Orlando Dovat, presidente de Zonamérica, trajo el primer Tesla a Uruguay en 2017. Es el modelo Modelo S90D y demoró casi un año de trámites de importación porque no había documentación en el país. «En el Ministerio de Industria me pedían certificados y documentación que no iba a conseguir. Entonces, imprimí los documentos que Tesla tiene en la web, casi una guía telefónica», recordó el empresario. Aunque la compañía es estadounidense, Dovat optó por adquirir su auto en Holanda porque el sistema eléctrico europeo es similar al uruguayo. Según recordó, para comprarlo llenó un formulario en la web y luego giró el dinero. En total, pagó US$ 120.000. La razón que lo llevó a interesarse por un Tesla fue estratégica. «En Zonamérica estamos en el futuro por lo tanto lo quería como una promoción», dijo. Dovat lo utiliza en todo momento y con una autonomía de casi 600 km. Hasta el momento, ya recorrió 80.400 km. Para el seguro confió en Sura, la patente es la que corresponde según Sucive y dice que no le preocupa el service. «Nunca tuve un problema. Hace pocos días se me cruzó un auto de la nada en la ruta y se prendieron todos los controles y (el vehículo) me tiró para el costado para evitar el golpe. Es el mejor auto que he tenido», resaltó.

La seña fue de US$ 100. Fue lo que pagó Carmen Correa, vicepresidenta y chief operating officer de Pro Mujer, para reservar su Tesla. «Estábamos considerando cambiar la camioneta. En febrero del año pasado, viajamos en familia a Miami y fuimos a una tienda. Vimos el ‘modelo Y’ y nos gustó. Pagamos la seña y luego terminamos todos los trámites por la web en la misma tienda», recordó.

El auto finalmente entró al país en agosto, debido a la larga espera que existía y no está amparado por la ley de inversiones. De todas formas, resalta que la patente está subsidiada en un 50% por ser un auto eléctrico. Del uso, destacó la aceleración y el manejo (no usa conducción autónoma), sobre todo en carretera, además del confort interior y la tecnología que utiliza, «que vas descubriendo poco a poco». Con una autonomía de unos 390 kilómetros, Correa lo carga dos o tres veces por semana por las noches, para lo cual importó un cargador de la compañía. El mayor desafío se presenta en los viajes largos. «Fuimos a Colonia y tuvimos que cargarlo. Por suerte, estaba libre el cargador de UTE. En dos horas logré 100 km por $ 130».

Para ir al trabajo y a descansar. Ese es el uso que Carlos Ham, director de banco Itaú, da a su Tesla modelo 3 Long Range desde mayo de este año, cuando el vehículo llegó al país. «Siempre fui fanático de Tesla en cuanto a lo que estaba haciendo y desarrollando. El auto eléctrico me parece fascinante, limpio y sencillo y, además, con mejor arranque», indicó. El vehículo le costó US$ 90.000 con impuestos incluidos y tiene una autonomía de unos 500 kilómetros. Ham lo carga en su casa, en la tarifa económica, a una velocidad de 40 km por hora gracias a un cargador que adquirió de una potencia de 7,4 kw. Entre otros beneficios de tener un vehículo de este tipo, resaltó el gasto en «combustible». «Para hacer 100 km gasto $ 85. Es la octava parte que uno de combustible. Yo no lo uso mucho, solo unos 2.000 kilómetros por mes, pero si lo usas más se amortiza en pocos años», comentó. Otra ventaja que destacó el ejecutivo es su casi nulo mantenimiento. «No tiene casi desgaste. En la parte mecánica del motor es muy difícil que tenga problema, puede ser en la electrónica. Pero ni en los frenos, porque al quitar el pie del acelerador comienza a parar y carga las baterías», agregó. Sobre esto, destacó que la batería posee un ciclo de unas 3.000 cargas que, en caso de cargarse todos los días, logra vida útil de ocho años. El ciclo de vida es de unos 800.000 kilómetros». Además, por ser eléctrico, la patente baja un 50%. Ham reconoce que uno de los desafíos es el sistema de cargadores que existen en el país para trasladarse largas distancias. Solo hay un «super cargador, que lo hace en dos horas y está en Punta Carretas».

Pablo Casal, cofundador y CEO de Netlabs, no es fan de los autos pero sí de la tecnología. Según el mismo dice, adquirió su Tesla por considerarlo una «computadora con ruedas». «Es la evolución de una computadora que se mueve y no de un auto que le agregan tecnología. Es la movilidad del presente y del futuro y me motivaba conocer la tecnología, adoptarla», explicó. Según dijo, «no hay vuelta atrás, tanto por la experiencia como porque estás haciendo lo correcto». En su caso, utiliza el vehículo para trabajar y por ello lo presentó como proyecto de inversión ante la Comap, porque entiende que «que acompañaba el sentido de la empresa para posicionarla como innovadora».
El modelo que adquirió es el 3 Long Range, que tiene 580 kilómetros de autonomía. Llegó en marzo de este año, a un costo de unos US$ 50.000 aproximadamente. A su compra le sumó dos cargadores originales que le permiten «llenar» sus baterías en ocho horas a un costo de $ 1 por kilómetro. En cuanto a las precauciones para los viajes largos, Casal reconoce que no usa el Tesla más allá de ir a José Ignacio (Maldonado). Asegurado en el BSE, dice que el mantenimiento no le preocupa porque «casi no lo requiere». El empresario utiliza el piloto automático pero como asistente de manejo, sobre todo en ruta para determinar velocidades máximas o para que se mantenga en un carril. Pero también fue clave en materia de seguridad: «Me ayudó en ruta. Una vez estaba oscuro y detectó una moto sin luces antes que yo la viera y enseguida frenó», recordó.

««Nuestro hijo no conocerá una estación de nafta», reflexionó Marcelo Kronfeld, fundador y CEO de la tecnológica InZone. El empresario habla de la decisión que tomaron junto a su esposa de pasarse al «mundo de los autos eléctricos». Mientras ella adquirió uno de una marca que ya está en el país, él optó por un Tesla ‘modelo Y’ por el que pagó US$ 59.000 (CIF) y llegó en marzo. «Vengo del mundo tecnológico y el Tesla es la meca de la tecnología, es una computadora con ruedas. Fue un sueño tener uno», dice. Kronfeld destaca del auto desde la aceleración, el andar y el impacto en el ambiente. «Más allá de que este es un bien de lujo, estás contribuyendo a la humanidad», señaló. También destacó que el piloto automático no solo aporta seguridad sino que quita el estrés de manejar. El uso del auto es para viajes a Punta del Este y no tanto para el día a día porque, según comentó, en ciudad prefiere monopatín o transporte público. En promedio, hace unos 1.200 kilómetros por mes. A la hora de cargarlo, lo hace en su hogar, donde instaló cargadores y reconoce que la red de UTE «está creciendo». Con una autonomía de unos 450 kilómetros, dice que logra una carga completa en unas seis horas a un costo (en tarifa triple horario) de unos $ 100. Además de la patente al 50%, también tiene el seguro subvencionado (paga $ 27.000 al año en BSE en plan 3x2). «Si lo usara más, en 10 años se descuenta US$ 15.000», destacó. Otro plus que señaló es su valor de reventa. Mientras los autos a combustión se deprecian con el tiempo, asegura que su Tesla se valorizó un 20%.