Materia Prima es sinónimo de buena calidad, precio y excelente atención. Todo está bajo la batuta de Guillermina Bauer, emprendedora que creó un sitio donde atiende como a ella le gusta: con tiempo y calidez.
«Pongan la mesa, que la comida está lista», dice quien después de ocho años en el mundo de la restauración en Ciudad Vieja y la publicación de tres libros -Aquí no se tira nada, Desperdicio cero, Guardianes del Planeta- sintió la necesidad de retomar los sartenes.
«Este nuevo espacio es pequeño en tamaño, tiene apenas 25 metros cuadrados pero es grande en intención: un mostrador, donde autogestiono todas las necesidades, con una propuesta fresca, honesta y muy cuidada», remarca Bauer.
El nombre del establecimiento se debe a que su impulsora cree que «no se saca nada mejor de la olla de lo que se pone». Bajo esa premisa se basa todo lo que ella hace: «Acá se emplea buena materia prima, hay cariño en los detalles, la cocina es simple y circular, de estación, pero con identidad».
El amor está en la comida, pero también en los objetos antiguos, lo artesanal. Así que además de cocinar lo que le gusta comer, compartir recetas que la acompañan desde siempre, en el espacio armó un pequeño almacén de ramos generales. En Benito Blanco 1171 conviven mermeladas caseras, aderezos, sal criolla, blends de chimichurri, ecowraps y otras pequeñas delicias.
También ofrece comida al paso, para disfrutar en el local o llevar. Cada día hay sugerencias: tartas con masa de aceite de oliva y semillas (rellenos varios), servidas solas o con guarnición. Panificados como medialunas, scones de parmesano, palitos de hojaldre y queso. Para acompañar: té frío, limonadas y jugos de estación. Los dulces no faltan. Están los que traen recuerdos: pasta frola, tiramisú Roma Amor -como el que hacía la nonna en su restaurante de Bacacay- chajá, pavlovas, salchichón de chocolate o tartaletas dulces.
Materia prima también recibe pedidos por encargo (096 390 026) para eventos familiares o empresariales. «Todo lo preparamos con amor, como cada cosa que sale de nuestra cocina».
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