Con los hijos

La Organización Mundial de la Salud define al bullying como una dinámica de maltrato sistemática que ocurre entre iguales de manera persistente.

Bullying es el acoso físico y/o psicológico al que se somete, de forma continuada, a un alumno por parte de sus compañeros.

El comportamiento se repite y no es ocasional. Es el uso indebido, continuo y deliberado del poder en las relaciones a través de un comportamiento verbal, físico y/o social repetido que tiene la intención de causar daño físico, social y/o psicológico. El acoso puede ocurrir en persona o en las redes sociales, a través de varias plataformas y dispositivos digitales.

En la pandemia se ha incrementado el cyberbullyng, por lo tanto los padres tienen que estar atentos a este fenómeno y saber por donde navegan vuestros hijos.

Los incidentes individuales y los conflictos o peleas entre iguales, ya sea en persona o en línea, no se definen como acoso.

Este nombre fue acuñado en 1993 por el psicólogo escandinavo Dan Olweus, de la Universidad de Bergen (Noruega), a partir de estudios realizados en los años 70´s sobre el suicidio de algunos adolescentes.

A continuación mostraremos dos definiciones de bullying de dos reconocidos autores. Se trata de un sistemático abuso de poder” (Smith y Sarph, 1994) y de un sentimiento de ser maltratado injusta e impunemente de forma prolongada y la sensación de indefensión que provoca el no saber salir, por los propios medios, de esa situación social” (Ortega y Mora-Merchán, 1997).

Bullying implica primeramente esconder, dañar, robar propiedades como útiles escolares del niño acosado. En segundo lugar criticar, burlarse, poner sobrenombres agresivos.

Luego tienen lugar cosas como: ignorarlo, en excluirlo de actividades, como de jugar o no dejarlo entrar a un grupo estudio, las amenazas y hasta chantajes.

La principal forma de evitarlo es educar en empatía.

Si tu hijo es acosador, tenés que explicarle el daño que hace y dar oportunidad de reparación pidiendo ayuda a la institución educativa y al niño acosado y sus padres.

Si tu hijo es víctima, la clave es no culpabilizarlo, no minimizar su situación emocional ni esconder el acoso. Tenés que pedir ayuda a nivel profesional y en la institución educativa donde estudia tu hijo.

No existe un perfil determinado para ninguno de los casos. Tanto el acosador como el acosado provienen de distintos tipos de familia.

Lo que se sabe es que el acosador quiere ser popular a costa de los demás.

El acosado presenta factores de riesgo, como ser diferente: inmigrante, muy aplicado y estudioso, el nuevo en la clase, tener una forma distinta de vestirse, comportarse o hablar, tener algún defecto físico, etc.

La víctima del acoso desarrolla baja autoestima, puede tener problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad y hasta pensamientos suicidas.

También se puede observar perdida de interés por los estudios, con bajo rendimiento llegando al fracaso escolar, fobia de ir a la institución educativa.

En cuanto a los efectos del bullying sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. También el resto de espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, presencia la violencia, se sienten afectados pudiendo provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.

El papel de los espectadores es de gran importancia en casos de acoso escolar. Diversos estudios afirman que cuando este grupo demuestra abiertamente su rechazo al bullying, los casos descienden considerablemente o incluso pueden llegar a desaparecer. Es importante educar a tu hijo para que se involucre con sus compañeros de clase. Sostenemos que la indiferencia es negativa como forma de enfrentar la realidad.

La mejor vacuna contra el bullying es el desarrollo de la empatía durante la educación de tus hijos y evitar la indiferencia ante la molestia o dolor de los otros.

conocé a nuestra columnista

Fanny Berger

Es psicoterapeuta gestáltica. Se dedica niños, adolescentes y adultos, y trabaja en el apoyo de padres. Implementó “terapia de alcance breve”, que en cinco sesiones trata temas concretos. Es conferencista y escribió varios libros.

Podés contactarla en su web, página de facebooko a través del teléfono celular 099 289 282.