Es uruguayo, emigró a Dublín con pasaje solo de ida, fue mozo y ahora lidera logística de marítima mundial

Juan Crespi es asesor de logística de contenedores en CMA CGM Irlanda, y está a cargo del transporte de carga terrestre que llega a los principales puertos de Irlanda

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Juan Crespi. Lidera la carca terrestre de la multinacional CMA CGM Irlanda.
Juan Crespi. Lidera la carca terrestre de la multinacional CMA CGM Irlanda.
Foto: Gentileza Juan Crespi

Cuando en 2004, el uruguayo Juan Crespi trabajaba de madrugada como apuntador en el puerto de Montevideo, ni se imaginaba cómo seguiría su carrera. Pero sí tenía clara una consigna: ser parte de una compañía de logística mundial.
Hoy, casi 20 años después, Crespi vive en Dublín, Irlanda, donde es responsable de la logística de contenedores de CMA CGM, una de las tres mayores empresas navieras del mundo.

«Trabajo en el área de transporte de mercancías terrestres. Me encargo del transporte de CMA CGM para los tres principales puertos de Irlanda: Dublín, Cork y Belfast. Coordinamos la importación y exportación de mercancías de manera semanal, moviendo entre 1.800 y 2.000 contenedores en ese período», resumió.

Crespi ingresó a la empresa en 2020, pocos días antes de que se desatara la pandemia, a través de una reclutadora local especializada en logística. Al principio, tenía la responsabilidad de los contenedores en depósito en los puertos Cork, Dublín y Belfast, así como en otras terminales importantes como Rotterdam, Hamburgo o Amberes. Desde entonces, el ejecutivo uruguayo comenzó a ascender dentro de la empresa hasta llegar a liderar el manejo de la carga terrestre de los contenedores que circulan por los tres principales puertos de Irlanda.

Nuevo comienzo

En 2017, Crespi tomó la decisión de irse a ese país europeo. Se había quedado sin trabajo y desde hacía tiempo que venía considerando la idea de buscar una alternativa a su situación personal. Como contaba con pasaporte europeo, primero evaluó irse a España, pero tras hablar con algunas personas descartó esa opción por la crisis económica que atravesaba el país en ese momento.

Juan Crespi. Ingresó a CMA CGM Irlanda en 2020.
Juan Crespi. Ingresó a CMA CGM Irlanda en 2020.
Foto: Gentileza Juan Crespi

«Quedarme sin trabajo me llevó a un cambio de mentalidad. Tomé la decisión de emigrar, me dije ‘esto no puede continuar así’. Tengo pasaporte europeo y le pedí un préstamo a un tío. Averigüe primero sobre España pero lo descarté. Luego recordé que en 2006, uno de mis mejores amigos estuvo viviendo en Dublín y me había contado algunos detalles interesantes. Investigué y decidí ir. Conseguí € 2.000 prestados y compré pasaje solo de ida», recordó.

Armó las valijas, se fue solo y sin conocer a nadie en su nuevo destino. Cuando llegó a Dublín, tuvo que preguntar en la calle cómo llegar al hostal. Pero sí sabía lo que quería: «trabajar en algo relacionado con el comercio exterior o la logística».

Una vez allí, comenzó su búsqueda laboral. Un jueves envió su curriculum, el viernes obtuvo respuestas, el lunes concretó un par de entrevistas y al viernes siguiente ya estaba trabajando de barista. «Duré un mes y medio, pero en ese tiempo comencé a contactarme con la comunidad uruguaya, y por ese camino rápidamente conseguí otro trabajo en un pub como camarero. Ahí estuve cuatro meses, hasta que un amigo me pasó el dato de un curso de la Unión Europea y el gobierno de Irlanda para adaptarse y sociabilizar con Irlanda», relató.

El curso duró tres meses; le enseñaron desde cómo armar el currículum y preparar entrevistas, hasta temas culturales. Al finalizar las clases, a inicios de 2019, consiguió un empleo en XPO Logistics, una firma logística norteamericana donde trabajó hasta febrero de 2020. Tras esa etapa, se presentó en una reclutadora especializada en el sector logístico que, en tan solo una semana, lo llamó para integrarse a CMA CGM, donde se desempeña actualmente.

Hoy, Crespi vive en el barrio Inchicore, al sur del río Liffey, y ha formado un círculo de amistades diversas, aunque la comunidad latinoamericana sigue siendo un apoyo importante en su vida. «Acá tienen mucha simpatía por los latinoamericanos. Voy al cine, al teatro y hay mucho stand-up en la ciudad. También he podido organizar mateadas en plazas con uruguayos y argentinos», comentó.

Hoy, casado con una chilena y con un hijo de poco más de un mes, reconoce que su vida social es menos intensa.

Crisis de 2002, educación y el ingreso al puerto

Crespi nació en Montevideo y hasta el año 2002 tuvo una vida normal. Cursaba quinto año de secundaria en un colegio privado y la crisis que golpeó el país lo obligó a pasar al liceo público. No se adaptó y a los dos años dejó los estudios para comenzar a trabajar. Ingresó al puerto de Montevideo y ahí encontró con su pasión: la logística y el comercio exterior. Además, decidió terminar secundaria en un liceo nocturno, que alternó con una tecnicatura en Comercio Exterior y Logística en la Cámara de Comercio y la carrera de Relaciones Internacionales (Udelar).

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