Por STELLA MARIS PUSINO
spusino@elpais.com.uy
¿Qué edad tiene Usted?
Cincuenta y siete años.
¿Y cuántos años hace que trabaja en Philips?
En enero pasado hicieron 41. Ingresé con 16 años.
Al puesto de cadete...
Claro. En aquella época era más usual que hoy poder hacer carrera; tuve la suerte de empezarla desde los puestos más elementales hasta llegar a retirarme con el cargo de gerente general, que ocupo hace seis años.
¿Por qué decide retirarse?
Es, en realidad, un acuerdo con la compañía que tenemos desde hace tiempo. Las reestructuras habituales que las corporaciones internacionales llevan adelante en los últimos años hacen a este alejamiento.
¿Usted está de acuerdo?
Sí, obviamente.
Y esta reestructura que trae como consecuencia su egreso de Philips ¿en qué consiste?
Para la empresa no representa cambio alguno. Hay un gerente comercial que es quien va a incorporar las responsabilidades funcionales corporativas que hasta este viernes (por hoy) estoy realizando yo. Y por consiguiente, desde el punto de vista de la actividad interna, no habrá más que una redistribución de tareas.
¿Es sólo una cuestión de organigrama?
Sí, además, Uruguay forma parte de un cluster cuya cabeza está en la Argentina desde hace ya unos años. La región considera a Paraguay, Bolivia y Chile.
¿Antes no era así?
La empresa fue integrando regiones en los distintos continentes. Nosotros somos parte de la región Sur. Las organizaciones nacionales cortamos la comunicación directa con la casa matriz en Holanda y empezamos a reportar a Buenos Aires. En nuestras relaciones con Brasil también interviene Argentina. Esto es parte de un movimiento de sinergización global de los procesos internos que todas las grandes corporaciones ensayaron en los últimos años, para hacer más eficientes sus organizaciones locales. Obviamente, esto supone redimensionar las filiales.
¿Implicará reducción de personal en Uruguay?
No. Philips en Uruguay trabaja con diez personas. Los procesos de reducción ya ocurrieron años atrás, se fueron dando hasta el 2003.
En su pico de ocupación, ¿a cuánta gente dio trabajo Philips?
En 1993 llegamos a tener 300 personas. Contábamos todavía con nuestra planta industrial de Sayago. Ese año se discontinuó la fabricación nacional como consecuencia de un proceso de concentración de actividad industrial en otros países.
¿Qué fabricaba Uruguay?
En los últimos años, lámparas, exclusivamente. Pero 20 años antes había habido ensamblado de televisores y, mucho más atrás, una fábrica de componentes que se exportaban. El service (nuestros productos requieren un servicio postventa que hace, sin duda, también al éxito de consumo que alcanzan) se tercerizó igualmente en 1993. Si bien quienes manejan los servicios oficiales Philips son ex funcionarios de la compañía, ellos integran hoy empresas legalmente constituidas que trabajan para nosotros, cumpliendo con estándares, tarifas y repuestos controlados. Y son parte de la propuesta comercial de Philips al consumidor.
¿Cuál es el negocio de Philips hoy en Uruguay?
Genera negocios en cuatro unidades comerciales: audio y video, iluminación, pequeños aparatos domésticos y cuidado personal, y sistemas médicos. Los distribuidores que antes eran proveídos localmente hoy son importadores. Este cambio fundamental ya lleva dos años de implementación.
¿Philips es socio de su distribuidor? ¿Qué gana Philips?
Philips gana mantener su actividad en el país, tiene una rentabilidad en la casa matriz que hace la exportación, ya sea que esté en Brasil, Europa o Lejano Oriente. Esta forma de trabajo asegura a Philips poder controlar su participación en el mercado, logra darle a su cadena de distribución mayor rentabilidad, y ofrecer mejores precios al consumidor.
¿Qué cantidad de distribuidores tiene la empresa?
En todas las líneas, treinta o treinta y cinco en todo el país. Salvo en lo que es equipamiento médico, para el que existe un solo distribuidor a quien Philips brinda un esquema de trabajo, con mucho conocimiento del mercado.
¿A qué obedeció ese cambio en la mecánica de distribución?
Philips dejó de tener un stock para el suministro a los distribuidores. Ahora el stock es de ellos. Philips tiene el compromiso de brindarles la información que les permita programar sus importaciones, conocer innovaciones tecnológicas, y manejar en forma eficiente sus compras. Philips continúa dando créditos, aunque en distinta modalidad que antes. Es fundamental también saber que el mercado paraguayo se abastece en Uruguay. La facturación para ese mercado se hace desde aquí, gracias a que nuestro país dispone de zonas francas. Philips utiliza y aprovecha estratégicamente al máximo esta fortaleza de Uruguay. Aunque en forma limitada, en ellas stockeamos productos de otras regiones, de Oriente o Europa, que no pierden certificado de origen. Tenemos un contrato de usuario indirecto en Zonamerica y desde allí importamos hacia el mercado uruguayo o hacia Paraguay.
