Haití se abre al mundo de los negocios

Tiene potencial turístico y de cultivos; el presidente se decidió a cambiar la imagen

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Como si se necesitara recordar que Haití es a menudo sinónimo de pobreza y tragedia, en vísperas de Navidad más de tres docenas de emigrantes del país se ahogaron después que su embarcación sobrecargada se hundiera frente a Cuba. Incluso antes del terremoto, que este mes cumplió su segundo aniversario, Puerto Príncipe, capital de Haití, era una mancha en la conciencia de las Américas.

Ahora, Michel Martelly, el nuevo presidente, quiere cambiar la imagen del país. Se habla del potencial turístico de 1.700 kilómetros de costa y del atractivo para los inversionistas de una fuerza laboral productiva y de cultivos tropicales como mangos y café. "El pueblo haitiano no está buscando limosnas, sino una mano; quiere empleos y trabajo que le devuelvan su dignidad", declaró.

Funcionarios encargados de prestar asistencia sostienen que Martelly es el presidente más pro empresa desde que llegó la democracia a Haití, en la década de 1980. Prometió crear 500.000 empleos en tres años, lo que sería un impacto significativo, ya que hay una tasa de desempleo de un 40%.

Ya hubo un comienzo. En noviembre, se inauguró un parque industrial de US$ 257 millones cerca de Cap Haitien, la segunda ciudad del país. Instalado por un fabricante de ropa surcoreano, el parque creará unos 80.000 empleos. Otra firma surcoreana, LS Cable and System, planea establecer una fábrica. Este año deben empezar las obras del primer hotel internacional que se construye en Haití en décadas, que será operado por Marriott.

El gobierno espera reducir los pasos que se necesitan para establecer una empresa de 12 a dos y aminorar las restricciones que existen para la propiedad extranjera de bienes raíces. Laurent Lamothe, ministro de Relaciones Exteriores (quien también es empresario de las telecomunicaciones), quiere utilizar las embajadas y los consulados de Haití como centros de asesoría de inversiones.

Pero el impulso inversionista enfrenta obstáculos. El mayor es la mala infraestructura. La electricidad cuesta US$ 0,23 un kilowatt-hora, contra los US$ 0,14 en República Dominicana. Aunque Haití ha tenido cierto éxito en la exportación de mangos, los productores aún pierden hasta la mitad de su cosecha por los malos caminos.

Asimismo, el presidente es un populista sin experiencia política y tendrá dificultades para lograr reformas a través del Poder Legislativo, en el que su partido tiene pocos escaños. EL MERCURIO, GDA

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