Assassin’s Creed, Far Cry y Rainbow Six se han consagrado como algunas de las sagas más exitosas de videojuegos de la historia. Detrás de ellas está Ubisoft, uno de los principales estudios de la industria gamer, donde un uruguayo pone su talento al servicio de que los jugadores vivan la mejor experiencia durante sus partidas. Sebastián Gómez trabaja como tech lead online en el estudio que Ubisoft tiene en Montreal, Canadá, donde vive desde 2021.

Ingresó a la tecnológica en marzo de 2023 a través de una unidad transversal a todos los juegos de la empresa llamada Online Services. Actualmente está asignado al área de soporte de la versión mobile de Rainbow Six, un juego que espera su debut mundial. "Básicamente, soy responsable de asegurar que cuando lo lancemos, los jugadores puedan jugar y tener una buena experiencia", resumió. Su rol es asegurarse que "nuestros servicios puedan escalar sin problemas, manteniendo los costos".

Para ello, trabaja con otras sedes que la compañía tiene en Canadá y otras partes del mundo. Su equipo en Montreal reúne a más de una veintena colaboradores, en su mayoría quebecos (Quebec es la provincia donde se ubica Montreal) y franceses, aunque también hay latinos. "Soy el único uruguayo", aclaró Gómez. "Me pasa muy seguido que cada vez que le cuento a alguien que soy de Uruguay me dice: ‘sos la primera persona que conozco de ahí", confesó.

Aunque la casa matriz de Ubisoft se encuentra en París, el estudio de Montreal es el más importante de la compañía, tanto por su tamaño -emplea a unas 4.000 personas- como por la relevancia de sus proyectos. "Muchos de los juegos más importantes (de la empresa) han nacido acá» o han pasado por esa sede para potenciarlos", comentó Gómez.

Antes de incursionar en el sector de los videojuegos, el uruguayo vivía en Montevideo y trabajaba en el equipo de desarrollo de GeneXus, del que formó parte durante 14 años. Sin embargo, razones familiares lo llevaron a él y a su esposa a buscar la posibilidad de emigrar. En ese momento, aplicó a un proceso de selección para ingresar en una consultora holandesa llamada Container Solutions, la cual solicitaba personal para crecer en Canadá. Gómez quedó seleccionado y armó las valijas rumbo a Montreal.

Hoy recuerda que sus estudios universitarios y su formación autodidacta lo prepararon para acceder a ese empleo, incluso se volvió un «experto en determinadas cosas porque nadie más las había aprendido», dijo.

En la consultora trabajó por dos años, hasta que decidió cambiar de trabajo con la intención de desempeñarse en un rol más asociado a la creación de productos digitales como lo era en GeneXus. Fue entonces cuando le llegó una doble oferta de Ubisoft: por un lado, un reclutador de la empresa lo contactó por LinkedIn; y por otro, un conocido que trabajaba allí lo invitó a postularse.

Desde su posición, Gómez ha sido testigo del ascenso de Canadá como potencia tecnológica. "Veo el movimiento, incluso me contactan amigos que tienen empresas en Uruguay y me dicen que les gustaría investigar para venir", comentó.

Canadá ofrece "las ventajas de EE.UU. sin las desventajas de EE.UU.": desde una economía más fuerte y personal calificado hasta la apertura a la inmigración con alta formación y un ecosistema que apoya a las startups. La cercanía con EE.UU. es, a su vez, otra ventaja, agregó.

Por otra parte, introducirse en la cultura quebeca no le ha sido del todo sencillo. Aunque ha hecho amigos latinos -por ejemplo a través del programa de Francisation que brinda el gobierno a los inmigrantes para enseñarles el idioma francés y la cultura canadiense-, reconoce que incluso con ellos existen gustos y costumbres en los que no se parecen "para nada". Con los quebecos es aun más difícil conectar, sobre todo por las diferencias culturales. "Este país es muy grande, así que no sé cómo son en Halifax o Vancouver. Acá estamos a 3.500 kilómetros de Vancouver; en Uruguay con esa distancia te fuiste del país hace rato", bromeó.

En su día a día se maneja en tres idiomas: "en mi casa hablamos español, en el trabajo hablo inglés y fuera de la oficina en francés". Es como "tener tres personalidades distintas", señala.

A pesar de la distancia, Gómez mantiene sus raíces uruguayas, como el mate en el desayuno y las videollamadas a su familia en Maldonado. También suele visitar el país junto a su esposa y sus tres hijos una vez al año.

Hoy sus planes no contemplan la opción de regresar. "Estamos muy contentos acá. Quizás el día que me jubile y me canse de palear sí (vuelva)", concluyó.