Publicidad

La final de la NFL, un Bowl menos «Super»

Compartir esta noticia
Estadio Raymond James. La casa de los Tampa Bay Buccaneers oficiará de escenario para la gran final.

MARKETING DEPORTIVO

En esta edición, a disputarse el domingo, el mayor evento deportivo a nivel económico pierde anunciantes y espectadores

Estadio Raymond James. La casa de los Tampa Bay Buccaneers oficiará de escenario para la gran final.
Estadio Raymond James. La casa de los Tampa Bay Buccaneers oficiará de escenario para la gran final. (Foto: AFP)

El evento deportivo más valioso del mundo, la final de la liga estadounidense de fútbol americano —el partido conocido como el «Super Bowl» o «Super Tazón»—, tendrá este domingo su edición LV marcada por una caída en sus ingresos publicitarios y tribunas semipobladas, producto de la pandemia de coronavirus.

El estadio Raymond James atestiguará el partido que decidirá la temporada de la NFL entre el equipo local, los Tampa Bay Buccaneers, y los Kansas City Chiefs. El coliseo, con capacidad para casi 66.000 personas, apenas tendrá un tercio de su aforo cubierto, debido a las medidas sanitarias aplicadas para evitar la propagación del COVID-19.

De los 22.000 asientos disponibles para el evento, 7.500 fueron entregados -vía sorteo y en forma gratuita- a trabajadores de la salud (ya vacunados) en reconocimiento a su labor durante la pandemia.

La asistencia al partido será la más baja en la historia de la final de la NFL. El Super Bowl XIV, en 1980, registró el pico máximo de público con 103.985 personas presentes en el Rose Bowl para disfrutar el encuentro entre los Pittsburgh Steelers y Los Ángeles Rams. La contracara tuvo lugar en 1967; «solo» 61.946 fanáticos asistieron al Los Angeles Coliseum para ver el juego definitorio entre los Kansas City Chiefs y los Green Bay Packers.

El estadio, con capacidad para 66.000 espectadores, solo recibirá un tercio de público. Los 22.000 aficionados configurarán la asistencia más baja en la historia del Super Bowl

La escasez de entradas para el partido del domingo ha hecho que los precios de los tíquets se fueran por las nubes. El boleto más económico se ubicaba en la semana previa a la final en US$ 6.400 y el más caro en US$ 40.000, de acuerdo a la plataforma online Ticketmaster.

Pauta en baja

Además de una cita de gran magnitud y alcance internacional a nivel deportivo, el Super Bowl es una vidriera muy atractiva para las marcas que pautan cientos de miles o incluso millones de dólares para mostrarse unos segundos a lo largo del evento. En promedio, por el Super Bowl desfilan unos 70 avisos publicitarios distribuidos en un espacio de 45 minutos.

En la edición LIV (2020), el juego generó ingresos por publicidad de US$ 448,7 millones (en 2019 fueron US$ 338,6 millones). La cifra se eleva a US$ 600 millones si se incluye la pauta durante la previa y el pospartido, reveló la revista Forbes en base a datos de la consultora Kantar.

Budweiser no pautará en la tanda comercial del partido por primera vez en 37 años

Si bien este año el Super Bowl consiguió algunos nuevos patrocinadores como Huggies, Hellman’s, Chipotle, Mercari y DoorDash, entre otros, la pandemia ha desinflado la inversión de los anunciantes y el valor de la pauta en esta oportunidad. El espacio de 30 segundos cuesta US$ 5,5 millones, 100.000 menos que el año pasado. Las dificultades de las negociaciones comerciales provocaron además que el listado de anunciantes recién se anunciara el 27 de enero cuando para la final de 2020 se cerró a fines de noviembre.

Varias marcas icónicas han decidido no salir a la cancha publicitaria o al menos hacerlo de forma menos elocuente.

Budweiser, histórico patrocinador del Super Bowl, anunció que no pautará en la tanda del partido por primera vez en 37 años. En cambio, realizará un anuncio de servicio público con el Consejo de Publicidad para concientizar sobre la importancia de vacunarse contra el coronavirus.

A pesar de esta notable ausencia, el grupo cervecero AB Inbev—dueño de Budweiser— exhibirá otras seis marcas de su portafolio durante la final. La multinacional es uno de los principales sponsors del juego más importante de la NFL; en cada uno de los últimos cinco años ha aportado el 10% de los ingresos publicitarios totales en torno al evento. El año pasado el desembolso fue de US$ 42 millones, detalló Forbes.

Otras marcas reconocidas y de larga relación con el Super Bowl se dieron de baja; es el caso de Coca-Cola, Audi, Hyundai y Avocados from Mexico. Pepsi también se retiró aunque continuará como patrocinador del espectáculo del entretiempo, que este año tendrá la actuación del cantante The Weeknd. Cada año, el show artístico es uno de los puntos altos de la velada, incluso suele acaparar el pico más alto de rating de la noche, superando al propio partido.

Al margen del score que deje la final del domingo, el «Tazón» este año quedaría a medio llenar para las marcas.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad