La multinacional sueco-japonesa Sony Ericsson cerró 2006 con un crecimiento de las ventas de teléfonos celulares de 46%, lo que equivale a unos ingresos de 980 millones de euros y unos beneficios netos superiores a los 500 millones. Este resultado eleva las ganancias de todo el año 2006 a 1.300 millones de euros (U$S 1.680 millones), más del doble de lo obtenido el año anterior.
Según el informe publicado por el diario madrileño El País, la posición de la empresa en el mercado internacional ha mejorado 9% a costa de los grandes competidores Nokia, Motorola y Sam-sung, y se dispone a disputarle a esta última el tercer lugar en el ranking, posición que el director ejecutivo de Sony Ericsson, Miles Flint, considera que ya ha sido alcanzada, desde el punto de vista de la rentabilidad por unidad vendida. Apenas se conozcan los resultados de las "tres grandes" restantes, se tendrá un panorama más claro de la situación.
"La gente siente que la adquisición de nuestros teléfonos es una buena inversión", dice Flint, que agrega, "muchos quieren tener un buen teléfono, no solamente un teléfono barato".
Alude con ello, por un lado, a la calidad técnica y estética de los teléfonos de la compañía, así como a la ganancia por cada unidad que es superior a la obtenida por los competidores, pese a que el precio es superior -en torno a un 50% de promedio- a los de los móviles de la finlandesa Nokia, que lidera el mercado.
El éxito de Sony Ericsson se basa, según los analistas, en la combinación del incremento de la inversión en desarrollo y marketing que le permite ensanchar el abanico de la oferta con una incesante modernización y diversificación. Factores de mucho peso en un sector de las telecomunicaciones donde son constantes las innovaciones. La compañía sueco-japonesa ha introducido novedades tecnológicas en sus teléfonos móviles de tercera generación para la audición de música y la obtención de fotografías, bajo la marca Walkman y Cybershot que elevan su precio pero atraen a los abonados, decididos a renovar sus viejos modelos, que se quedan obsoletos por la frenética carrera de las innovaciones.
El éxito de Sony Ericsson refuerza su valor y su posición en el mercado mundial de móviles. Sobre todo, si se tiene en cuenta que hasta hace muy poco las pérdidas en este sector eran la pesadilla del consorcio.
El desafío a que se enfrenta, en un escenario de lucha entre gigantes, es el de continuar colocando teléfonos tan innovadores y avanzados como lo ha hecho hasta ahora. El año que ha comenzado presenta muchos desafíos. Además de que los competidores venden unidades equipadas con tecnologías cada vez más avanzadas, se prevé que el crecimiento del mercado de la telefonía móvil tenderá, por lo menos, a estabilizarse.