Arte
Cuando hablamos de sombrear, nos referimos a dar volumen, crear cuerpo o sensación de profundidad en los objetos que representamos. Aunque pueda parecer complejo de hacer, sombrear implica utilizar las luces y sombras de forma correcta, aplicando la técnica del degrade o degradado, que es la transición de claro a oscuro, de suave a intenso.
En el caso de hacer valoraciones con lápiz, el trazo es muy importante: de acuerdo a cómo realicemos el trazo podemos lograr resultados suaves y delicados, así como trabajar en bocetos, donde la superposición de líneas más rústicas nos aportan zonas de sombras.
Usar lápices de diferentes durezas es una de las herramientas con la que contamos, especialmente si buscamos enfatizar sombras oscuras. Se debe adquirir la práctica de dibujar con trazos intensos, definidos, que demuestren una intención decidida. Las sombras suaves pueden realizarse al trazar con suavidad, acariciar el papel para no lastimarlo.
A la hora de difuminar entre tonos oscuros y claros, ¿lo hacemos con los dedos? No hay una respuesta única a esta pregunta, el uso de los dedos para hacer el pasaje de tonos es válido y hasta instintivo cuando estamos en pleno dibujo, este difuminado es directo y un poco más tosco. Existe un elemento llamado difumino que sirve exactamente para eso, brinda un acabado más minucioso, un degradado más sutil y homogéneo y permite controlar mejor los límites de las manchas gracias a su punta. Entonces la mejor respuesta sería: utilizar los dedos perfectamente para degradados más generales y el difumino para los detalles.

La carbonilla surge necesariamente al hablar de sombreado. Este tipo de pigmento es uno de los más usados por los dibujantes y pintores de la historia para hacer sus grandes dibujos o bocetos de sus óleos. Este material, elaborado a base de ramas de sauce, es volátil y permite con manchas rápidas y pocos trazos crear figuras y formas que se sombrean con fácilmente, ya que con solo tocar el carbón este se degrada. El resultado puede ser muy libre o muy controlado y la gradación de valores puede ser tan detallada o más como al pintar a lápiz. El proceso de degradado es más directo que con lápiz: se sombrean primero las zonas más oscuras y se difumina la mancha degradándola hacia las partes más claras.

María Victoria Vázquez nació en Montevideo, 1989. Estudió con Tunda Prada y siguió con Fermín Ombú, Olga Mocchi, Susana Moreno, Clever Lara y su actual socia Ivonne Soza.
Ambas tienen la iniciativa Amarillo Casa de Arte un espacio donde dan clases y dictan talleres. Contactalas a través de su emprendimientoAmarillo Casa de Arte y a través de los sitios de Mavi Vázquez eIvonne Soza.