La ley aprieta y las tabacaleras tiemblan

| En Montepaz aducen que quedarán en inferioridad de condiciones frente a las multinacionales

POR SILVANA NICOLA

Mientras que los fumadores ensayan cómo será su vida a partir del próximo miércoles 1° de marzo —cuando no podrán fumar prácticamente en ningún lugar público cerrado— en el Parlamento se trabaja en un proyecto de ley que procurará echar luz sobre algunos decretos emitidos durante el año 2005. En tanto, las tabacaleras están a la expectativa sobre qué prohibiciones deberán enfrentar, sobre todo en materia publicitaria, para lograr que sus consumidores continúen eligiéndolos.

La Comisión de Salud Pública de la Cámara de Diputados apura la elaboración del proyecto de ley en cuestión, que abordará, entre otros temas, la prohibición de la publicidad de tabaco. Tras la firma del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT), a lo sumo en cuatro años en Uruguay deberá acatarse la disposición que en su artículo 13 establece "una prohibición total de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de tabaco". En el mismo artículo (inciso d) también se estipula "que se revelen a las autoridades gubernamentales competentes los gastos efectuados por la industria del tabaco en actividades de publicidad, promoción y patrocinio aún no prohibidas".

En proceso. Según fuentes parlamentarias, actualmente el debate de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados se centra en si la prohibición de la publicidad alcanzará los puntos de venta o incluso si se limitarán los lugares donde se expenden cigarrillos.

"En países donde está prohibida la publicidad de tabaco, los quioscos son verdaderos carnavales; están repletos de cartelería que invita al consumo de cigarrillos y eso cualquier joven lo puede ver. Preferiríamos no ocurriera lo mismo en Uruguay y es lo que estamos discutiendo", afirmó el presidente de la comisión legislativa, el nacionalista Miguel Asqueta.

Al mismo tiempo advirtió que cabe analizar si los cigarrillos pueden venderse en cualquier negocio cuando, a su juicio, lo ideal sería que se comercialicen sólo en algunas tiendas debidamente identificadas.

Aunque no se revelan demasiados datos, Asqueta explicó que los diputados están en pleno proceso de recopilación de datos y que se estudia cómo se instrumenta el combate al tabaco en otros países.

Él mismo volvió con sus valijas cargadas de material de Ginebra (Suiza), donde participó como representante del Estado uruguayo de la 1ª Conferencia de los Estados Partes Rectificantes del CMCT, instrumento del que se tomarán como base algunos aspectos fundamentales.

Según la opinión de Asqueta —que es médico—, el consumo de tabaco debe atacarse desde tres frentes: aumentando los impuestos, estableciendo lugares 100% libres de humo y prohibiendo totalmente la publicidad de cigarrillos.

Las empresas. La tabacalera uruguaya Montepaz, que ostenta más de 70% del mercado con sus marcas Nevada, Coronado, La Paz y J&M, teme que la prohibición publicitaria la ponga en desventaja frente a sus competidores multinacionales que marcan presencia en diversos medios y acontecimientos globales vistos en Uruguay.

De hecho, tanto Philip Morris como British American Tobacco (BAT) dejaron de pautar en medios masivos de comunicación uruguayos hace ya más de dos años siguiendo instrucciones de sus casas matrices.

Más allá de esto, en la compañía local insisten en que las marcas multinacionales estarán en franca ventaja porque sus productos llegarán a través de la televisión por cable, radios que se escuchan en el litoral y otros medios de comunicación como el cine, por ejemplo.

Desde la empresa se machaca con la reflexión que hizo sobre el punto el presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Publicidad, Emir Cámara: "todo aquel producto que se vende libremente puede publicitarse libremente, todos aquellos productos que se venden con determinadas restricciones deben publicitarse con determinadas restricciones, y aquellos productos que no son de venta libre no pueden publicitarse".

Además de las condiciones para competir con Philip Morris y BAT, en Montepaz también advierten que la prohibición de la publicidad igualará a marcas que están establecidas en el mercado, que aportan al Estado mediante el pago de impuestos, con aquellas que llegan ilegalmente a través del contrabando.

Aunque más ducha en las limitaciones publicitarias, fruto de su amplia experiencia internacional, la representante local de Philip Morris, Abal Hnos, también ve con preocupación la posible prohibición en puntos de venta. Con sus marcas Marlboro, Fiesta, Philip Morris, Casino, Premier, L&M y Galaxy, Abal tiene cerca de 25% de la torta formal de cigarrillos, en un mercado en el que casi un tercio de los consumidores compra productos de contrabando.

En diálogo con El Empresario, fuentes de la compañía manifestaron que apoyan una "regulación amplia y efectiva de los productos de tabaco por ser el cigarrillo un producto adictivo y perjudicial para la salud".

Aseguraron, en tanto, que apoyan una regulación que establezca restricciones a la publicidad para que ésta no llegue inadvertidamente a los menores de edad. En este sentido creen que en primer lugar debe prohibirse la publicidad en radio y televisión, en tanto se permita a las empresas fabricantes la comunicación con adultos fumadores para que éstos puedan optar libremente por una marca u otra.

"Apoyamos el diálogo y confiamos que se encontrará el equilibrio razonable entre las restricciones a la visibilidad de la publicidad de los productos de tabaco y el derecho de los fabricantes de comunicarse con los fumadores adultos", concluyó el informante.

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