Desde la tranquilidad del área rural de La Coruña, en el municipio de Mugardos, España, la uruguaya Melina Arias recuerda cómo un evento que puso en peligro su vida la llevó a crear Konnect Way, una startup que hoy emplea a unas 15 personas y tiene clientes en varias partes del mundo. «En 2020, durante tres días estuve casi muerta por covid. Ahí entendí que debía cambiar mi forma de vida, pero sobre todo, que tenía que hacer las cosas con un propósito», relata.
Hoy vive junto a su pareja, de origen húngaro, tres perros y una oveja en «tenencia compartida» con su vecino. Desde allí dirige la tecnológica que creó mientras vivía en Irlanda, cuando sufrió esa experiencia límite.
Konnect Way tiene tres sedes -Irlanda, España y Uruguay- y emplea profesionales que trabajan en forma remota desde Canadá, Nueva Zelanda, EE.UU. y países de Europa y Latinoamérica. Ofrece tres servicios: staff augmentation (personal para complementar equipos tecnológicos de otras empresas), desarrollo de software para digitalización y automatización de procesos, y construcción de productos propios.
Sus clientes pertenecen a sectores como logística y warehousing, plataformas de marketing y de educación. «Actualmente impulsamos desarrollos en salud», agregó. La startup está en franco crecimiento y, según Arias, eso se debe a los valores sobre los que se construyó: «pensar en lo mejor para el equipo y los clientes».
Salir para crecer
Arias nació en la ciudad de Mercedes (departamento de Soriano) y a los 18 años se mudó a Montevideo para estudiar Ingeniería en Computación en la Universidad de la República. Sus primeros pasos laborales fueron en GeneXus Consulting y luego llegó a la empresa uruguaya de software Pyxis, hasta que, hace ochos años, decidió emigrar para «conocer culturas, otros países y crecer».
El destino que escogió fue Nueva Zelanda. «Lo elegí por su estilo de vida tranquilo, por la naturaleza, pero también porque es un país pujante en materia de tecnología», reconoció. En 2017, con sus ahorros, una valija y una visa para estudiar inglés y negocios, llegó a su nuevo país.
Al principio, vivió en una casa con 10 personas de distintas partes del mundo, como Japón, Kenia, China, Latinoamérica e India, y, según recuerda, «fue una de las experiencias más ricas». Tras siete meses, y con la visa a punto de expirar, una empresa local la contactó a través de LinkedIn por su perfil técnico en SAP Hybris, una tecnología para e-commerce. «Me ofrecieron trabajo con un salario sorprendente y una casa gratuita. Y acepté».
Allí no solo logró desarrollar su carrera internacional, sino que también consiguió uno de sus actuales clientes, contó. Sin embargo, en 2018, recibió otra propuesta laboral que la llevó a dejar Nueva Zelanda. «Me contactó una empresa irlandesa de desarrollo de software que había visto mi perfil en LinkedIn y me ofrecieron trabajo. Y acepté». Así, ese mismo año se afincó en Dublín.
Su trayectoria ascendente tuvo un punto de inflexión en 2020, cuando la irrupción de la pandemia de covid-19 le cambió la vida.
«Me enfermé y no lograba recuperarme. Por varios meses estuve sin trabajar, cobrando el sueldo, pero no mejoraba. No podía seguir así. En julio estuve tres días al borde de la muerte y decidí renunciar para poder recuperarme. Pero en agosto me robaron todos mis ahorros y decidí replantear mi vida. Conecté con mi propósito, que no es lo material; hice una oración a Dios -sin tener una educación cristiana como la entiendo hoy- y empecé una transformación. En noviembre de 2020 decido crear una compañía para Dios, y así nace Konnect Way, una tecnológica donde el valor se enfoca en lo humano, los equipos, en trabajar por un bien común», explicó.
Tras dos años, en 2023 decidió mudarse a España, donde vive hasta hoy. Este año, su hermana Noelia se sumó al equipo desde Uruguay para fortalecer el área de recursos humanos con un énfasis especial en «el compromiso y los valores». «Trabajamos mucho la honestidad, la transparencia y la colaboración. Son nuestros tres valores fundamentales», finalizó.
Konnect Way tiene como pilar fundamental generar oportunidades para más personas. Esta vocación social fue lo que llevó a Arias a lanzar este año una unidad de negocios orientada a la creación de productos de software. El primero es una plataforma digital diseñada para facilitar el acceso a la educación a personas sin oportunidades. «La plataforma nació para brindar oportunidades de acceso educativo, como las que tuve yo, a personas que no las tienen. Estamos comenzando con una ONG en Londres, para facilitar educación a personas de África», detalló.