¿Cuánto factura la compañía?
En el ejercicio 2005 el negocio de Philips exclusivamente para el mercado uruguayo fue de U$S 12 millones. Para este año se estima que habrá un incremento de 25% para esa cifra, en las distintas unidades de negocio. Si bien no estamos en los niveles comerciales anteriores a las crisis ocurridas después de 1998, la recuperación de la actividad no es despreciable.
En relación a las mejores épocas, ¿cuánto queda por remontar?
Aquellos 12 millones del año pasado fueron, aproximadamente, el 70% de las ventas efectuadas en años de vacas gordas.
¿Qué participación tienen en ese monto las distintas unidades de negocios?
El sector más fuerte para el mercado uruguayo, el de audio y video, concentra U$S 7 millones de los U$S 12 millones. Dos millones y medio para el rubro iluminación; una cifra similar para aparatos domésticos y el resto equipamiento médico. Philips retomó esta unidad, en realidad, a mediados del año pasado.
A nivel mundial es un área en que la compañía tiene muchas expectativas depositadas. Ha habido inversiones importantes mediante la compra de empresas proveedoras de equipos médicos, lo que le permite ampliar la oferta de productos. Si bien es cierto que nuestro país había perdido capacidad de inversión en los últimos años, Philips colocó el año pasado en el mercado local varios equipos (tomógrafos, resonadores magnéticos, etc.), cuyo costo individual supera los U$S 200 mil. Hay además para este año aumento de las inquietudes y proyectos casi por concretarse, por parte de clínicas y hospitales privados.
Lo que se vende en Uruguay ¿dónde se fabrica?
Audio y video en China; iluminación en Europa; de Ushuaia llegan televisores, con incorporación de tecnología, pantallas de cristal líquido. La planta de Tierra del Fuego empieza a producir LSD, la pantalla de cristal de cuarzo, en dos o tres meses más. Se estima que estos televisores representan el 10% de las ventas del rubro a nivel mundial y esa avidez de consumo también se nota en el mercado regional.
El público objetivo de la marca es diverso...
Sí. En nuestro mercado la marca está establecida desde hace 69 años. Tres generaciones de consumidores tienen memoria de Philips. La pelea del marketing se juega en los jóvenes, sobre todo en lo que es audio, aunque no se deja de atender ninguna franja etárea. Pero los jóvenes son muy exigentes, tienen mayor acceso a la información, están al día en las novedades.
Por ejemplo, ¿Philips tiene algo parecido al IPod?
Sí, aunque aun no lo comercializamos en el país, pero no falta mucho tiempo para que esto ocurra. Las novedades en Europa llegan más rápidamente que antes, cuando se debía esperar un lustro para ello. La actualización ahora se produce en menos de un año.
Los jóvenes, además, están deseosos por consumir el último de los productos multimedia y cada vez les es más fácil hacerlo, accediendo a distintos canales de prestación.
Trabajar 40 años en una misma empresa puede sonar aburrido para alguna gente...
Sí, puede parecerlo pero no lo fue en mi caso, porque no estuve siempre en el mismo puesto, ni haciendo siempre lo mismo.
Además, las coyunturas fueron diversas durante esos años...
Es como haber estado en distintas empresas, porque el negocio de Philips fue cambiando.
Para los un poco más jóvenes que usted, la permanencia en un puesto ya no es tan valorado ni posible...
La rotación es ahora, desde hace unos años, también una decisión personal, y se entiende como necesaria para el desarrollo de una carrera profesional.
¿Le quedó alguna tarea pendiente?
No. Las metas que me tracé pude alcanzarlas. Me estoy retirando con mucha satisfacción.
¿Cree que los empresarios uruguayos están bien encaminados?
El empresariado local ha tenido, en los últimos seis o siete años, el desafío de profesionalizarse. Hay ejemplos muy válidos. Dejaron de ser herederos de empresas familiares para tomar el toro por las astas. Los mercados y la incorporación de tecnología generaron este ir a más de los empresarios, que se dieron cuenta de la importancia de informarse y capacitarse. El cambio mental en el empresariado se ha dado, probablemente en Uruguay, más rápido que en otras latitudes.
El gobierno, a su juicio, ¿también está bien encaminado?
Está demostrando que no todo lo que se estuvo haciendo en nuestro país estuvo mal hecho. Aunque la gente votó un cambio, los cambios no pueden no ser progresivos. Soy consciente de que puede haber medidas que hacen sentirse agredido a algún sector del empresariado, relacionadas con cargas fiscales o fuertes requerimientos, pero esto es síntoma del cambio posible. De alguna manera, el gobierno tendrá apoyo del empresariado y viceversa. El gobierno sabe que el empresariado genera valor agregado al país. Hay ministros muy inteligentes, más allá de sus concepciones políticas, capaces de ver la realidad.