar los combustibles fósiles de lado y reemplazarlo por una mezcla de bioetanol no es escalable e incluso habría daños significativos si el sistema se replicara de alguna manera.

“La solución del príncipe Carlos para descarbonizar su Aston Martin utilizando una alta mezcla de bioetanol hecha de residuos de queso y vino no debe confundirse con una solución seria para descarbonizar vehículos”, dijo Greg Archer, director de T & en el Reino Unido, un grupo europeo de campañas de transporte limpio.

“A gran escala, los biocombustibles hacen más daño que bien, impulsando la deforestación y el cambio de uso de la tierra que empeora la crisis climática”.

Ni siquiera el auto que Carlos ha tenido durante cinco décadas ha abandonado completamente el combustible tradicional, sino que funciona con un 85% de bioetanol y un 15% de nafta sin plomo. Se trata de un caso único o “boutique” que, esencialmente, no es escalable como modelo específico.

El doctor Chris Malins, consultor en políticas de combustibles alternativos y sostenibilidad, aseguró a The Guardian que, aunque el príncipe se encuentra a la vanguardia, hay límites para lo que este tipo de combustibles puede lograr. “Será necesario encontrar tecnologías más avanzadas”.

Carlos contó acerca de sus iniciativas para generar un combustible más limpio en el marco de una entrevista con la BBC, dedicada a sus intereses en la lucha contra el cambio climático. Allí dijo que los líderes mundiales que se reunirán en la cumbre de la Cop26 -la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que comenzará el próximo 31 de octubre- deberían tomar medidas ambiciosas en lugar de “solo hablar” y darse cuenta de lo desesperados que están muchos jóvenes por la crisis climática.

En la entrevista de la BBC, que tuvo lugar en Prince George’s Wood, un pequeño bosque que Carlos plantó para su nieto en los jardines de Birkhall, su casa en la finca Balmoral en Aberdeen, también habló sobre sus propios esfuerzos para reducir su huella de carbono: “No como carne y pescado dos días a la semana y no consumo productos lácteos un día a la semana”, dijo. “Si más hicieran eso, reducirías mucha presión”.