POR Silvana Nicola | snicola@elpais.com.uy
Una cena importante, una ida al Teatro Solís, el desfile de Pablo Suárez, cualquiera de estas ocasiones es propicia para que Raquel luzca sus tapados de piel. Friolenta por naturaleza, descubrió que con esos abrigos solucionaban sus chuchos y se vestía elegantemente.
Su esposo e hijo, agradecidos, siempre saben qué obsequiarle el día de la madre o en su cumpleaños. La tradición familiar de comprar pieles comenzó hace años y hoy la feliz propietaria cuenta con unas 25 piezas importantes (tapados) y decenas de accesorios en piel (cuellos, estolas, capas).
Ésta debe ser de una las mejores clientas del mercado local, una plaza que supo tener unas 120 peleterías finas, de las cuales hoy quedan menos de una decena. Le Vison, Metro, La Holandesa y Lanque son los comercios que lideran el rubro, en el que el último grito de la moda es usar astracán, que no es otra cosa que la piel de cordero ruso.
La combinación de pieles y texturas vale. La nutria ahora se usa depilada, aunque supo estar de moda "peluda". Los zorros siguen vigentes, nacionales e importados, de color natural o teñido. Los visones también tienen salida y, si son de color oscuro, mejor.
El negocio floreció en Uruguay cuando llegaron inmigrantes desde Alemania, Dinamarca o Polonia. "Nuestros antepasados trajeron el oficio con ellos, algunos aprendimos, otros se dedicaron a otras actividades", dijo Marcos Hendler, propietario de Le Vison, y agregó que es el único descendiente vivo de esos primeros peleteros.
"Este labor requiere un mínimo de 20 años de práctica porque si hay 100 pieles, por ejemplo, cada una tiene sus propias características", contó. Lisas o enruladas, con vetas, de pelos cortos o largos, al parecer, manejar cada pieza es aprender un oficio nuevo.
"Tengo el privilegio de hacer algo que me gusta, me formé con mi padre, luego me radiqué Alemania durante 10 años para perfeccionarme y aunque regresé, no pierdo oportunidad de seguir aprendiendo", agregó.
Más puntas del negocio
Adquirir la piel no es la única cuestión que ocupa a propietarios y peleteros. Limpieza, guarda, desinfección, planchado y seguro son algunas de las tareas que ocupan a quienes invierten en estas prendas. Unos US$ 500 son suficientes para adquirir una chaqueta básica, pero los expertos bien pueden gastar hasta diez veces más en una pieza única.
El servicio de guarda y seguro cuesta entre $ 1.300 y $ 1.900 por semestre. Contratarlo garantiza que la unidad se mantendrá en condiciones óptimas y no se expondrá a detractores como el calor o la humedad. Esta prestación es una de las que ofrece Metro, que tiene capacidad para unos 3.000 tapados.
"Todas nuestras prendas quedan bajo la custodia de Metro, tenemos una relación de confianza con la empresa, hace algunos años comprábamos en varias pero la atención que nos brindan nos conquistó", explicó Nibia, quien visita la peletería cada vez que su madre utilizará una piel.
Le Vison también asegura la guarda de pieles y es la única peletería que cuenta con una cámara frigorífica a menos dos grados de frío seco. La casa también se ocupa de desinfectarlas -es lo primero que hacen al ingresar una prenda para no poner en riesgo otras piezas- y de hacerles un chequeo computadorizado -detecta peladuras, roturas, picaduras de polillas-.
Por lo general, los clientes avisan qué prendas retirarán y unos días antes se saca de la cámara, se lustra y se la deja lista. "Una piel bien cuidada se reforma, se transforma y cada año su propietaria puede lucirla como nueva", explicó Hendler, centímetro en mano mientras tomaba medidas para una nueva creación.
Especialista en pieles de conejo
Jack Psetyzky se especializa en diseñar y fabricar prendas de piel de conejo. Con más de 25 años en el mercado, Peletería Lanque importa unos US$ 150.000 anuales que se transforman en piezas que comercializa. Los free shops de Rivera y Río Branco y algunas tiendas de Montevideo y Punta del Este son clientes habituales de su negocio. Al por menor, Lanque también vende y ya se hizo de una selecta clientela. Limpieza, lustrado, arreglo de pequeñas roturas, cambio de broches son algunos de las prestaciones que también ofrece Psetyzky.